La leve brisa nocturna meneaba los mechones amarillos de Yugi, así cómo la falda de Anzu. Ahí estaban de pie uno frente a el otro, una esperando la contestación que quería y él pensando en que debería decir.
Él en verdad quería decir un "sí" por respuesta pero en esos momentos no entendía el porqué no podía hacerlo. ¿Cuanto tiempo había soñado eso? El día en que por fin aquella joven fuera su novia, había esperado bastante y ahora que al fin pasaba sus palabras se quedaban atoradas en su garganta.
- Yugi...¿ Estás bien ? - preguntaba preocupada al verlo tan callado y con la cabeza agachada.
- Anzu yo, en verdad quisiera estar contigo - una sonrisa empezaba a formarse, sin embargo así como de rápido se había formado empezaba a borrarse.- Pero yo, lo siento en estos momentos estoy en una especie de encrucijada con mis sentimientos - su voz comenzaba a sonar temblorosa, las lágrimas querían salir y para no mostrar esa tonta parte de el se dió la vuelta emprendiendo una carrera lejos de ella.
- ¡Yugi, espera! - gritaba angustiada, no lograba entender lo que había pasado- ¿ Acaso me equivoqué sobre sus sentimientos? - al terminar de preguntarse a su persona, un horrible escalofrío recorría su espina dorsal.
De entre las sombras salía una figura, algo temerosa Anzu retrocedía unos pasos. - ¿ Quién está ahí ? - preguntaba nerviosa.
Una pequeña risa siniestra cargada de burla se hacia escuchar. - Anzu ,te noto asustada o más bien triste, tal vez la respuesta de mi Aibou no te gusto ¿verdad? -al fin aquella silueta tomaba forma, se trataba de Atem, Anzu quería sentirse tranquila ,pero por alguna extraña razón no era así, algo le decía que debía correr en ese preciso instante.
- Atem ¿ nos estuviste espiando? Pensaba que no eras de ese tipo de persona.
- Oh, no sabes muchas cosas de mi. Si se trata de mi hermano, soy capaz de cualquier cosa. - sus ojos le miraban fijamente, una pizca de enojo y locura se asomaban en ese par de ventanas carmesí.
Cualquier cosa... Aquellas simples palabras le provocaban un cierto temor en el ya nervioso corazón de la chica. Al percatarse de aquella reacción ese muchacho tan parecido a Yugi se acercaba a paso lento hasta ella.Las palpitaciones eran cada vez más rápidas: tenía esa necesidad de correr pero sus piernas no daban reacción alguna, lo veía acercarse como un león lo hacía con su presa.
Los ojos color marrón se abrían de par en par, no sabía que estaba pasando, sintió uno de los brazos de Atem rodearle en una especie de abrazo.
- Sabes no creí que te atreverías a besar a Yugi, pensaba dejarlo todo en paz si solo te confesabas pero sabes algo, no será así porque...te atreviste a tocar sus labios con los tuyos- murmuraba amenazante ,mientras que con la mano que tenía libre sacaba una navaja, ponía la punta de esta en el abdomen de la joven.Los ojos de Anzu estaban al punto del llanto, no entendía que pasaba, Atem parecía un demente. Ella estaba a punto de alejarse, pero algo lo impidió.
De un rápido movimiento , aquel de ojos color como la sangre, le había dado un certero golpe en la nuca.- Anzu es hora de un Yami no Game...
Con esas palabras Atem cargaba el cuerpo inconsciente de la joven hasta un oscuro callejón.Las piernas de Yugi no daban para más, no sabía cuánto había corrido hasta que de pronto choco contra una persona. El impacto fue tal que el pobre había caído directo al suelo.
- Ah yo lo siento, ¿estas bien? - preguntaba una amable voz.
- Lo lamento, yo fui con quien has chocado y te disculpas.- rascaba si cabeza apenado, entonces vio como la mano de aquella persona se ofrecía para levantarlo.
- No tienes que disculparte ,tambien suelo ser despistado muchas veces - Yugi al aceptar la mano de aquel que le ayudaba, levantaba sus enormes ojos color uva, fue entonces que logró visualizar mejor a su "salvador" si así se podría llamar.
Se trataba de un chico de tez de color porcelana, su cabello era blanco y sus ojos color marrón parecían gentiles.
- ¿Ocurre algo? - preguntaba aquel desconocido. Yugi al sentirse descubierto, negaba de forma frenética la cabeza. Y un leve rubor se ponía en sus mejillas.
- No no es nada, es solo que has sido amable a pesar de que yo fui quien cometió este error.
- Calma, a cualquiera puede pasarle. Además se ve que tienes prisa. - le regalaba una gentil sonrisa.
- Ah, bueno yo debo darme prisa para llegar a mi casa. Muchas gracias. - comenzaba de nuevo su andar ,no sin antes despedirse alzando la mano.- Mi nombre es Mutou, Mutou Yugi
- ¡ Yo soy Bakura, Ryou Bakura ! - contestaba él. Y así el se quedó viendo como ese chico bastante bajo a su parecer se aleja de ahí. -Asi que Yugi, interesante. Para ser hermano gemelo de ese bastardo, él es demasiado mediocre - la voz de Bakura cambiaba, y su semblante se volvía sombrío.
- ¿ Qué haces viendo a la nada Florence? - preguntaba Marik que salía de un pequeño local de comida.
- No te interesa en lo las mínimo Marik.- contesta molesto al moreno.
- Está bien, tarde o temprano me lo dirás. Así que andando, regresemos a tu casa compré lo necesario- y con esas palabras se colocaba un casco y subía a su motocicleta. - Vamos ¿qué esperas a subir Bakura? - preguntaba mientras daba palmadas en el asiento trasero.
- No quiero volver a subir a ese horrible aparato tuyo.-
-Bien ,si es así ve pensando cómo entrar a tu propia casa - sonreía burlón ,mientras de manera juguetona le mostraba las llaves.
Bakura chasquea la lengua molesto, y sin más remedio montaba aquella monstruosidad una vez más.- La próxima vez vendremos caminando,idiota.- le reclamaba a la vez que acomodaba bien el casco en su cabeza.
- Jajaja pero por el momento agárrate bien, si no quieres morir- ponía las manos del chico de cabello blanco sobre su desnudo abdomen. Y con algo de incomodidad, emprendía su recorrido una vez más.
Continuará...
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El Lazo Que Nos Une. (Yugi X Atem)
Hayran KurguSe dice que estamos predestinados a alguien especial para nosotros, antes de nacer. A esto se le llama como almas gemelas. A caso ¿esto será cierto? Pero siendo así, ¿ qué pasaría si esa persona resulta ser tú hermano gemelo? Ese será el conflicto...