Capítulo XV

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Después de aquel curioso momento que pasó Atem transitando en la calle, retomó sus pasos hasta regresar de nuevo a su casa.
Pero este bello mancebo de ojos carmín, se encontraba con gran inquietud dentro de sus pensamientos, se le hacia casi imposible el ver a ese "fantasma" de su sombrío pasado y más en la ciudad de Domino.

<< Debo calmarme ,tengo que hacerlo>> se decía mentalmente.

Sin embargo su incertidumbre no terminaría ahí, sus ojos se abrían en un leve asombro, al percatarse de una patrulla estacionada en frente de la tienda de juegos de su abuelo: lo primero que había pasado por su mente era un accidente ocurrido a su hermanito y sin perder un minuto más sus piernas reaccionaron de forma inmediata para cruzar la calle.

Al irse acercando logró distinguir tres figuras paradas a la puerta de su morada, una de ellas se trataba de Yugi  el cual al verlo de su interior escapaba un suspiro de alivio. El siguiente sujeto lo pudo identificar también de forma inmediata (y como no lo haría con esa cara de tonto plasmada en el rubio) era Jonoichi el amigo cercano de su Aibou ,no obstante no  identificaba al otro sujeto su rostro no era familiar, pero, no se requería de mucha inteligencia para saber que de un oficial se trataba y que a primera vista no le agradaba en lo absoluto.

Observando con detenimiento se percató de las cara afligidas de Yugi  y su amigo ,más del primero ya mencionado, sus ojos rojos denotan el copioso llanto que de ellos se había generado, sus labios se hallaban en un constante tic tembloroso, fue entonces que cayó en cuenta de la verdadera razón de la presencia del oficial y evitando dar sospechas se acercó hasta ellos.

— Yugi  ¿ ha ocurrido algo? ¿ A caso el abuelo tuvo un accidente? —  preguntaba con un tono de voz lleno de fingida preocupación.

— A...Atem —el menor al escuchar la voz de su hermano mayor, levantaba su lastimera mirada y con algo de dificultad los palabras salían con dificultad de sus temblorosos labios.— No, no se trata del abuelo, es acerca de Anzu ella, ella esta muerta— sin soportarlo más, las amargas y cálidas lágrimas se acumulaban sin pudor alguno en sus inocentes orbes y acercándose hasta hasta él, hundió su rostro lloroso entre la camisa del morocho.

—Tranquilo Aibou, estoy aquí. — Fue lo único que llegó a decir ,fingiendo tristeza y dolor. Correspondiendo el abrazo, aferró sus brazos en el pequeño ovillo.

Dos pares de ojos miraban aquella escena con diferentes reacciones: Jonoichi muy a su pesar les veía enternecido, después de todo el sabia perfectamente que el calor de la familia es lo más importante en momentos como esos. Por el contrario el hombre de cabello castaño les miraba con una expresión llena de fastidio.

—Si ya terminaron de demostrar sentimentalismo ,es hora de continuar mi trabajo. Después de todo no he venido hasta aquí para ver un acto innecesario por los muertos. — Hablaba molesto el hombre de cabellos marrones.

Atem daba un respingo a la par de su pequeño reflejo, se había olvidado por completo del oficial parado detrás de ellos, ya que había pasado de largo y no había prestado la más mínima importancia de su presencia.

Jonoichi al escuchar aquellas frívolas palabras se giro para encarar a aquel prepotente con fachada de hombre de ley. Estaba a punto de reprocharle su actitud ,pero se detuvo en seco al ver que Atem (separándose del menor de los dos) giraba para estar frente a frente de tan desagradable sujeto.

—Lo lamento, pero se trata de nuestra amiga de quien se esta refiriendo. Por lo tanto no veo nada de malo en nuestra reacción. — respondía con "molestia" cruzando sus brazos.

—Solo cumplo con mi deber, no tengo tiempo para perder viendo escenas ridículas, solamente buscó las pistas necesarias para llegar hasta la persona enferma que cometió tal acto y encerrarla tras las rejas.— hablaba de forma fría y severa — Y la única pista viable me ha traído hasta este absurdo lugar.
De acuerdo con mi principal testigo, —señalaba al mozalbete rubio — la última persona cerca de Masaki Anzu al salir de clases se trato de Mutou ,Mutou Yugi  del mismo instituto.

Sus vocablos salían con fluidez y altivez. Como si con eso fuese a revelar todo el misterio de tan repulsivo asesinato.

Yugi  al escuchar cada una de sus oraciones, no podía creer lo que su mente percibía en esos momentos..¡Lo acusaban de potencial sospechoso!
El sólo echo de que su persona fuera un blanco por ese acto sucio y vil, le provocaba una gran opresión en todo su pecho.

— Y usted piensa en mí hermano cómo su sospechoso ¿o me equivoco? — preguntaba el de tez tostada, fijando sus ojos de manera retadora en los ojos del interrogante.

—Así es, al ser el único que fue visto con ella. Por lo tanto dime Yugi —fijaba su mirada en el más bajo de todos— ¿En dónde estabas entre las diez y la media noche del día anterior? Porque de acuerdo al reporte del forense, esa es la hora aproximada de su muerte.

Yugi sabía que no era culpable, recordaba a la perfección todo lo ocurrido del día anterior. Esas memorias frescas como costra, aún hacían mella en su memoria: Anzu y él hablaron alrededor de diez minutos, sumando a ello el tiempo tardado en caminar desde su Instituto hasta el parque, y ni todo eso podrían contarse dos horas.

—Es como usted dice oficial, sin embargo yo no pude haber estado con ella tan tarde. Sólo hablamos por poco tiempo, llegue a casa mucho antes de las nueve de la noche.

—No puedo creerte, bien podrías estar mintiendo y manipulando tus acciones niño.—

—Yo puedo afirmar las palabras de mi hermano— interrumpía Atem— Después de todo, yo había llegado antes que él a nuestro hogar para ayudar al abuelo. Pero si no gusta en creerme puede esperar a que llegue el abuelo para afirmar esta declaración.

Hablaba con fría calma, sin embargo era una muy buena máscara para disfrazar el tono retador de su voz.

Lo único escuchado por respuesta fue un chasquido lleno de molestia por parte del castaño. Y girando sobre sus talones habló antes de irse.— No crean estar fuera de mi vista, hasta no hallar al culpable, Mutuo Yugi  seguirá siendo el principal sospechoso.— ante ese último mensaje se marchó.

Un suspiro lleno de alivio se expandió por toda la habitación, Jonoichi se recargaba en la pared  con la palma de su mano cubriendo sus ojos, tenía unas ganas inmensas de golpear a ese despreciable hombre pero por sentido común entendía perfectamente que lo mejor era contenerse.
Por otra parte los ojos aguados de Yugi, reflejaban la inmensa angustia y tristeza vivida en esos momentos.

—Bueno chicos, creo que debería irme retirando. Honda aún no sabe sobre la noticia así que debo ir a avisarle. Y ánimo Yugi, a ella no le hubiera gustado verte en ese estado.

Y despidiéndose de esa forma, dejaba a los hermanos en la soledad de la tienda familiar.

Estando solos el pequeño doncel no podía contenerlo más, las amargas y calientes lágrimas empezaban a salir de sus brillantes luceros una vez más.
El mayor que se había limitado a observar a su reflejo, se acercó hasta fundirse en un abrazo y acariciando aquel cabello tricolor en puntas tan similar al de él solo podía escuchar los sollozos que de este provenían.

«Perdón por causarte este dolor, pero no me había dejado Anzu otro camino, ese fue su castigo por besar los labios que solo son míos»

Y con ese sombrío pensamiento, se quedaron abrazados por toda la tarde.
Sin imaginarse lo que el nuevo día de clases les daría de regalo.

Chanchan al fin pude traerles este capitulo TwT ,me siento feliz, espero y sea de su agrado.
Ojalá y pueda publicar el otro próximamente nwn y sin más premisas nos leemos en otro día.

El Lazo Que Nos Une. (Yugi X Atem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora