Por un alma equivocada (GaaTen)

El mejor hermano mayor.

Esto es un capítulo especial acerca de la familia que forme este fic, Espero que les guste gracias por leer:3

Miradas y miradas sobre él, apenas lo soportó, deseaba que se acabará de inmediato, su arena metálica amenazaba con salir en cualquier momento sin que él pudiera evitarlo.

Se sentía patético, miró la espalda de aquel sujeto que casi había matado como a los todos los demás que se le acercaban, apretó más los ojos hacía él, los pequeños puños se cerraron.

No podía darse el lujo de confiar en alguien.

Sin embargo ahí estaba caminando detrás del hombre que lo había abrazado y consolado promentiendole que le enseñaría a usar su poder.

Shinki había aceptado cuando vió un poder similar al suyo, aquella arena blanca que no parecía contaminada por ningún material como el metal en la suya, con el movimiento controlado y suave que a diferencia del suyo era descontrolado y variablemente agresivo.

Lo usaría, al igual que ya había usado a personas antes o las personas lo habían usado a él, exactamente como aquel traficante de tecnología y dinero robado con el que se encontraba y el chico pelirrojo de espaldas a él había matado.

Le daba alimentos y un techo en donde pasar la noche acambio de que aterrorizara a sus víctimas en sus negocios sucios.

Shinki estaba apunto de dejarlo al día siguiente, seguir vagando como siempre lo había hecho desde que lo habían abandonado a su suerte, conseguir un mejor postor para un mejor intercambio, hasta que llegó frente a él el que se hacía llamar Gaara del desierto, cuando entraron a la aldea él se sorprendió al saber que todos lo llamaban por el título de Kazekage.

Shinki no supo decir si su suerte realmente había cambiado o empeorado.

Miradas por donde quiera que caminara, a veces sólo lo observaban a él y otras veces al Kazekage, la diferencia es que al segundo le sonreían amablemente y a él lo miraban atentamente, guardando distancia siempre.

Miradas de temor, temor a lo desconocido.

Shinki apretó más sus ojos mostrando las mismas arrugas con el enojo de siempre, trataba de reprimirlo sin embargo le era muy difícil controlar la arena metálica.

De un segundo a otro sin su consentimiento se volvieron a formar a su alrededor agujas grandes y pequeños apuntando siempre a lo que se atreviera a acercarse.

Los murmuros empezaron y las miradas empeoraron, Shinki perdía el control poco a poco.

-Oye- la voz tranquila de Gaara quién ahora se encontraba mirándolo y arrodillado frente a él, tocó su hombro de nuevo como la primera vez- tranquilo, estás a salvo ahora, nadie aquí te hará daño.

Las agujas desaparecieron y la cara de Shinki dejó de mostrar tensión, bajó la mirada hacia el suelo de nuevo en forma de disculpa.

Comenzaron a caminar de nuevo, el niño observó una casa no tan grande como las demás frente a él dónde se detuvieron al fin.

-Esta es mi casa- explicó Gaara y el niño lo miró aún sorprendido- de ahora en adelante vivirás aquí, entremos.

Gaara le sonrió levemente y Shinki solo lo miró sin dejar de pensar si aquello era real, si eso le pasaba a él en realidad.

En cuanto entraron Shinki vió el recibidor, una sala y varias habitaciones, una casa normal y acogedora, observó con curiosidad todo a su alrededor hasta que su mirada se topó con los cabellos castaños de una mujer.

-Vaya ya estás de regreso Gaara, esa misión duró más de lo que pensé- Tenten hizo un puchero hacia el Kazekage- ya te extrañaba

Y de inmediato los ojos castaños hicieron contacto con los de Shinki, lo miraron con curiosidad.