Abrir los ojos por la mañana y ver a tu persona favorita debería ser un derecho humano. Peter no pudo evitar sonreír al ver a su novio durmiendo tan plácidamente a su lado. Mariposas llenaron su estómago y no pudo hacer más que acariciar su rostro. La tenue luz mañanera se filtraba por las ventanas iluminando la habitación. Seguramente desayunar en la cama sería una buena idea ya que aquel era su último día en Venecia. Saltó de la cama tratando de no despertar a Tony y envolviéndose en un albornoz, caminó hasta uno de los muebles donde recordaba haber dejado una pequeña compra, perfecta para preparar el desayuno.
Cinco días en Venecia fueron suficientes para que la pareja empezara a bromear en italiano, el idioma era muy parecido al español y algo parecido al francés según lo que habían oído en sus anteriores destinos y aún así les era prácticamente imposible dominarlo. De todas formas, era divertido intentar.
Nada más despertar tras esa "ducha relajante", Tony le informó de que pasearían por toda Venecia pues los puentes eran algo digno de ver. El menor tomó algunas fotos en el Puente de Rialto y en la Plaza de San Marcos antes de visitar la Basílica. Seguramente la mejor parte del día fue alimentar a las palomas, aunque en un momento dado tuvieron un problema con eso, nada grave. Solo una anécdota más que contar en un encuentro con sus amigos.
Pasear en Vaporetto no era tan emocionante como Peter había creído pero las vistas sin duda eran increíbles. Sería una lástima que la ciudad quedara sepultada bajo el mar pues era un verdadero tesoro. El resto del día fue dedicado a visitar Palacios por toda la ciudad. Peter tenía mucho material para su álbum y aún les quedaban dos días en la mítica ciudad flotante.
Tony le había comentado algo sobre un baile de máscaras que tendría lugar la noche antes de viajar y sinceramente, no podía sentirse más nervioso. Sabía que era una gala importante con gente importante y él no encajaba en absoluto en ninguna frase con la palabra importante en ella. Suspiró nuevamente. Todo iría bien. Solo tenía que relajarse, disfrutar y aparentar normalidad.
Sí, aquella noche sería un completo desastre.
Tony había notado el cambio de humor de su chico durante ese día. Todo había ido bien hasta después del almuerzo, cuando compraron las máscaras para el baile. Algo le decía que Peter le estaba ocultando información y eso lo hacía preocuparse de una forma inhumana. Era como si toda la inseguridad del castaño se reflejara en él de forma amplificada. Por suerte tuvo una idea que estaba seguro de que ayudaría a calmar los aires.
El ocaso estaba cerca, ¿y qué mejor que un paseo en góndola para ver el atardecer? Tomó la mano del contrario y lo guió hasta la góndola más costosa que pudo encontrar, sentándose junto a él en todo momento. Sabía que Peter tenía algo con el agua, como una especie de miedo a hundirse o ahogarse, probablemente a causa de algo relacionado a su pasado. No quería sacar el tema pues arruinaría la tarde así que se limitó a rodear su hombro y contemplar el paisaje.
Aquello era tranquilizante. Su corazón había dejado de latir con tanta fuerza y los nervios se habían calmado considerablemente. Tal vez conseguiría divertirse.
...
—Pete.
Giró sobre sí mismo, deteniéndose en medio de la calle. La oscuridad los resguardaba del mundo exterior como queriendo ocultar lo que tan mal estaba pero tan bien se sentía.
Tony tomó el rostro contrario e inclinándose ligeramente, besó sus labios. Fue un beso lento, sin pasión ni segundas intenciones. Solo cariño. Lo había extrañado y sentía que de esa forma Peter dejaría de tener miedo.
—Eres suficiente, aunque no lo creas. No necesito a nadie más, tú eres la razón por la que me levanto cada mañana y la razón por la cual duermo tranquilo por las noches. Eres importante y no quiero que pienses lo contrario, en ningún momento.— El mayor había tomado su mano y ahora solo le miraba tratando de darle valor. Sabía que cuando Peter se pasaba el día sin hablar en exceso, era porque algo le tenía triste o preocupado. Gracias a su brillante mente y a aquellas vacaciones, cada vez le era más fácil deducir qué era y por supuesto, aquella vez también estaba en lo correcto.
—Lo sé, es solo que... De verdad no quiero arruinarlo.
—No vas a arruinarlo, es imposible que tú arruines algo en mi vida. Así que deja de preocuparte por eso, por favor. No me gusta verte triste.
Peter sonrió levemente. Si alguna vez tendría que buscar momentos felices de su vida, sabía dónde encontrarlos. —Está bien.— Accedió finalmente tomando su mano para caminar por las oscuras calles de la ciudad.
...
—¿Me concede este baile señorito Parker?— Pidió Tony tendiéndole la mano a su acompañante.
Peter sonrió tras la máscara plateada. —Será un placer.— Comentó agarrando su mano para seguirle a la pista de baile.
El menor seguía nervioso a pesar de la conversación que habían tenido la noche anterior. Ese baile estaba lleno de personas importantes y Tony no era nada discreto en cuanto a lo suyo. Estaban bailando como una pareja cualquiera, junto a los presentes.
No se iba a quejar, lo único que siempre había querido era ser normal.
La melodía sonaba tranquila y acompañaba los pasos que ambos hacían. Estaban tan perdidos el uno en el otro, que en un momento dado los demás desaparecieron. Solo existían ellos, nada ni nadie más.
Los nervios de Peter comenzaban a desaparecer y una sonrisa danzaba en sus labios. Tony se sentía bien, le gustaba verle feliz y le gustaba sobre todo, poder compartir un momento así con él, como si nadie quisiera separarlos.
—¿Recuerdas cuando mandé a Happy a buscarte para traerte a Alemania?
El castaño sonrió más, recordando ese día. —Qué tiempos...
—¿Quién diría que pasados unos años estaríamos bailando en un salón en Venecia?— Tony estaba más que feliz. No quería que aquellas vacaciones terminaran nunca.
—La vida es un misterio.— Coincidió Peter arrugando la nariz.
La noche pasó lenta, tranquila y relajante. Aún les quedaba un destino antes de volver y el menor no podía esperar a conocer cuál sería.
Eran pasadas las doce cuando por fin volvieron al apartamento. Estaban agotados pero debían hacer las maletas pues su vuelo los esperaba para partir rumbo al misterioso destino.
...
Peter apoyó la frente en la ventanilla del avión, mirando hacia el lugar en el que habían creado recuerdos. Sonrió feliz y miró a su lado esperando ver a su novio. Sin embargo no fue así, Tony no estaba. Frunció el ceño confundido y trató de buscarlo con la mirada por el resto del avión.
—Sí, gracias por avisar Pepper.— Tony terminó la llamada y avanzó hasta su asiento bajo la mirada atenta del contrario.
—¿Pasa algo?— Preguntó el menor visiblemente preocupado.
—Nada grave, Pepper me acaba de avisar de que ha surgido una reunión muy importante a la que no puedo faltar.
—¿Cuándo?
—Mañana por la tarde.— El mayor suspiró sabiendo que sus vacaciones estaban a punto de terminar antes de tiempo.
—Entonces... ¿Volvemos a casa?
—Lo siento Pete, no puedo hacer nada.
Peter negó con la cabeza. —Está bien, no te preocupes. No es tu culpa.
—Prometo compensártelo.
El castaño sonrió apoyando la cabeza en el hombro contrario. —Trata de descansar, nos espera un día largo mañana.
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Enamorarse No Es Una Opción, ¿O Sí? | Starker
Fanfiction"¿Señor Stark? ¿Así se siente el amor?" Historia de amor entre personas con diferencia de edad. Si no te gusta este género no leas. La trama me pertenece por lo tanto está prohibida cualquier copia, adaptación, traducción etc.