¿Qué he hecho?

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-Y ahora-Dijo dejando de besarme- Vamonos a casa.

Subí en la moto poniéndome el casco. Christian subió después. Paso sus brazos al rededor de mi para después coger mis manos y ponerlas sobre el manillar.

-¿Sabes como funciona verdad? -Pregunto.

-Para acelerar, para frenar -Dije señalando cada parte de la moto. -Pero no se arrancarla.

-Yo me encargo.

Y eso hizo, arrancó la moto. Y en cuanto lo hizo  yo acelere. Christian me movía a la derecha e izquierda en función de la calle que hubiera que coger. Al principio fue aterrador, Christian estaba muy borracho y temia que se cayera de la moto. Pero luego el contacto de sus manos y su cercanía hizo que me relajara. Tardamos menos de diez minutos en llegar a su mansión.

Bajamos de la moto, deje el casco en ella y cogí a Christian de la cintura para que no se cayera.

-¿Como se supone que voy a volver a casa?-Pregunte.

-Mañana Te llevo. -Dijo cerrando los ojos.

-¡Que! No no no. Christian si mi madre se entera de que me he ido y más contigo me mata. -Dije pero no hubo respuesta.
Con mi mano libre le di en la cara.

-¿Que? -Dijo adormilado.

-¿Has oído algo de lo que he dicho? -Pregunte.

-No. Ha sido tu culpa. Haces que el corazón me lata tan rapido y fuerte que no puedo oírte.

Sentí que mi corazón se paraba. Jamás habría creído que Christian diría algo así, pero bueno estaba borracho. Tenía sentido.
Durante una milésima de segundo me miro a los ojos, y después volvió a besarme. Un poco más salvaje que la primera vez. Dejo de besarme para posar su labios sobre mi cuello mandándome una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

-Eres-Dijo dejando otro beso en mi cuello- la- otro más- chica-y otro- más -Preciosa que he visto.

-Christian  tengo que irme-Dije, si seguimos así iba a tener un problema.

-Quédate conmigo esta noche, te prometo que mañana a las ocho estarás en casa, pero por favor quédate conmigo esta noche, no quiero estar sin ti.

Gruñí interiormente, me gustaría decir que quise decirle que no, de hecho durante los siguientes Díez minutos intenté convencerme de ello. Pero no pude, no quería irme. Y ojalá no hubiera pensado así.

-Vamos.-Dije cogiéndole de la mano.

                            **********
La alarma empezó a sonar por toda la habitación. Iba a levantarme para apagarla pero los brazos de alguien me lo impidieron.
Abrí los ojos encontrándome con el pecho de alguien. Levante la vista y me encontré con los ojos azules de Christian.
-Buenos dias mi Reina.-Dijo dándome un beso en la frente.

-¿Que hora Es?-Pregunte.

-Las 8 am.-

-¡¿COMO?! ¿Dime que es una broma? Por que no me puedo creer que estes levantándome a estas horas.-Dije volviendo a cerrar los ojos y acurrucándome en su pecho.

-Tu me hiciste poner la alarma. Te recuerdo que como no llegues pronto tú madre te va a matar.-

Me levante de un salto al oír eso. Una fuerza extraña hizo que me zafara fácilmente de los brazos de Christian y empezara a buscar mis zapatos.

-Vaya, cuando tienes miedo te conviertes en Hulk.-Dijo y empezó a reír ante su comentario.

Le eche  una mirada diciendo "no tiene gracia" y el me hecho una de "si que la tiene". Al final con tanta miradita acabamos riendo los dos.

-¿Donde está mi vestido? -Pregunte.

Ignorándome, Christian se levantó, se puso la camiseta ocultándome las perfectas vistas. Se puso sus zapatos y entró en el armario.
Al salir me dio mi vestido rojo sorprendentemente bien doblado. Y me guío hasta la salida de su casa. Aun era de noche. Pero no quedaba más de media hora para los primeros rayos de sol.
Ambos subimos a la moto, el delante y yo atrás agarrándome a él.
El camino fue corto, no duro ni cinco minutos, nuestras casas estaban bastante cerca, muy cerca a decir verdad.

-¿Pasó algo anoche en la fiesta que deba saber? -Pregunto cuando llegamos a mi casa.

Aquello me dejó flipando. ¿No se acordaba de nada? ¿Absolutamente de nada? Quizás fuera lo mejor. Después de todo el era un mujeriego y yo tenía novio. Por muy bueno que fuera, por muy guapo. Por muy feliz que me hiciera. Nuestro destino era estar separados.

-No, bueno, que estabas más borracho que una cuba, pero ya está.-Dije.

-Esperaba algo mejor ¿no aprovechaste y me robaste algún beso?

Negué con la cabeza.

-Me hubiera gustado que lo hicieras.

Si supieras....

Para evitar que se me escapara algo que no quería que el supiera, le di un beso en la mejilla y entré rápidamente a la casa.

Cuando cerré la puerta detrás de mi, me deje caer hasta el suelo. ¿Que acababa de hacer? Había besado a un chico teniendo novio. Pero no lo había hecho una vez sino tres o cuatro.
Lo bueno era que la única que lo sabia era yo. Y nadie tenía que saber lo que habia hecho, ni donde había estado esa noche. Sería como si no hubiera pasado. Y entonces tuvo que llegar mi hermana y arruinarlo todo.

CHRISTIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora