Capítulo XVII

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Ya habían transcurrido dos semanas desde aquella noticia llena de muerte y malicia que envolvió a Anzu. Yugi en ese tiempo se había dedicado a buscar a su amigo, ya que este habia faltado a clases los primeros días del desastre. Con bastante esfuerzo por parte del chico de menor altura, el rubio por fin accedía a regresar a sus clases. Claro estaba que no podía negarse a lo que su pequeño amigo le pedía, después de todo él era quien más necesitaba de su apoyo.

Dejando de lado ese echo, los días transcurrían con calma, sin alguna abrumadora noticia...hasta ahora.

Por aquellas grandes calles llenas de gente, como se es costumbre en las mañanas de la ciudad de Domino, se podían vislumbrar dos sombras correr a toda prisa entre todo el bullicio de la multitud. Cualquiera que los viera en verdad creería que son parecidos, pero, con tanta diferencia entre ellos les hacía ver totalmente distintos.

—Perdoname Atem. Todo porque el despertador no sonó a tiempo... Será mi culpa si llegamos tarde a clases. — Se disculpaba continuamente ,el joven de violáceos luceros.

—No tienes porqué pedir disculpas Aibou. Además el abuelo nos despertó.— Respondía con una cálida sonrisa que provocaba un claro sonrojo en el menor.

—Esta bien, solo esperemos llegar antes que la maestra.— contestaba ya más calmado. Y virando su rostro hacia el frente, sentía el ritmo de su corazón crecer a cada instante, el cual creía era provocado por el mini maratón.

Sin volver a mencionar  vocablo alguno, usaron esas fuerzas para poder llegar a su destino.

— ¡Hey , Jonoichi! No le habrás pegado tus pocas ganas de venir a la escuela a Yugi ¿verdad? —Preguntaba burlón el de copete en pico.

—Deja de decir sandeces Honda. Mejor deberíamos preocuparnos por él y su tétrico hermano ¿ Acaso has olvidado quién nos toca las primeras dos horas? — Al ver la cara llena de pánico y asombro de su compañero, el rubio solo dejaba salir un suspiro hastiado.

Faltaba ya unos cinco minutos para que la campana sonara, dando así anuncio de que las clases daban por empezadas.
En ese instante la puerta de abrió, dando a ver a los ya conocidos gemelos.

—Vez, te dije que llegaríamos a tiempo. — Comentaba sonriente el mayor de los Mutuo para esconder su cansancio.

—Si tienes razón, vayamos a sentarnos.— Y caminando hasta sus asientos , Yugi saludaba feliz a su tan alegre amigo, este levantaba su pulgar en señal de respuesta.

Al estar ya cada quien en sus respectivos lugares, Yugi se dio cuenta de un pequeño detalle; su hermano había desabrochado su saco y camisa dejando ver aquella prenda negra con vistosos y metálicos adornos. Cuando estaba a punto de decirle que se arreglará ,la maestra que tocaba a esa hora entraba ya al salón.

—Buenos días alumnos. Espero hayan cumplido con sus deberes ,pero antes de que les califique tengo una noticia. —Hablaba con fingida alegría una mujer de cabellos rojizos. A primera vista daba la impresión de una enseñante amable y comprensiva pero solo era una fachada de quién era en verdad.— De improvisto ha llegado un joven desde Inglaterra como intercambio a nuestra escuela. Por favor ,pasa.

En ese solo momento todo el tiempo se detuvo para una persona. Los ojos carmesí de Atem se abrieron de par en par a más no poder, al  reconocer la cabellera blanquecina de aquel atractivo mozalbete. Intentó calmar su asombro fijando su vista en el paisaje que le daba la ventana, pero ni eso lograba tranquilizar sus nervios.
Por su parte al terminar de entrar, aquel chico extraño para algunos se comenzaba a presentar.

— Un gusto conocerlos. Mi nombre es Ryō ,Ryō Bakura , espero y nos llevemos bien. — Sonreía de forma amistosa a todos, la chicas murmuraban contentas y extasiadas ya que ahora tendrían a dos guapos chicos en su clase.
Los chicos estaban molestos, puesto que no solo tendrían que lidiar con Atem sino ahora con el nuevo alumno también.
Cada quien estaba con sus emociones pero había alguien en particular que captaba la atención de sus achocolatados ojos, y como gato curioso fijaba ya su vista en esa presa que tanto quería. Podía notar la molestia reflejada en el semblante del moreno y eso le brindaba una sonrisa interna ante la situación.

Pero Atem no fue el único sorprendido, su pequeña copia también lo estaba, claro en menor medida que su mayor.
— ¿Bakura?...—murmuraba para sí el de pelo tricolor.

—Bien, ya que las presentaciones terminaron toma asiento, y espero te pongas al corriente con tus clases. — Comentaba la docente.

—Sensei, Bakura-kun puede sentarse conmigo hay un lugar vacío a mi lado. -— Ofrecía con una alegre sonrisa.

En eso dos pares de ojos sorprendidos se posaban sobre él, unos correspondía al moreno y el otro al recién llegado.

— Sabía que el hermano de Yami estudiaba aquí, jamás pensé compartir salón con él. Esto no podía haberme salido mejor de lo planeado.— Pensaba con bastante malicia el de pelo plateado, sus labios temblaban por querer sonreír ante su descubrimiento. — Ah, eres tú el chico del otro día. —Se acercaba a paso lento a su nuevo asiento a lado del menor de los Mutuo. Y sentándose como era ya debido empezaba una pequeña conversación.— Nunca creí volver a verte desde ese incidente en la calle.

— Tienes razón, yo tampoco pensé encontrarme de nuevo contigo Bakura-kun. Pero mejor hablemos después antes de que Chounou-sensei nos regañe, es bastante estricta.

—Tienes razón Yugi-kun, perdón. — Y con esa actuada disculpa los segundos transcurrieron, dejando aún muy confundido Atem.

Solo había pasado mitad de la clase y la mayoría ya tenía malas notas en su tarea de matemáticas. Jonoichi y Honda mostraban su molestia arrugando el papel de sus cuadernos. Yugi no la había pasado nada bien tampoco , miraba decepcionado aquellas fórmulas que tanto se molestó Atem en enseñarle.
Bakura miraba a todos con cara de inocencia hasta que se atrevió a señalar al hermano de este.

— Em Yugi-kun, ¿ Quién es el chico que se parece a ti? —señalaba al moreno que estaba frente al escritorio de la maestra.

—Ah ,es Atem, mi hermano gemelo. Aunque te darás cuenta que no somos para nada parecidos. Somos como dos lados opuestos de la moneda. —rascaba su mejilla en una especie de tic nervioso mientras sonreía.

— Ja,ja,ja, tienes razón no se parecen en nada (tú eres un idiota a lado de él) ,ya que tu pareces dar menos miedo que él y eres más alegre por lo que veo. — se formaba una sonrisa de oreja a oreja en la cara de muchacho, que invitaba a Yugi a sonreir.
Sin embargo ese tranquilo momento se veía interrumpido por los gritos y regaños de la profesora.

—¡No me importa si eres uno de mis mejores alumnos Mutou, esa vestimenta va en contra del reglamento escolar! ¡Te veré después de que terminen tus clases para hablar sobre este asunto y sobre tu tarea no te preocupes, solo perderás dos puntos! — En medio de todos esos regaños los ojos carmesí del morocho podían ver claramente la sonrisa llena de satisfacción de aquella mujer. La satisfacción de humillar a otros.
Sus manos se cerraban en puños, sus ojos destilaban aquel brillo que no había vuelto aparecer después de varios días de la muerte de Mazaki Anzu.

Nadie parecía percatarse del extraño cambio de aura de aquel adolescente, nadie... excepto una persona.

—Vaya ,al parecer dió en un nervio sensible de tu ser ¿no Yami? Me pregunto si le harás lo mismo que a otros que te han humillado. Me espera después de todo una gran diversión de tú parte Atem. —Y sumergido en sus pensamientos, Bakura veía divertido la escena.

Chan Chan terminado el capítulo del día de hoy, espero sea de su agrado :3. Al fin ha aparecido Bakura ¿que les pareció eso?
Me pregunto si Atem podrá controlar ese instinto asesino que tiene o matará a la Sensei solo por haberlo regañado enfrente de todos. Mmm son varias dudas ¿no creen? Bueno sin más nos leemos la próxima y gracias a quienes leen este fic :3 lo escribo de todo corazón para ustedes.

El Lazo Que Nos Une. (Yugi X Atem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora