Capítulo 8.

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Tenía un vestido azul celeste que delineaba las curvas de su cintura y al llegar a sus caderas, se expandía hasta llegar a unos centímentros antes de su rodilla. Tenía unos converse blancos, su cabello estaba con pequeñas ondas y llevaba consigo un maquillaje no tan fuerte. Brillo, pestañina, rubor y delineador. Un maquillaje nada del otro mundo.
Pero ella parecía una Diosa.
Nuestras miradas se encontraron y no dislumbré ningún sentimiento por mí. Ni rabia, por verme con otra chica, ni dolor por haberle dicho lo que dije.
Solo una gélida mirada que congeló todo mi interior.
-Ella te gusta- dijo Sophia tranquila.
-No.- dije tomando su vaso y bebiendo de él.
-Te gusta y no lo puedes negar. Ningún chico que no sienta nada, se le puede quedar mirando embobado a una chica. Es como decir que comí sin abrir la boca, es científicamente improbable. - y ahí acabó el encanto con la chica. Me reí de su comentario, ella tambien lo hizo porque sabía lo ridícula que había sonado. Si se puede alimentar sin abrir la boca. Para algo existe el llamado suero que se ingiere por medio de geringas. Así que si se puede. - Te gusta y ya.
-No. - lo seguí negando- Nunca me he enamorado.
-Bendito el día que lo hagas y que te traten bien chingón por haber sido tan cabrón con tantas chicas, es que te pasas wey. - dijo.
-Estás traumada con el mexicano ¿o que? Y no, no es mi culpa porque les dejé las cosas en claro.
-No me traumo con nada. Y sabes que la mayoría de las mujeres son bien pinches sentimentales. Por más que les digas eso, ellas creeran que podrán tener tu corazón. - justificó sentándose de frente. Yo rodeé su cintura con mis brazos.
-Ahí si se me sale de las manos. Pero... ¿Tu no eres como ellas, no? - dije mirándola inquisitivo.
-No- dijo mirándome desafiante. Se veía hermosa, tenía una carita de ángel y se veía tierna. Me imaginó que tan diabla y fiera podría ser en otras cosas.
-Que mala- dije apretándola contra mí. Sonrío malévola y devoró mis labios dando leves movimientos de cadera contra mi pelvis.
Uff, con ella si valía la pena repetir.

(...)
POV's Jaile

Por cada minuto que cerraba mis ojos, perdía sesenta segundos de luz y con ella la esperanza de que un chico como Ashton se fijara en mí.
Y es que me extrañaba de mí misma que hubiera dado mi confianza tan rápido y me hubiera abierto tan liberadamente a él.
Y es que con él me sentía tan única y especial, el como me miraba, me escuchaba, me trataba que la verdad no se me hacía difícil abrirme a él.
Yo soy una chica complicada.
No el tipo de chica complicada que le tienes que dar miles de ragalos para enamorarla, o el tipo de chica que tienes que llevarla a restaurantes finos.
Complicada en el sentido en el que si no sentí ese "Click" contigo la primera vez, por mas que me demuestres que eres un buen chico mi corazón no te elegirá. Complicada en el sentido que soy muy difícil de entender, tengo muchos sueños, proyectos y tengo claro el propósito de mi vida. Y éste es hacer la diferencia. Hacer un cambio con mi pensamiento y eso incluye cualquier acción, decisión, palabra y/o pensamiento que ronde por mi vida.
Soy algo complicada, sentimental, fría, soñadora, bipolar, mejor dicho tengo muchos defectos y mil inseguridades y eso se debe a que el chico que siempre he tenido a mi lado como mi mayor consejero a prevenido de que yo caiga en el mar de lo común, creando en mí una barrera frente a lo que yo quiero ser y lo que el quiere que yo sea.
Desde muy pequeña el siempre ha estado para mí pero podría decirse que es una de las persona que mas me ha hecho daño en todo el transcurso de mi vida.
Y cuando me entere de su amor por mi... Empecé a utilizar esto a mi favor, pues no soportaba sus manías conmigo que ha medida que pasa el tiempo son mas intensas.
Y su mejor amigo...
La verdad estaba muy apenada con el.
Había dañado su amistad y la verdad mi verguenza era tan fuerte que preferia alejarlos de mí. Además Ashton estaba muy ocupado dañando corazones como para fijarse en la loca chica que empezaba a sentir cosas por el y se había alejado por suma verguenza.
Y es que así ha sido todo lo que llevo de vida.
Me conoces y al tercer día ya no me quieren en sus vida.
Es como un Deja vù que nunca llega a su final (A lo Shakira y Maluma)
Y es que yo pensé que esta vez sería distinto, que Ashton miraría más allá de mi y que cambiaría su faceta de PlayBoy por mí. Pero eso, solo sucede en historias de fantasías o para más certeza, de wattpad. 
Más esta es mi historia y de fantasía, no tiene un pelo.

