El Niño que no conocía el Miedo

15 0 0
                                    

   Si conoces el cuento de Juan sin Miedo aquí te presento una versión de lo que implica no sentir miedo 

Hace mucho tiempo existía una señora llamada Mariela que vivía en una hacienda lejana con bosques, mucha vegetación y bastantes animales, por lo que llegaban hasta la casa ruidos de todo tipo. Ella los llamaba ruidos misteriosos que sonaban por doquier. Como vivía sola porque había enviudado, escribió a una hermana para que mandara a alguien de allí a acompañarla unos días, cualquiera de los sobrinos, podría ser...Su hermana presurosa le indicó a su hijo Elías para que fuera con la tía.

A media noche de ese día, Mariela escuchó llamar a la puerta de su casa: ¡Toc, Toc!

-¿quién es? Preguntó llena de miedo ¿Quién toca?

-Tranquila es tu sobrino Elías. -¿Y cómo te atreves a venir tan tarde? La noche está muy oscura y hay animales en el bosque

- que importa si es de día o de noche? Respondió el muchacho, que a lo sumo tendría unos 12 años.

La tía abrió, se abrazaron, y lo acomodó en un rincón sobre un colchón de paja. Estarás bien aquí. Necesito compañía

Con Elías en la casa, la tía sentía menos miedo. Llegó el invierno y una noche cuando la tía y el sobrino estaban frente a la chimenea, junto al fuego. Se desencadenó una fuerte tempestad, los árboles aullaban como fieras heridas y las fieras corrían despavoridas aullando entre los árboles. Esto permitió que la puerta se abriera repentinamente, armando un gran estrépito.

Elías soltó una risa muy fuerte, una sonora carcajada, pero la tía le dijo: ¡corre a cerrarla, que tengo miedo, estoy muy asustada!

-¿Miedo?- ¿Qué es eso?-¿Qué es el miedo, tía? ¿A qué parece? Y continuaban sus interrogantes sobre un fenómeno que él no conocía.

- La tía dijo: Hijo, yo no sé explicártelo. Pero en el momento que lo sientas reconocerás esa sensación de temer ante una situación determinada.- Entonces, tía yo tengo que salir a buscar el miedo- exclamó Elías.-Tengo que conocerlo-

- Mañana saldré muy temprano a recorrer el mundo hasta encontrar en mi recorrido al fulano miedo. Llamaré a mi madre para que mande a otro de mis hermanos a hacerle compañía.

Hizo lo prometido, al llegar su hermano mayor. Cogió una mochila y salió. Caminaba y caminaba, hasta que ya de noche, divisó una fogata en lo alto de una lejana colina.

Llegaré hasta allá, se dijo-. Tal vez allí encuentre el miedo.

Rato después, estaba en la cumbre, allí una banda de seis ladrones se calentaba junto a la hoguera.

-Buenas noches –Les dijo-. Aquí se está muy bien. Afuera hace mucho frío-

El Jefe de la banda, un hombre desdentado, de mal aspecto, le preguntó extrañado:

_ Rapazuelo-¿Cómo te atreves a interrumpirnos, a llegar hasta aquí, si aún los pájaros y los animales del bosque nos tienen miedo?

-¿Dijo usted miedo?-pregunto Elías soltando la carcajada-. Precisamente eso es lo que ando buscando: el miedo; y no lo encuentro por ningún lado.

-¡Pero si nosotros somos el miedo mismo! Exclamó el Jefe_. Todos nos temen, la gente huye al vernos, porque somos capaces de las más terribles fechorías.

_¡Bah! Ustedes quieren burlarse de mí. Yo estoy con ustedes y no tengo miedo _ les contestó Elías.

Los bandidos les causó asombro las palabras De Elías, y entonces uno le dijo:

_Si quieres pasar miedo, toma esta cazuela con sopas, baja a un camposanto, que está allá donde se ve aquella luz triste; enciende lumbre junto a la tercera sepultura, y allí calientas la sopa y te la comes.

Cuentos y Algo MásWhere stories live. Discover now