¿Que tendran los rubios vestidos de negro?

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Dedicado a Andrea150000. Muchas gracias por todos los comentarios guapa. Sois increíbles. Solo por gente como tu vale la pena seguir escribiendo. Gracias por tener el valor de dar tus opiniones públicamente, Me hace la chica más feliz del mundo saber que te gusta mi novela.

No tenía sentido mentir a Brandon.

Para empezar, nunca se encontraría con Christian, para seguir, estaba cansada de ocultar la verdad.

-Con que Christian.... Cuéntame algo más mujer. No me puedes dejar con la intriga.

Yo sonreí, cogi la copa y volví a beber.

-Todo empezó, al comienzo del curso, cuando un jodido rubio vestido con chaqueta de cuero apareció por la puerta. Con su sonrisa pícara y su mirada azul penetrante. Tan jodidamente sexy...

-Wow-Dijo- Valdría para novela de wattpad.

-¿Tu lees wattpad?

-Es mejor leer porno que verlo.

Estuve a punto de escupir los frutos secos que tenía en la boca.

-¿De verdad acabas de decir que te gusta leer porque el porno es mejor en los libros?

-Eso lo dices tu. A mi no me gusta leer, solo digo que a veces...

-¿Por qué seguimos teniendo esta conversación?- Le interrumpí.Lo último sobre lo que queria saber, era sobre las necesidades sexuales de Brandon.

-Bien.-Dijo. - Volvamos al tema inicial. ¿Qué tendrán los rubios vestidos de negro? Los morenos siempre hemos sido mas graciosos.

Negué con la cabeza. Este chico estaba perdido, definitivamente.

-Vale, ahora en serio. ¿Cual es el problema con el? ¿No le gustas? ¿Está con una guarra? Matamos a la guarra, tu no te preocupes, conozco un tipo en Miami....

Le interrumpí antes de que alguien pudiera denunciarle por esta planeando actos criminales.

-No, yo le gusto. -Dije. Pero fui interrumpida de nuevo.

Este chico era demasiado impaciente.

-¡¿ENTONCES?! -Gritó, prometo que medio local se giró para observarnos- No veo el problema....

-¡¿Quieres dejarme acabar?! -Grite yo de vuelta .

El se encogió en su asiento e hizo un puchero de broma.

-Lo siento jefa, sigue por favor.

-Bien.-Empecé más tranquila- Yo le gustó y el me gusta, pero hay un pequeño problema. Yo...

No me podía creer que hubiera dicho en voz alta que me gustaba Christian.

-Tu...

-Tengo novio.-Solté.

-Pues le dejas.-Dijo como si fuera la cosa más sencilla del mundo.

-No es tan fácil...

-Si lo es Evie ¿de qué te sirve tanto mareo?

-¿Tú sabes las consecuencias que eso tendría? Mi madre, para empezar, me mataría.

El negó con la cabeza riendo.
Aquello me molesto, mucho. Era una conversación seria y el se estaba riendo de mi.
Me eche para atrás, recostando mi cuerpo en el sofá, suspirando y comiendo más frutos secos de los que mi boca podía soportar. Esperando a que mi querido amigo dejara de hacer el imbécil.

-Evie, te va a estallar, puede que ahora o luego, tú decides cuando. Pero va a saltarte encima, porque es la verdad, es tu verdad. Tú quieres a ese chico y punto.

-Prefiero que me estalle más tarde. Además, puedo olvidarme de el.

-¿De verdad? Mírate. La historia se repite Evie. Esto ya te paso con el tenis. Yo recuerdo a una niña soñadora que lo único que quería era ser tenista profesional. Puede, que aguantaras las ganas unos años, pero has vuelto al club, y volverás otra vez, y otra, hasta que lo puedas dejarlo. ¿De qué te sirven tanto tiempo de sufrimiento si al final vas a acabar haciendo lo que te da la gana? Aquí la más idiota de los dos eres tú, amiga mía.

Me acababa de dejar sin palabras. Ojalá no lo hubiera echo, mi silencio le daba toda la razón. Porque, bueno, la tenía. Deje el tenis por cumplir los sueños de mi madre, y mira a donde me ha llevado, a seguir viviendo los míos. No soporto que me digan que hacer, nunca lo soporte, pero recuerdo el momento en el que todo cambio...
Eso me hizo dudar ¿debería hacer caso a Brandon? ¿Y si me ocurría lo de la última vez?
Pero... ¿y si no?

-Resolvamos esto como adultos.-Dijo sacándome de mis pensamientos- Con un pulso de pulgares.

Al principio me reí, mucho. Brandon rendía a ser muy bromista la mayor parte del tiempo, sin embargo, lo decía en serio.

-¿De verdad?-Pregunte aún con una sonrisa en mi cara.

-Si tú ganas no volveré a mencionar nada de esto, pero, si yo gano, tienes que romper con tu novio y volver a tenis.

Iba a negarme, de verdad que iba a hacerlo. Pero luego, imágenes de mi jugando al tenis pasaron por mi mente, cuando ganaba torneos, las "comidas post partido" con mis amigos, Christian y su bendita chaqueta de cuero...
En ese momento, no pensé en nadie más, no pensé en mi madre, ni en mi hermana, ni en Camerón. Solo pensé en lo que a mi me haría feliz, y me gusto demasiado lo que vi.

-Hecho.

CHRISTIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora