Maneras de amar

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La luz de la luna le permitía ver en la oscuridad, todo era tranquilo, miró hacía el cielo y observó las estrellas, en su punto más alto brillaban en un cielo despejado, era diferente que en Suna, la tormenta de arena a veces no dejaba ver ni la luna, Gaara siempre salía al tejado de su casa para admirarla en los días en que si podia, recordó como Yashamaru lo regañaba siempre por salir solo sin avisar, varios encuentros con las personas que lo querían asesinar ocurrían por qué sabía que él se escabullia solo, pero no había nada que temer su arena siempre lo protegía de todo.

Miró su mano izquierda y junto algo de arena en ella con su mano libre tocó su ojo manteniéndolo cerrado, la arena se dispersó y fue así como observó a su alrededor, no había nadie alrededor del campamento, se sintió un poco aliviado si su plan había resultado el enemigo jamás sospecharía nada, la misión sería un éxito y podía regresar pronto a cumplir con su deber protegiendo su aldea.

Caminó hacía el pequeño campamento, con la máscara arriba observó la tienda de campaña a unos metros de distancia.

Se le vino a la mente aquel ceño fruncido de la chica que lo acompañaba, Gaara recuerda haber ocultado un rostro de sopresa al ver esa expresión en ella antes de meterse en la tienda, recorrió de nuevo en su memoria toda la conversación con la chica, después supo qué tal vez sus palabras habían llegado a un malentendido molestando a su compañera, sentado en frente de la fogata ya apagada entrecerró los ojos pensativo.

No era bueno expresando lo que quería decir en realidad, a veces su rostro y sus expresiones serias hablaban por él, hace años que sonreía un poco más hacía todos, ni le gustaban para nada los malentendido, al ver a la chica inmediatamente vió en ella un aliado y siempre protegía a sus aliados aunque le costará la vida.

Una presión en el pecho se sintió al recordar la mirada de la chica, se cuestionó el por qué sentía eso tal vez por qué desde la primera vez que la vió siempre había sonreído sin más, esa mirada tuvo peso en él, se sentía confundido de igual manera era la primera vez que se preocupaba por la sonrisa de alguien y de no perturbarla con nada.

Había algo en esa sonrisa que a Gaara le causaba una curiosidad extraña, podía separarla de diversas sonrisas que las personas le dedicaban todos los días, había algo de calidad en ella sin embargo también tenía algo de tristeza pero no de mala manera, más bien parecía nostalgia, había algo que inspiraba confianza en pensar que todo estaría bien.

Nunca la olvidó desde aquella misión en dónde discutieron con Lee del regalo de Naruto para su boda, no era la primera vez que la había visto pero sí que la había notado.

Y él lo sabía, su compañero de equipo había muerto en la guerra como un héroe, Gaara hizo un recuento de las veces que la había visto, siempre estaba junto a aquel Hyuga del que tampoco había tenido contacto directo, aquella vez al término de la misión para rescatarlo de los Akatsuki que lo secuestraron recordó haberla visto conversando con él entusiasmada sin embargo en ese momento no prestó mucha atención, tenía otras cosas de que preocupartarse en ese momento.

Miró sus manos iluminadas por la luz de la luna, hace unas horas tenía en ellas una simple bola de arroz casera, recordó que no probaba comida casera desde que Yashamaru cocinaba para él.

En ese momento con la comida en la mano sus pensamientos se transportaron sin quererlo a aquella tarde en que ayudó a su tío a hacer bolas de arroz similares, él se lo había pedido después de observar desde lejos a unos niños compartiéndolas, en su infancia Gaara siempre quiso tener amigos e intentó muchas maneras de lograrlo y todas fracasaron.

-Ya-yashamaru...- le dijo Gaara a su tío mientras lo veía lavar el arroz.

-¿Ah?, ¿Qué ocurre Gaara?- el mayor le miró con atención sin detenerse a lo que estaba haciendo.

-Yo... las personas que son amigos...-el pequeño Gaara cerró los puños recordando aquella escena de los niños en la mañana-comparten comida, ¿verdad?

-Si se podría decir que así es- su tío miró hacia arriba pensativo- aunque hay diferentes razones por las cuales podrías compartir comida con alguien.

-¿Diferentes...razones?- Los pequeños ojos del niño se abrieron con curiosidad.

- Se podría decir que los amigos comparten comida pero a veces las personas suelen hacer ese esfuerzo por alguien quién realmente les importe- Yashamaru puso el arroz en una olla con agua y el fuego de la estufa para prepararlo, después de hacerlo miró a Gaara de nuevo- el cocinar requiere de tiempo y esfuerzo no se debe tomar tan a la ligera que una persona cocine para tí, el amor tiene tantas maneras de demostrarse e inclusive la más común es que una chica cocine para un chico que le gusta de verdad.

-Oh ya entiendo- admiró la explicación de Yashamaru y le dedicó una sonrisa- esta mañana vi a una niña dar su desayuno al niño, eso quiere decir que él era la persona más importante para ella...

Yashamaru le dedicó una sonrisa y se agachó frente a él como siempre lo hacía.

-Probablemente así sea Gaara, así como yo cocino para tí y tu madre cocinaba para tu padre- cerró los ojos sonriéndole- algún día encontrarás a alguien especial que quieras que te cocine o a quién cocinarle, si es así no la dejes ir, el amor está en diferentes partes y se demuestra de diferentes maneras pero a veces en un parpadeo se puede desvanecer si no hacemos algo para que no se vaya.

Fuera de sus recuerdos Gaara miró de nuevo hacía la tienda de dormir, pensó que quizás esa curiosidad acerca de la chica era una de las diferentes clases de amor de las que Yashamaru le había hablado y en lo fugaz que había sido ella en su vida con aquella sonrisa, decidió que tal vez no debía dejarla desaparecer así de rápido.

Por un alma equivocada (GaaTen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora