Capítulo 1

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-No es mi decisión si ella cae en mis redes. - dije recordándola- además si es tan única como dices no me la dejerá nada fácil, aunque todas son iguales.
-Conócela y verás que ella no es como las demás- dijo tensando su mandíbula.
-Me prohibis...
-Sé lo que dije- me interrumpió- pero no creo que ella caiga en tus redes como dices, fácilmente así que permiso concedido. - fingió una sonrisa.
-Casi diría que estás celoso, pero como eres su tío, es imposible.
-Exacto, imposible- dijo más para él que para mí. Como queriendo hacérselo entender a él mismo. Fruncí el ceño pero lo dejé pasar. Cosa que muy pocas veces hago, pero el es mi único amigo. Él único que aguanta mis charlas de conspiración contra los ignorantes en dónde probablemente entra él, pero escucha sin quejarse. El único que conoce mi historia y que no me juzgó, más no comparte mi pensamiento machista. No entiendo por qué las chicas me buscan a mí, cuándo el es un gran chico que jamás jugaría con el corazón de alguna chica por muy ... Defectuosa por decirlo así, que ella fuera.

(...)

-Hola, Ash- dijo Britanie con los botones de su camisa rosa desabrochados y una mini-falda azul casi dejando a la vista todo.
-Hola- dije y sonreí de lado aprovechando la vista.
-¿Por que tan lindo hoy? - dijo mordiendo su labio inferior.
-¿Solo hoy?- alcé una ceja.
-Que engreído- se quejó rodando los ojos.
-Pues este engreído parece hacerte debilitar con nada. 
-Eso no lo niego-se acercó a mi oído- y quiero saber si...- murmuró bajito y mordizqueó mi lóbulo, como si eso causara algo en mí. Pobre. Muy linda y todo, pero la verdad no me gustan los compromisos y jamás repito con una misma chica. Hacerlo con ella sería darle prioridad y una plástica como ella, no merece ningún tipo de prioridad.
-No- dije frío.
-¿Por qué? - ella chilló.
-Por que no quiero y punto. - dije levantándome de mi puesto dándomelas del muy digno, estaba dispuesto a salir del aula pero una risita me hizo retractarme. Volteé a mirar hacia la esquina del salón de dónde provenía la risilla y ahí estaba una chica. Bueno, era "la chica". Ya no tenía sus audífonos y sus ojos negros estaban clavados en la escena. ¿Ella se rió de la escena? ¿Quién se burlaba de un Vinci?
-¿Te estás burlando? -pregunté.
-Sí. - dijo riendo nuevamente. -eres un gran observador- dijo con sarcasmo y volvió a reír.
-¿De qué te ríes? - me crucé de brazos- no veo el chiste.
-Claro... Tu capacidad de impresión ya se desvaneció. - aseguró.
-No pienso ser filósofo- dije sabiendo que hablaba del libro " el mundo de sofía" en dónde aseguraba que para ser filósofo hay que tener el poder de la impresión.
-Más leíste el libro.- me dejó sin palabras, mierda ¿que le digo? - de la escena no sé que me dió más risa. Si tú forma de coquetear tan absurda y ridícula en dónde te crees un Dios griego y no llegas ni a sacerdote. O la estúpida chica insinuándose con su cuerpo cuándo todos sabemos que tu usas como un trapo viejo a las chicas una vez y las tiras. Sin embargo ella es tan ignorante que vuelve a tí después de que sabe que eres un asco de persona.- todos tenían la vista ella. La chica se había parado y camimaba hacia mí- con la vana esperanza de que repitas su humillacion. - iba a interrumpir pero siguió hablando con tanta simpleza y sin pelos en la lengua que me quedé mudo- era obvio que te negarías pero ella hace un berrinche dándote a tí el poder de "la rechacé, soy un Don Juan" - hizo comillas con sus dedos y rió- y tú pensabas salir todo digno de no ser por mi risilla que te llenó de ira pues no estás acostumbrado a que alguién se burle de tí. Y mucho menos yo, una chica. - llegó a mí y dió una sonrisa genuina- fué un placer conocerte Ashton Vinci, a tí, a tu horrible pretendiente y a su patético show. Soy Jaile Leirk. - y con esto salió del aula.
Yo no tenía palabras.
¿Que había sucedido?
¿Yo sin palabras?
¿Quien se cree que es?
Salgo tras ella y la alcanzo.
-¿Quién te crees que eres?
-Nadie- aseguró triste. Su respuesta me dejó nuevamente mudo.
-¿Por qué te burlaste de mí, si te crees nadie?-ataqué.
-¿Y quien te crees tú que eres? ¿Acaso no puedes pasar vergüenza como los demás mundanos?
-Recién me conoces ¿como sabes que no he pasado vergüenzas?
-No soy nadie, pero estudio para serlo. Leo las acciones, miradas, reacciones, facciones y  formas de caminar de las personas. Eso me hace entender muchas cosas sobre muchas personas. - dijo relajada como hace un rato.
-Eso no te permite juzgarme.
-¿Te estoy juzgando? - arrugó el ceño.
- Se siente como si lo hicieras- dije reafirmando. Suspiró. 
-No me caes nada bien, pero quiero saber si lo que dice mi tío de tí, es cierto. No juzgo por pasados, ni por primeras impresiones así que no, no te he juzgado pero si siempre eres como hace unos minutos, no tardaré en hacerlo. - nuevamente sin palabras la miro con el ceño fruncido. - Adiós- dijo ella sonriendo como si nada entrando a su clase.
¿La acompañé a su clase?
¿Desde cuándo yo acompaño a clases?
¡Mierda, mis clases!
Y con esto salgo corriendo a mi siguiente clase.

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