Flashback I

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15 de Julio de 2005

El Niño de siete años estaba tirando la basura, como todos los días por orden de su padre. como odiaba hacer eso el pequeño. Pero debía hacerlo, según su padre era la "tradición" , todos sus hermanos lo habían hecho y ahora le tocaba a el.

Volviendo a lo que importa. Justo al acabar, vio al lado del contenedor una caja. Bastante grande pero no lo suficiente como para que no pudiera llevársela. El chico se agacho y con suma delicadeza abrió la caja, encontrándose con cinco cachorritos de pastor alemán. El sintió lástima por ellos, los habían abandonado y habían tenido tan mala suerte de que el era el que los había encontrado, y digo mala suerte porque el sabía que su padre jamás le dejaría tener perros.

Así que cogió la caja y se la llevo a la playa que había en frente de la mansión en la que vivía. Siempre había gente en esa playa así que supuso que alguien los querría.

Y así lo hizo. Empezó a andar entre la gente preguntando si alguien quería algún perrito. Todo el mundo se negó. Así que El Niño cansado decidió parar en la orilla, dejó a los perros a un lado y el se sentó a su lado. Miraba a la orilla pensando en la mala suerte que habían tenido ¿como alguien podía abandonar algo tan adorable?

-¿Son tuyos? -Pregunto un chica que se había acercado a curiosear.

Al chico le pareció muy bonita. Ojos azules como el cielo, que brillaban cada vez que miraba a los perritos, se notaba que le encantaban. Tenían el pelo pelirrojo, único pensó el muchacho. Y las pecas que adornaban sus mejillas la hacían ver tan adorable como uno de los cachorritos.

-En realidad no-Dijo El Niño.-Estaban en la basura, los he cogido para ver si alguien los quería.

-¡¿Que clase de monstruo hace eso?!- Grito La Niña ofendida.

-Eso mismo pienso yo.-

-Me caes bien.-Dijo La Niña sonriendo.

El Niño la sonrió a ella a modo de respuesta. No podía creerse que alguien como ella le hubiera dicho que le caía bien.

-¡Kim ven!-Grito La Niña. Estaba llamando a otra chica. Era más mayor que la pelirroja, parecía tener la misma edad que el. También era muy guapa, pelo castaño, ojos verdes y no tenía ni una sola imperfección en la piel, aunque esto era normal siendo tan pequeña.

-¡Que monada!-Dijo la castaña.

-¿Los queréis?-Pregunto el pequeño- Mi padre no me deja quedárnoslos.

-Por desgracia no podemos quedárnoslos....-Empezó la castaña que fue interrumpida por la más pequeña de las dos.

-No con todos pero si con uno.-Dijo

El Niño cogió uno de los perritos y se lo tendió a la pelirroja, la cual lo cogió encantada y empezó a acariciarle la cabeza.

-¿Como quieres llamarle?-Le pregunto ella.

-Elige tú. Es tuyo -Dijo el pequeño.

-Tu los has encontrado. Quiero que lo elijas tú, por favor.

La Niña puso cara de pena. Su labio inferior formaba un puchero. Y miraba al niño con ojos que mostraban pena. El no se pudo negar ante esa carita.

-Siempre me gusto Sparky.-Dijo el .

-Bienvenido a la familia Sparky.-Dijo La Niña mirando al perrito.

Acto seguido le dio el perro a su hermana. Y abrazo al chico. El al principio se quedó paralizado ante ese acto. Nadie que no fueran sus hermanos o su madre le había abrazado de esa forma antes.

-Gracias.-Dijo La chica dejando un beso en su mejilla.

CHRISTIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora