Narra Gala:
-Mi amor, ¿Estás seguro que no había nadie?- dije besando a Kichan, él asintió y me pasó mi remera.
-Segurísimo...- sonrío y los ojitos se le achinaron, me dio ternura y lo volví a besar.-Para un poquito porque no me resisto y volvemos a lo de hace un rato- dijo pellizcandome la espalda, solté un gritito y él se río.-Sos tan linda pendeja.
-Sos hermoso viejo choto- volvió a reírse y besé su mejilla. Me puse la remera y volvimos al hotel, pasamos desapercibidos gracias a Dios y al entrar al dormitorio Cristian se sacó la remera y pude ver el rastro de mis uñas en su espalda. Me reí.
-¿De que te ríes gila?- dijo dándose la vuelta para mirarme, sonreí y le guiñe el ojo.
—De tu espalda.— dije y fui a preparar el jacuzzi que había en nuestro cuarto, cuándo salí Cristián se estaba mirando en el espejo, parecía un perrito cuando intenta atrapar su cola, solo que él intentaba verse la espalda, me tente y él me miró.
—No veo que tiene de raro mi espalda...— dijo mirándome y haciendo puchero, me causó tanta ternura que no pude evitar ir con él y robarle un beso.
—Me reía por las marcas que te deje bobo— dije y él sonrío.
—Aaaah, por eso era... no es nada raro, yo buscando algún defecto y vos me venís con eso— dijo y me reí, es un bobo.
—¿Defectos? ¡Vos no tenes de esos! Esos son para las personas normales como yo...
—¿Y entonces yo que soy? Si vos me decís que tenes defectos, ¿Que queda para los demás? ¡Sos hermosa Galilea!
—Sos un dioso— dije y besé su mejilla, él sonrío y me abrazó aún más fuerte, sonreí y dejé un beso en su cuello, ganando que él se estremezca, solté una risita y él pellizco mi espalda, ahora la que se estremeció era yo y él que se reía era él.
—Me parece que me estás inflando mucho... ¿Vos miraste mis orejas?— dijo y me reí.
—A mi me gustan y de verdad te digo que me encanta todo de vos... para mí sos perfecto y el que diga lo contrario que venga y me lo diga en la cara, yo le voy a dar 1000 razones por las que sos hermoso— dije y él se río.
—Sos tan linda muñeca— me besó y sonreí, ¡Los labios de este hombre dios! No miento cuando digo que Cristian me dio y me da los mejores besos que me dieron en toda mi vida y saber que esos labios van a ser solo para mí era todo un gran logro en mi vida. Me imaginaba mi vida con él y no veía peleas más allá de que serie ver o algún día que Cristian se haga el pavo y me cargosee. Imaginaba verlo con el traje, yo con un vestido de novia, algo que pensé que nunca tendría, que nunca encontraría a alguien que me quisiese o que de verdad valiera la pena como para compartir una vida juntos, alguien que tuviera la misma ilusión que yo por una familia grande, alguien humilde que me quisiera por como soy y no por quién soy... siempre pensé que me iba a casar con algún familiar de un socio de mi papá, ya saben... bodas arregladas y que iba a vivir una vida llena de mentiras desde entonces, pero fue todo lo contrario, pude encontrar a la persona maravillosa que tengo al lado y estoy agradecida por ello.
—¿Estamos mimosa?— dijo Cris cuándo acaricie su espalda con mis manos, asenti con la cabeza en medio del beso y él se río. Me aleje de él y me reí, busqué mi ropa y una bata y él me miró mordiendose el labio.—Calentas la pava y no tomas el mate...
—Ya tomé mucho mate en la playa— dije y él se río, decidió molestarme un rato y se sacó el short que traía, desvíe mi mirada a otro lado y él se río, dos podemos jugar este juego... me saqué la remera y él me miró, aún mordiendose el labio, le guiñe un ojo y desabroche el botón de mi short, me lo saqué y lo dejé encima de una silla, mañana lo tendré que lavar...
Kichan pareció entender mi juego y sonrío.
—Basta Galilea porque sabes que no me resisto— dijo tapándose los ojos, me reí y fui agarre mis cosas para ir al baño, dejé todo en un mueble chiquito que había en el baño y me lave la cara, como hoy no me había maquillado, no era necesario que me desmaquille, lo cuál era un alivio porque odio tener que hacerlo, sentí unas manos en mi cintura y unos besos en mi nuca, miré por el espejo sabiendo quién era el dueño de esas caricias...
—No me dejes solo mala— dijo y me reí, mordió mi cuello y otra vez me estremecí.
—¿Jacuzzi?— pregunté y él asintió sonriendo. Me separé de él y busqué el baño de burbujas, con Cristian lo habíamos pedido porque ninguno había estado en uno antes, así que queríamos ver como eran... super infantiles, pero nunca es tarde para probar cosas nuevas.
—Boluda creo que me pase... vamos a terminar como en la película de la nena esa que se le presenta al papá, que era jugador de fútbol americano...
—¿Entrenando a papá?— dije riendome, porque efectivamente sí, se había pasado con la espuma.
—Sí esa, bueno yo me meto igual, si cae mucho agua o espuma afuera, después limpio el piso— dijo entrando al jacuzzi y me reí.
—¿Te cuento algo?— le pregunté entrando al jacuzzi y sentandome encima de él.
—Decime— dijo colocando sus manos en mi cintura y abrazandome.
—Amo verte así, tan felíz... tan tranquilo, sin presiones, sin problemas... me gusta que estés asi, en paz— dije y él me miró y sonrío.
—Es gracias a vos... vos sos mi cable a tierra, por vos estoy así de calmo y pacífico— dijo y sonreí, me besó y sus manos bajaron a la parte baja de mi maya, me reí porque amo todas las versiones de Cristian, solo él puede ser tierno y atrevido al mismo tiempo.
—Las manitos— dije jodiendo y él se río.— el boludo te dicen— dije y él sonrío y buscó mis labios otra vez, no hacíamos más que besarnos y intercambiar caricias, era hermoso estar así con él.
Al otro día nos levantamos temprano (mentira), nos levantamos tarde, Cristian no quería que nos levantemos y estuvimos debatiendo un rato en la cama sobre porque teníamos que levantarnos, ¿Qué les digo? Cristian no es de las personas que se levantan fácil, es un Koala.
Cuándo ya estuvimos listos fuimos a recorrer Miami todos juntos. Cristian iba de mi mano porque le había dicho que me sentía mariada, todo iba bien hasta que me empece a sentir cada vez peor, sentía que todo me daba vueltas y las cosas se pusieron oscuras, hasta que todo fue negro y lo último que sentí fueron los brazos de Cristian rodearme para que no me golpeara contra el piso...
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Reputación (Cristian Pavón).
FantasyGala nació en Argentina, es hija de uno de los empresarios más importantes en Estados Unidos, su mamá murió hace 2 años y su mundo se vino abajo. La repentina traición de su novio y "amigos", más las críticas, harán que Gala decida escapar a su país...