Capítulo 6.

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-No papá, tranquilo todo está bien- dije bebiendo mi limonada.
-Me alegra ¿como vas con tus chicas? - preguntó.
-Rotándolas- dije sin más.
-Muy bien... Hablamos luego hijo- escuché una risilla de mujer - tengo cosas que hacer- dijo y cortó.
(Cosas súper importantes) pensé sarcásticamente.
-Con que rotándolas- dijo una voz tras mío.
-Jason...- dije levantándome de mi silla.
-Ten- dijo interrumpiéndome y entregándome las llaves de repuesto de mi apartamento. Como el era mi mejor amigo, tenía toda mi confianza sobre él así que le dí el poder de entrar a mi apartamento cuando quisiera- no las necesito. Ni a ti, ni a tus falsas promesas.
-¿Pero...?
-¡NOOO!- gritó- la envenenaste en contra mía, claro porque si ella estaba de mi lado no la podrías tener- habló para si mismo- te pedí que no te acercaras a ella ¿y que hiciste? Te acercaste a ella y para sumarle la pusiste en contra mía. Y tú- me señaló pero lo interrumpí.
-No.- dije- tú la pusiste en tu contra, sabes que ella no necesita de que yo la convenza para hacer algo, no la subestimes. Así que si ella no te quiere cerca no es por mi culpa.- dije ya muy enfadado.
-Pero lo prometiste. Siempre has podido tener a cuanta chica deseas y ¿no podías dejar a miiii chica quieta?, ¿no podías dejarla en paz?. No el señorito le importa cinco lo que su mejor amigo sienta.
-¿Dijiste mi chica? - dije yo asombrado. Lo había sospechado pero nunca lo creí. Más ahora, no había duda alguna de que él... Estaba enamorado de su sobrina. - Estas enamorado de ella. - aseguré. No fué una pregunga sino una respuesta muy lógica a sus sobreprotecciones y cuidados sobre humanos.
Jason palideció y me miró con mucha más furia.
-Te odio.- dijo y dando sancadas camino fuera del apartamento no sin antes de dar un portazo.
Jason estaba enamorado ee Jaile, su sobrina.
Y ahora que lo sabía no podía hacerle mas daño al amigo que siempre estuvo para mí, aún cuando yo era o soy el ser mas repugnante del mundo.
Pero y ¿Jaile? ¿La iba a dejar sola justo cuándo mas me necesitaba?
Y despues de lo que pasó ayer, no dejaba de pensarla.
Ese "verte" me dejó sin palabras y sabía que era cierto pues ella era tan genuina que no tenía  por qué fingir.
¿Que haría?
Mi mejor amigo o una gran chica.
Y entonces hice click.
Como si de repente hubiera caido en el realidad.
¿Yo defendiendo a una chica?
¿Yo apoyando a una chica antes que a mi mejor amigo?
Y entonces lo vi, no sabía si era lo cierto pero tenía que darme razones para odiarla, recuperar mi mejor amigo e ignorar mi sentimiento que ya empezaban a quemar hacia ella.
Entonces me dí una razón estúpida, con muy pocos argumentos e incluso injusta, pero no podía permitirme enamorarme de una chica, no perder una amistad de tantos años.
Me dije a mí mismo " ella quiere jugar contigo y con él, destrozó una amistad y se quiere mostrar como la víctima cuándo es la victimaria".
No fué fácil creérmelo, tan solo con decirles que no dormí armandome toda una historia en donde tuviera mis argumentos para odiarla. Y no encontré nada, así que lo único que me quedó fué crear una historia de ciencia ficción en donde ella era la villana, todo con tal de prevenir unos sentimientos y no dañar la palabra que le dí a un padre una vez traicionado y dolido.

(...)
-Hey, ¿vas a la fiesta de Britanie? - dijo una chica de cabello castaño, ojos verdes, piel blanca y de baja estatura. Era hermosa y su cuerpo no estaba nada mal.
-Tu eres...- dije con una sonrisa coqueta. La vi sonrojarse.
-Sophia, su prima. Soy nueva.- aseguró y cambio de posición, una más confiada, una mas segura y eso me gustó.
-¿Vas a estár en la fiesta? - cuestioné.
-Por supuesto, soy su prima- dijo obvia y sonrienta. Tiene una hermosa sonrisa.
-Iré.- aseguré.
-Vale, es el viernes en su casa a las 9. -asentí- Adiós- y con beso en mi mejilla se marchó. Uff que chica más linda. Pero tenía que ser prima de Britanie.
Seguí concentrado en mis cosas mientras llegaba el profesor, cuándo sentí a alguién entrar al aula.
Mis ojos se fueron hacia ella y es que su belleza opaco la de cualquier otra chica sobre la faz de la tierra.
Tenía dos trenzas, un crop-top negro, jeans de cuero, converse negros, en pecho el dije de un rayo y en su mano su celular.
Se sentó justo a mi lado. Se veía toda una chica mala con ese atuendo y es que no me prodría encantar más.
-Hola- dijo con voz dulce.
-Hola- dije aturdido.
-¿Estás bien? - dijo preocupada el ver mi estupefacción. Quería decirle que se veía preciosa, que me encantaba y que estaba feliz que buscara su propia personalidad no lo que Jason quería. Pero es que eso sería aceptar que había perdido, que ella me interesaba y que en efecto me ganaría toda la decepción de mi padre.
-No, yo estoy bien. ¿Estás bien tú? ¿Me hablas como si nada  cuando dañaste una amistad de años?- ella se quedó callada y su rostro cambio a ser plenamente fríos sin ninguna expresión. - y ¿como estás vestida? pareces una rock-star.- reí falsamente. - ridícula. - dije y seguí escribiendo.
El profesor llegó y yo dejé lo que hacía para prestar atención a su clase. Miré de reojo a la chica que estaba a mi lado y ví que miraba fijamente al frente como si yo no existiera, cuándo una lágrima negra resbaló por su mejilla.
Dejó que resbalara por toda su mejilla hasta que ésta cayó en el cudernillo de apuntes. Se apresuró a arrancar esta hoja, romperla y seguir mirando al frente como si nada.
Yo me dí cuenta de todo mas no dije nada.
Pensé que ella se pararía y se cambiaría de puesto.
Que hablaría con sus nuevos amigos mal de mí y a todas mis nuevas conquistas les avisaria de lo cruel que yo fuí, más sin embargo lo que hizo, me dejó más que sorprendido.

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