Después del incómodo momento en el que conecté miradas con Ashton que estaba con la chica lanzada de piernas largas,  decidí sentarme en una mesa de cinco puestos al lado de una linda mata y  ¡adivinen!, sí sola.
La verdad vine por qué no quería quedarme en casa, además me pareció una excelente oportunidad para hacer amigos.
Pero heme aquí tomándo una coca-cola a la salud de la soledad.
Me dispuse a ver a mi al rededor, habían chicos besándose con chicas.
Otros estaban bailando y otros simplemente hablando.
-Hola- dijo un chico de cabello rubio y de ojos azules. Lo miré mas no le contesté.
¿Así pretendes conseguir amigos? Muy bien Jaile, muy bien.
Me dije a mi misma.
-Me dejaste en visto- dijo riéndose y sentándose frente a mí. - ¿Vienes a una fiesta a socializar, no?
Asentí.
-Ven, cuéntame de tus problemas, yo te escucho.- dijo el chico- Ah, te creas quiero follar contigo estás muy buena.- me miró de arriba abajo y yo seguí sin cambiar mi rostro imperturbable. - ¿Por qué a todas les gusta Ashton? ¿Que tiene de especial? Puede que yo sea un mujeriego en serie pero me he enamorado y la verdad que cuándo lo hago, lo hago bien bonito- dijo y se rió. Se me salió una sonrisilla. -Por fin, sonreiste. Casi pienso que eres un robot.
-No-Soy-Un-Robot- dije intentando una voz de robot. Voté una risotada y el chico me siguió.
-Aron mi nombre es. - dijo y siguió riendo.
-Querrás decir. "Mi nombre es Aron"
-Yiiio hablo comooo yiooo quieraa- dijo actuando como borracho. No podía parar de reír, sentía un dolor en mi estómago por tanto hacerlo.
-Parloteas mucho. - dije tranquilizándome.
-Y a ti se te comio el gato la lengüa. - se paró mirando el piso- Hey, gatito gatito. Tzz tzz tzz. ¿Que hiciste con la lengüa de mi aniga? - seguí riendo y me paré con el.
-Te ayudo a buscarla. - y los dos empezamos a buscar el gato que se había comido mi lengüa. Entre risas, chistes bromas, terminamos en el centro de la pista bailando "La Macarena".
-Vamos, Lejai- decía Aron. Claro al estúpido se le ocurrió llamarme por mi nombre, solo que al revés- Baila tu cuerpo alegría macarena, que tu cuerpo es pa'darle alegría cosa buena,  baila a tu cuerpo alegría macarena, Ehhhh macarena. Aeh- gritamos juntos.
La música cambio y sonó una bachata. Aron y yo nos miramos complices y en medio de risas terminamos bailando.
-Bailas horrendo- me confesó.
-Tu me has pisado como - pensé- 900.999.999.999 veces. - me reí.
-Ay si, ajá. - dijo mientras hacia mala cara, pero al momento volvió a reir.
Sentí un carraspeo en mi espalda y ahí estaba él.
Tan ufff. Esos ojazos grises suyos me volvían loca, era como estar viendo el cielo gris ya a punto de llover, en unos ojos grandes y expresivos. Todas sus facciones era tan masculinas que me hacían babear.
-Ashton- lo señalé- Aron- puse una mano en mi frente- muchas " A's" para mi gusto- los dos rieron. Ashton en negación y Aron, bueno Aron era pura risa. Empezaba a creer que había tomado y mucho. Mientras que yo, yo bueno no necesitaba trago solo una persona que no me juzgara y ahí conmigo estaban las dos personas que no me juzgaban para poder ser yo en toda mi santa gloria.
-No es por preocuparte, pero Jason se enteró que estás aquí y viene poseído por el mismísimo demonio a llevarte a casa. No creo que le gustaría mucho verte con Aron. - dijo. ¿Enserio se preocupaba por mi, despues de lo que le habia hecho? Ah que lendo.
-Ustedes dos...- dije confundida.
-Si, ya arreglamos- dijo sonriente. Que sonrisa mas hermosa. Diooos aiudaaa.
-Que venga Jason, la verdad del uno al diez me importa un menos uno lo que piense. Por mí, que se joda. - dije y Aron las chocó conmigo.
-Muy bien Lejai, así me gusta.
-Si, a ti te gusta todo. - dije rodando mis ojos
-Y tu lo eres todo- dijo, los dos nos miramos y estallamos en risas.
-Tonto. - dije secándome las lágrimas de risa.
-Come lengüas- dijo y esta vez Ashton fué el que se rió.
-Te dijo...- siguió riendo. - Yo de tí, le pego. - tomó su estómago.
-No le veo el chiste, sinceramente- dije cruzándome de brazos.
-No tienes una mente perversa como nosotros- dijo Aron chocándolas con Ashton.
Lo ví por todos los sentidos y lo entendí.
Malditos de mentes corrompidos.
-Chicos... - dijo Ashton mirando la entrada. Y es que Jason parecía el mismísimo diablo. Estaba rojo de ira, de todo lo que el dolor provocaría en un ser.
Jason estaba obsesionada conmigo y eso me hacía mucho, mucho daño.
-Ashton- me acerqué - mañana lo enfrentaré, pero hoy...hoy quiero ser feliz. - rogué frente a sus hermosos ojos grises. El parecía tener una lucha interna, entre el querer y lo que su mente le decía.

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