-¿O sea que seré el primero en conocer a la verdadera Jaile? - le sonrío con picardía.
-Lastimosamente- asintió.
Se quedó en silencio y me miró incómoda. Sus mejillas se sonrojaron y sabía que algo no muy sano pasaba por su cabecita.
-¿En que piensas? - pregunté.
-En que tienes un muy buen cuerpo- dijo como si recordara el momento en que llegó y yo estaba en boxers. Mi estómago hormigueó y sentí mi corazón en la boca.
-¿No tienes pelos en lengua? - dije juguetón.
-Solo digo la verdad. - dijo encojiéndose de hombros.
-Pues si yo hablo de tí, el término "muy buen cuerpo" se queda en palotes. - dije penetrándola con mi mirada.
Ella alzó una ceja y negó con su cabeza.
-Eso no me interesa. - dijo y toda la emoción que tenía se desvaneció. Ya empezaba a pensar "¿Dos polvos en un día? No mames wey." pero debí suponer que Jaile es todo lo contrario a predescible.
-¿Entonces?
-Me refiero a que ellas tienen toda la razón por querer que tu estés enamorado de ellas. Cosa que nunca lograran si siguen como van. Eres apuesto, inteligente, arrogante y seguro. Son cualidades que a la gran mayoria las dejan botando baba. - dijo ella cruzándose de brazos.
-¿Y que hay que hacer para hacer botar baba a la sabia Jaile? - dije y ella abrió los ojos en impresión.
-¿Dijiste sabia? - cuestionó.
-Si...- y en par segundos ella brincó de la silla, corrió hacia mí y me envolvió en un abrazo fuerte en donde sus senos precionaban con mi pecho.
-¿Enserio lo crees? - cuestionó ella soltándome y posicionándose en el piso entre mis piernas. Por su mejillas resbalaba una lágrima.
-No lo creo, es una realidad. - dije sonriendo ante el recuerdo de sus brazos rodearme.
-Gracias, Ashton. - dijo con ese brillo especial en sus ojos.
Tomé un mechón de su cabello y lo puse tran su oreja.
-De nada, Jaile. - dijo y la ví estremecerse.
-Tú- dijo- el verdadero tú me hace botar baba- dijo mirándome fijamente. Mi corazón nuevamente se alteró. Sonreí con picardía iba a hablar pero ella con su índice selló mis labios- el verdadero, pues tu y yo sabemos que esa forma de ser de "no me importan las mujeres" tiene una historia y estaré aquí esperando para cuando, como yo me cuentes todos tus secretos. - dió un leve beso en mi mejilla, al otro lado que lo hizo Lizzie, solo que este hizo que un escalofrío me recorriera.
-¿Por qué eres así? - dije agotado de luchar contra mis hormonas. - tú sabes que te deseo y si haces cosas como estas no ayudan mucho. - ví en sus ojos decepción.
-No quiero que desees conocer mi piel, sino mi alma. - dijo ella con voz apagada. - quiero que desees conocer mi verdadera yo no quien finjo ser, porque por primera vez en mi vida quiero mostrarme genuina frente a alguién. - se levantó y me dejó pensando en sus palabras.
Sentí la puerta del apartamento abrirse y mis alertas se encendieron.
-Oye- dije y ella volteó con una mirada triste. - no me dijiste que necesitabas. - dije queriendo saber la razon por la que vino.
-Verte- dijo y con esto cerró la puerta con un leve empujón.
Me llené de ira por su respuesta ¿acaso no era conciente que su crudes en ls verdades me volvía loco?
Sabía que ella no era inmune a mis encantos, pero esos encantos no eran exactamente los que utilizaba con todas las chicas, pues ella podía ver que atra vez de mí si había amor y sentimientos pero que realmente me moría de miedo demostrar mi corazón.
¿Por qué ella me convertía en un ser tan vulnerable?
Tomé mi cabeza en desesperación, no permitiría que ella rompiera todo lo que yo había creado durante tantos años.
No sería ella ni nadie quien descongelara mi corazón.
No. Con esos ojos, con esa sonrisa, con esa personalidad, con esa belleza. Con su lindo mirar y andar con su ternura y rudez a la vez, con su forma de ser y ....
Agh ¡Mierda!
¿Que me haces Jaile Leirk?

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Solo Esta Vez.
Romance-Prometiste estar ahí y debes cumplirlo.- dijo el castaño de ojos grises. - nos metiste en esto, debes seguir en esto. -Mira yo... - murmuró con voz baja. -Yo te amo. Te amo enserio, nos mestiste en esto y no te deje sola, no puedes irte. - gritó e...