Capítulo 4.

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-Jaile ¿estás aquí?- dije revisando tras la estanteria de la biblioteca. -¿Vas a ir a clases?- dije reconociendo sus zapatillas. Tenía la cabeza entre sus piernas y su cabello revuelto.
-No.- apenas murmuró. Caminé hacia ella y me hice un espacio para sentarme a su lado.
-¿Quieres hablar?- dije incómodo. No acostumbraba hacer estas cosas. Consolar. Pues a mí nunca alguién me había consolado, pues yo nunca había fallado y lo que yo recibía eran felicitaciones, en mi vida los errores no existen, o bueno por mi bien no pueden existir.
-Siempre es así. No sé que tiene conmigo, pero siempre anda insinuando que soy una cualquiera. Tengo vestirme, peinarme, caminar e incluso hablar de cierta manera porque de lo contrario con mis actos seré otra más. Es que el es tan ridículo, no confía en mí. - dice muy bajito solo para que yo la escuche.- y tiene todas las razones para desconfiar de tí, eres la debilidad de toda mujer pero ¿por qué el no entiende que la mía no? - Touche. No sé ni como, ni por qué, pero eso dolió. Sentí como una ¿decepción? Si. ¿Por qué no podía ella ser como las demas? Fáciles, sin tanto preambulo y que fijara en mí así como todas lo hacían.
Sentía esa necesidad de querer ser el tipo que a ella le gustara. ¿Patético, no?
Igual, hay muchas que por mí botan la baba, como si fuese la única mujer en el mundo.
-o bueno, aún no. - aclaró ella mirándome. Sus ojos se veían tan brillosos por la pequeña luz que provenía de los ventanales que me hacía perderme en el mar negro de sus ojos. - disculpa por el show- dijo y tomó mi mano y empezó a acariciarla. - fuí muy explosiva, pero ya no me aguantaba más sus reproches. - ví que una lágrima resbalaba por su mejilla y con mi otra mano la sequé de inmediato.- yo... No soy así. Soy todo lo contrario. Soy como todas las chicas que conoces, loca y  extrovertida pero no puedo ser yo. Vivo por los demás de ser la chica perfecta y no sabes cuánto me molesta. Y eso en mayor parte es culpa de él, por su estúpida presión de que tengo que ser la perfección hecha mujer. Tenía que aguantar críticas " miren a la niña rara" y no- ahogó un grito- yo soy mas común  que cualquiera, quisiera ser libre y ser yo. - sorvió su nariz- por eso me alegré que dijeras "profunda" en vez de cualquier otra palabra. No me viste como el bicho raro que todo el mundo dice que soy. Por eso confío en tí- dijo y con una sonrisa triste dirigió sus labios a mi mano y depositó en leve beso en ella. Mi corazón retumbaba y mi boca se secó.
Ella era hermosa.
Sentimental.
Con un corazon hermoso.
Única.
Diferente.
Hermosa.
Y confiaba en mí.
Dos palabras: Mi perdición.
Tomé su barbilla e hice que mirara a mis ojos.
-Eres todo menos un bicho- exclamé y ella dió una risa nerviosa.
-Gracias, Ashton.
-De nada, Jaile.

(...)
Sonó el timbre de mi departamento y con solo boxers abrí la puerta.
-Hola Guapo. - dijo Lizzie, una chica que conocí en un café hace algunos días.
-Hola hermosa. - dije mirando atentamente sus senos que sobresalían en el escote de su vestido. - Pasa.
-¿Estás solo? - preguntó internándose en mi apartamento.
-¿Que quieres hacer?- dije siguiéndola al mueble.
-Todo. - me senté y ella no dudó dos veces en sentarse a horcajadas sobre mí.

...
-Voy- grité para abrir la puerta de mi apartamento igualmente en boxers y Lizzie aún seguía en mi sofá pero con una bata.
Abrí apresurado la puerta para ir donde Lizzie, pero al verla quedé de una sola pieza. Jaile tenía unos jeans negros, una camisa de tiras y unos tenis. Y con esa simple ropa se veía tan provocadora. Dios Aiuuuudaaa.
-Jaile- dije asombrado. Ella miraba mis ojos grises, pero su mirada no dudó en bajar por mi abdomen y ví sus mejillas calentarse al bajar un poco más.
-¿Quien es Jaile, bebé?- dijo Lizzie rodeándome con sus brazos por mi abdomen.
-Oh, yo lo siento no quería interrumpir. - dijo Jaile con una mirada fría. No era la chica que me había contado su historia esta mañana sino una persona que se escondía tras toda esa fachada.
-Oh, no. Yo ya me voy- dijo Lizzie. El día que hablamos le conté cuales eran mis intereses con las chicas y si ella vino hoy era porque estaba con conocimiento de que con ella no querría nada serio.
Quitó su bata y en segundos se puso su vestido. Dió un beso en mi mejilla y con una mano se despidió de Jaile que aún estaba sin expresión alguna.
-Es linda. - dijo mirándola alejarse- Bueno yo ya me voy creo que... Si Adiós- dijo pero yo tomé su mano. La cual ella forcejeó para que soltase.
-Pasa. -pedí.
-Estás en ropa interior ¿no te das cuenta? Y no vine hacer nada de lo que hiciste con ella. - dijo tranquila.
-Oh.- me miré y caí en cuenta. Sin dar una palabra salí corriendo a vestirme, pero me percaté de que ella podía irse mientras me vestía, así que corriendo me devolví- pasa, yo ya me vestiré- y volví a salir corriendo a mi habitación.
Unos jeans grises, una camisa negra y unos converse fué lo que me puse.
-Ya estoy. - dije volviéndo - ¿quieres sentarte?- ofrecí.
-Nooo- dijo arrugando el ceño- me niego a poner mi trasero justo en el lugar de donde otros dos estaban haciendo quien sabe que cosas. - dijo mirando el sofá. - En fin, solo venía a ... ¿A que venía? - se preguntó y es como si hablase con ella misma y yo solo la miraba entre tonto y bobo por su gran actuacion.
-Y bien...
-Pues si quieres me voy- dijo alzando una ceja.
-Es por ella- dije y ella arrugó el ceño. - que estás así.
-Si insinuas que estoy celosa pues no. Solo que me molesta el hecho de que ustedes tengan relaciones y sigan como si nada. Osea que no sea nada mas que sexo ¿alguna vez has hecho el amor? - pregunta indignada.
-No- digo relajado. - el amor no existe. Las mujeres nunca se toman enserio un hombre de buen corazon. - dije ofreciendole una silla para que se sentara, mientras que yo me senté en el sofá.
-Un "Nunca" suena como si siempre las mujeres fueran las malas y no es así. Tampoco digo que los hombre sean los malos del cuento, hay hombres muy buenos.
-No he visto la primer mujer que se queje de mi método. - dije.
-Están de acuerdo a cualquier condición con tal de tener a un hombre. Tambien en ocasiones guardan la ilusion de que se enamoren de ellas pero no entiendo como si actuan como las demás. - razona.
-Pienso igual. - sonrío. - ¿Y Jason? - cuestiono. La veo sonreir maquiavélicamente.
-Que se joda. - dijo- hoy voy a ser yo. Mañana me arrepentiré pero por una vez en mi vida, dejaré de ser hipócrita conmigo misma.

Pdt: La imagen es una cita de uno mis libro favoritos. Si lo leyeron díganme que les pareció.

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