-Me quiere, mucho, poquito, nada. Me quiere, mucho, poquito... nada.
Grité de rabia y tiré la flor al suelo. Era tercera vez que pasaba lo mismo. Me acerqué al vendedor y le pasé los últimos mil pesos de mi mesada.
-Oiga, niñita, mis flores de plástico tienen la misma cantidad de pétalos.
-¡Ya cállese y deme la maldita flor! -le respondí.
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Cuentos Cortos de Mediatarde
Short StoryCompilado de cuentos cortos que prefiero que estén acá que dispersos en Facebook