Capítulo 3

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—¡Dale Kichan! No se para que te bañas si igual vas a seguir siendo negro— me decía mi amigo Nico del otro lado de la puerta, me reí y le contesté.
—Vos de envidia porque no tenes mi piel— le dije y termine de cambiarme, me peine un poco y como todavía tenía el pelo mojado no me pase gel.
—Ya estas listo, ¡Aleluya!
—Que exagerado que sos, me pongo perfume y nos vamos
—Deja de arreglarte tanto, ni que fueras a levantarte a nadie hoy, estas casado— me dijo jodiendome por Malena.
—Estaba, cortamos hace una semana, te lo dije mil veces cabeza de naipe— le dije mientras le lanzaba las llaves— Manejas vos ahora y yo manejo después— le dije y aceptó.
—Menos mal que terminaron, esa mina no te dejaba ni ver a tu familia, ni siquiera a mi— me dijo y yo negué con la cabeza.
—Nos vemos y ya me estas llevando de joda, por algo me prohibía verte— le dije y se río.
—Pero tu familia no te lleva de joda— me dijo y ahí si me di la razón.
—Déjemos de hablar de lo pelotudo que fui y salgamos— le dije y salí del departamento.

  Llegamos a un boliche y fuimos a la parte vip, ahí estaban algunos de los chicos de Boca, mis posibles nuevos compañeros si es que Boca me compra en unos días (Aclaración: Cristian no estaba en Boca todavía).
  Salude a todos y vi que Malena había venido al mismo boliche que yo y estaba apretando con un chabon a unos metros de donde yo estaba, no voy a negar que me dolió, pero le reste importancia, si ella podía hacer su vida, yo también. Pino llegó con un amigo y me lo presentó, no presté mucha atención y me fui a la barra a pedir un trago, sin querer me choque con una chica...
—Disculpame, no te vi— dijo y quito sus manos de mi pecho.
—O tal vez me viste y me chocaste a propósito— le dije guiñandole un ojo y ella levanto una ceja.
—Claro, sobretodo eso— me dijo riéndose y a punto de irse, pero la agarre de la muñeca y la atraje hacía mi.
—¿No me vas a decir tu nombre?— le pregunte y ella se río y me alejo.
—No lo precisas creeme— me dijo y se fue, me la quede viendo mientras se alejaba y estaba bastante bien, no pude ver muy bien su cara, pero se notaba que era linda.
Cuando desapareció entre la multitud, fui finalmente por mi trago.
Pedí algo y me fui otra vez al vip con los chicos, cuándo llegue con ellos vi que la chica a la que me ve había chocado se iba a bailar con el amigo de Pino, seguramente era la novia. Sin poder evitarlo me la quedé mirando, no me di cuenta y Pino me empezó a joder por eso.
—¿Que miramos tan atento negro?—me dijo sentándose al lado mío.
—¿Esa minita es la novia de tu amigo?— le pregunté y él me sonrío.
—Fauto no tiene novia, debe ser alguna flaca que se esta por levantar o algo— me dijo despreocupado y yo la seguí mirando.—No me digas que le queres robar el levante a Fausto— me dijo y yo me reí.
—No, nada que ver... es que me la choque cuándo fui a pedir el trago y no me quiso decir el nombre, me lanzó un poquito de sarcasmo y no me gustó, se nota que es una histérica.
—¿Histérica?, ¿Porqué no te dio bola?— me dijo riéndose y lo mire mal.
—No, porque se le nota mirala, seguro es una de esas minitas con plata que se creen la gran cosa— le dije mirándola.
—Que tiene plata es seguro, mira como esta vestida, pero no parece mala piba, por lo menos se la ve reírse con Fausto...
—Me aburrí, me voy a casa no me siento cómodo, esta mi ex más allá y no tengo ganas de verla— me excuse.
—¿Cristian vos te pusiste así de loco por una mina que no te dio bola?— me dijo riéndose.
—Chau Pino Chau.

Agarre mi campera del ropero (o como le digan en donde ustedes viven, al lugar del boliche en el que te cuidan las camperas y eso), pagué y me fui a mi casa, me acoste y a los segundos me sono el teléfono, era mi hermano Fede, mañana venía y me decía de salir a comer algo con los chicos. Le contesté que si y me dormí.

Narra Gala:

—¡Boluda no sabía que estabas acá!, ¿Cuando llegaste?— me pregunto Fausto.

Faus era un amigo de la infancia al igual que Olivia, con él nos conocimos porque era amigo de un novio de la infancia de Oli, a pesar de que esa relación no duró, Faus nunca dejo de hablarse con Oli, por lo cuál se juntaba mucho con nosotras y habíamos creado una linda amistad entre los tres.

—Llegué hoy, me vine a despejar cabeza por un mes más o menos— le dije y él me abrazo.
—Me enteré lo que paso con James y esos estúpidos, no se veían como malas personas, les das la mano y te agarran el tobillo ahora— me dijo y me reí.
—Más o menos— le dije riendome por su dicho— Igualmente no voy a dejar que me hundan, en algún momento voy a volver a dar mi parte de los hechos, pero todavía no. Ahora quiero venir acá y sentirme una más del montón.—le dije y el sonrío.
—Eso va a ser difícil, acá también te conocen— me dijo y me reí.
—Si pero no tanto como allá. Contame algo de tu vida, ¿Cómo te va?.
—Bueno, mi papá me dejo a cargo de su resto-bar, la semana pasada renunció un empleado porque se iba a vivir a Neuquén y ahora estoy en busca de alguien que atienda las mesas, pero no tengo suerte, así que estamos todos a las corridas y para relajarme un poco decidí salir y justo te encontré a vos acá y ahora estamos hablando, posdata estas hermosa— me dijo y me reí.
—Gracias, vos también estas bastante guapo, hasta te dejaste crecer un poquito la barba— le dije y le toque la cara, él se río.— ¿Solamente es atender las mesas lo que tiene que hacer tu empleado?— le pregunté y él me hizo que si con la cabeza.
—¿Tenes a alguien en mente?— me pregunto y me reí.
—¿Cómo me ves de mesera?— le dije y se río.
—Lo que pagarían los Yankees por verte de mesera— dijo y nos reímos.
—Si queres te puedo hacer el favor, yo estoy al pedo en mi departamento, no te cobro ni nada porque ambos sabemos que no lo necesito— le dije y reímos— Podríamos pasar el rato juntos todos los días, vos tendrías el empleado que te falta y yo estaría haciendo algo productivo y estaría con un amigo a la vez— le dije y él aceptó.
—Me encanta la idea, te podría ver todos los días y no se que con vos no hay oportunidad de aburrirse— me dijo y me estiró su mano, la acepte y cerramos trato— Contratadisima.
—Igual no digas nada, pero me dijeron que el dueño de ese lugar esta medio loco— le dije jodiendo y él se río.
—¿Un tal Fausto? Encima lo mataron con el nombre— me dijo siguiendome la corriente.
—¿Y a la amiga? Galilea se llama, encima se rumorea que es cornuda, re patética la pobre se mudó de país— dije y nos empezamos a reír.
—Que boludos esos dos eh— me dijo y así estuvimos toda la noche, bailamos junto a Oli y la pasamos bien.

Cuándo cerró el boliche Oli me dejo en mi departamento y se fue a su casa.
Me duché y empece a sacar cosas de mis valijas y ordenar un poco. Cuándo me dio sueño me acosté y puse la alarma temprano porque iba a tener que ir al restobar de Fausto mañana.   Estaba segura de que eso me iba a servir.

Reputación (Cristian Pavón).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora