Capítulo XIX

338 16 13
                                    

Tienes razón me conoces mejor que nadie, puede ser que haya venido por otros motivos. - Y relamiéndose los labios,cual travieso felino se fue acercando hasta fundirse en un abrazo. Aquel pectoral definido y ese aroma tan masculino le hicieron perderse en un millar de recuerdos.

Todo estaba saliendo según lo planeado, pero lo siguiente que iba a suceder no estaba previsto.

Los rosados labios de Bakura se posaron sobre los de Atem, unos rojizos luceros se abrieron de par en par sorprendidos. Aquel sabor agridulce le nublaba el juicio y sin detener sus acciones, sus firmes manos se posaban en las caderas del  chico de cabellos plateados hasta descender a sus redondeados glúteos y acariciándolos correspondía el beso.

Los segundos pasaban, sus lenguas se mezclaban entre   enredándose y  degustando sus fluidos una y otra vez.

Bakura acariciaba el bien formado pecho del morocho dibujando círculos imaginarios en el ,un gruñido cargado de excitación salía de esos labios que tanto le habían vuelto adicto. Las caricias y los besos iban más y más cargados de insana pasión, hasta que Atem paro.

¿Pero qué estaba haciendo? No podía volver a caer en esa maldita tentación, estaba de vuelta con su querido hermano y se había prometido solo acariciarlo a él. Y separándose de una forma un poco brusca de Bakura decidió caminar hasta la puerta para alejarse una vez más de él.

—Una vez me marcaste "Yami" diciendo que siempre sería tuyo, no lo olvides. — con la cabeza baja y el flequillo cubriendo de forma sombría sus opacos ojos, murmuraba aquella oxidada promesa.
Y haciendo de oídos sordos, el joven de piel canela se fue ,dejando a un más confundido y perdido Bakura en la soledad de esa azotea.

Habían pasado ya algunas horas del receso y Atem recordó el  extraño comportamiento que demostraba su hermano. Después de lo sucedió con Bakura, había regresado al salón de clases bastante agitado pero había logrado calmarse para no llegar a preocupar a su otra mitad. Cuando por fin se había acercado para almorzar, todo iba a la par de bien los amigos de su reflejo platicaban e intercambiaban comida con él. Sin embargo el único que parecía estar algo alejado y pensativo ( y algo ¿molesto?) era Yugi, quien jugaba con sus respectivos alimentos.

De esa manera transcurrieron los minutos de clase, los cuales se volvían en una gran incomodidad. Por una parte ese molesto chico de cabellos albinos y por otra aquel cordero que mostraba una actitud distante, ambos estaban ocupando bastante espacio en sus enredados pensamientos.

Al fin llegaba el tiempo de salida, el cansancio podía notarse en cada alumno que recogía sus cosas con bastante pereza para dar por terminada aquella jornada de estudio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 31, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Lazo Que Nos Une. (Yugi X Atem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora