Microcuento 13

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Es temprano, casi las ocho de la mañana. Camino hacia mi trabajo por las mojadas aceras de este día de invierno. Delante mío va una pareja de ancianos tomados de la mano. Caminan como si nada importase, como si ya lo hubiesen alcanzado todo. Entrecruzan sus dedos y él acaricia con su pulgar la mano de ella. Ella le responde posando su cabeza en su hombro mientras siguen caminando a su ritmo, en su lentitud.

-¡Apúrense vejestorios! -les digo. Los adelanto y sigo mi camino.

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