Por allá en un pueblo rural. Hace mucho tiempo, ya, vivía una niña con su madre y hermanos.
Caminaba todos los días para su escuela. En el primer grado ya sabía leer, escribir y hasta operaciones matemáticas. Esto producía orgullo a su mamá y comentaba con visitantes, amigos y vecinos los avances de la niña.
En ocasiones se escuchaba que gritaba, Carmen ven acá, hija, lee esto aquí para que ellos te escuchen. Carmen acudía rápido y leía con rapidez y mucha claridad lo que le indicaban.
Un día Carmen estaba en su aula de clases y la maestra les informó. Hay un acto cultural para celebrar la fiesta de carnaval es importante que todos participen y dijo: Carmen usted va a recitar una poesía. Le dice a su mamá. Para ese día le indicó la maestra debe venir con un vestido adornado con papel de seda o papelillo. Le dice a su mamá que pase por aquí para explicarle.
Al salir de la escuela, Carmen iba muy contenta un rato caminaba y otro corría. Estaba alegre porque participaría en esa actividad. Se demoró más tiempo en la vuelta a la casa. Veía a la gente y se imaginaba parada en el escenario recitando la poesía.
Finalmente llegó a su casa desbordada de emoción. – Dijo la madre ¿Qué te pasa muchacha porque tanta carrera y alboroto? – Ahh mamá, anda hablar con la maestra hay un acto cultural y voy a recitar ¿Qué es eso muchacha frasquitera? Vaya con la maestra, yo no sé, ella dijo que usted fuera.
Carmen continuaba dando saltos por el patio de la casa. Sería su primera participación pública en la escuela. No cabía en sí de la emoción.
Llegó el día de la presentación. Carmen se había aprendido su poesía "Papelillo en el vestido, papelillo en al calzón, papeles en los cabellos, papel en el corazón".
Pues no tocaba más que irse a la escuela. Así que llena de emoción salió acompañada de su madre y los hermanos, pero también tenía miedo, era un acto donde había mucha gente en la escuela...
Cuando le tocó su participación salió ataviada con su vestido adornado de papelillos de diversos colores y el corazón en la mano. Recitó su poesía, recibió los aplausos y terminó. Pasó la prueba de actuar ante mucha gente.
De regreso a casa, ente risas y comentarios con la madre, los hermanos y vecinos seguía muy contenta. De repente comenzó a llover y no había donde guarecerse, así que el lindo vestido de Carmen se arruinó. Eso la puso muy triste, pero nunca olvidó su vestido de papel y la poesía que recitó en su primer grado en la escuela.
Se acabó este cuento con pan y pimiento y todos contentos
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Cuentos y Algo Más
FantasySe tiene la creencia que los avances tecnológicos, la virtualidad del mundo ha terminado con la inocencia, la creatividad, la magia. Pudiera ser. Mientras escribo estas líneas mis nietos, los más pequeños, ya no están en el país. Forman parte de la...