Enamorarse No Es Una Opción, ¿O Sí? | Starker

10. Happy Birthday

Los siguientes días pasaron relativamente rápido. No hablaron más acerca del tema «dormir juntos» pues simplemente no sentían la necesidad de hacerlo. Había estado bien, no había sido la primera vez -y tampoco la última-. Tony se ausentaba generalmente por las mañanas para asistir a diversas reuniones mientras que Peter se dedicaba a explorar los alrededores. Consiguió comunicar con una muchacha originaria de la isla, su nombre era Gara y para su suerte, hablaba perfectamente el inglés. Le explicó que debían visitar el bosque de los Tilos antes de marcharse pues era un paisaje digno de ver y que sin duda debían pasear por el puerto pues la arquitectura era impresionante. Peter había manifestado en un momento dado su interés por la fotografía -pues antaño había sido su gran pasión-. Sin duda debía conseguir alguna que otra foto del lugar.

Tony no tardó demasiado en llegar a casa ese día. El menor sabía que estaba cansado pero no dudó en rogarle que fueran a pasear por el bosque. Stark no tardó mucho en aceptar pues los ojitos de cachorro del contrario eran algo a lo que no podía resistirse. Pasearon durante horas por el bosque admirando la calma que transmitía. La vegetación era abundante a pesar de tratarse de una isla volcánica y la cascada de los Tilos era alucinante. Era un lugar digno de cuento de hadas. Tony no quería arruinar el momento que estaban viviendo pero sus piernas ya no aguantaban, necesitaba sentarse a comer y beber algo. La edad le estaba costando caro.

Regresaron al puerto y tras aparcar el coche, caminaron por el lugar admirando las hermosas casas que adornaban el paseo, disfrutaron de un almuerzo típico del lugar mientras veían el atardecer y finalmente volvieron a la mansión. Su estancia había sido corta pero lo habían disfrutado y Peter tenía fotos para recordar los momentos vividos durante los años venideros. Si seguía así tendría que comprar otro álbum pues el que tenía estaba empezando a llenarse.

El vuelo al siguiente destino fue más corto que el anterior pues no estaban tan lejos. El menor no podía hacer más que pensar en los lugares que verían esa vez. Trató de adivinar a dónde volaban durante los primeros minutos pero finalmente cayó rendido en un sueño profundo, sentado en el asiento junto a Tony. La cálida voz del mayor lo despertó un tiempo después.

Habían llegado.

Bajaron tranquilamente y se reunieron con el chófer que ya tenía todo preparado. Guardaron las maletas y partieron hacia el hotel. De alguna forma extrañaba a Happy. Se había acostumbrado a verlo conducir y su ausencia le provocaba nostalgia. Recordó que May no estaría esperándolo en casa al volver y que su casa ya no existía. Ahora todo era diferente. No se quejaba en absoluto pero a veces deseaba poder ver a sus amigos o a su tía, sin preocuparse por nada. Como cuando era un niño.

Unos minutos en coche y ya habían llegado. Barcelona. Una de las ciudades más hermosas de España según Karen. Por lo que podía apreciarse a través del cristal era una ciudad viva, llena de color y de personas interesantes que conocer. Pidió a su I.A que le recomendara lugares que ver mientras Tony comunicaba con la secretaria.

Una chica delgada, morena y de ojos azules se acercó a ellos con una sonrisa. Ella era la encargada de mostrarles a los huéspedes los dormitorios correspondientes. Peter observó como la chica le sonreía al mayor de una forma diferente a cualquiera clasificada como profesional. Bufó rodando los ojos. Por mucho que quisiera él jamás podría estar a su altura. Todo por culpa de la diferencia de edad y de que claramente no era mujer.

El "dormitorio" era gigantesco, moderno y tenía una terraza. Creía que tendrían dormitorios separados, sin embargo aquel era como un apartamento así que si tuviesen la necesidad de evitarse, sería muy simple. Por razones obvias. Pensó Peter mirando como la chica hablaba un inglés apenas entendible sin dejar de sonreír. Suspiró. Lo mejor era que colocase sus cosas en el lado que le correspondía y dejase de mirar cosas que no tenían nada que ver con él.