Capítulo VIII

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Otro día comenzaba en la casa Estrella-Del Rio...

Como Jazmín solía llamarla, cada vez que Florencia se refería al lugar como TU casa... Sin intención claro, era solo que a pesar del tiempo no se terminaba de acostumbrar... o tal vez era que en el fondo, no lo podía terminar de creer...

Igualmente a Jazmín tampoco le molestaba, sabia que era solo una forma de decir... pero igual aprovechaba para recordárselo... y recordar ella misma que lo que estaban viviendo no era un simple sueño.

Como de costumbre, habían desayunado junto con los chicos... aprovechando un rato en compañía, antes de arrancar con la jornada. Habían decidido que se turnarían, aunque sea por un tiempo, para ir al hotel... así no tendrían que dejar solos a Josefina y a Nahuel.

Ambas se estaban cambiando en la habitación principal... como aman decir... remarcando el hecho de que ya no era la única habitación de la casa...

Mientras tanto, Jose jugaba con su hermano en el patio. Lucia le había regalado una pelota y él estaba fascinado... quería entenar  todo el tiempo... tal como le había dicho su tía Lu que debía hacer, para ser cada día mejor.


-Que fue ese ruido..?!? - Preguntó Jazmín al escuchar el estruendo.

De repente, las risas provenientes de la galería fueron silenciadas por un estallido... relativamente fuerte...

-Ay no se... Espero que nada grave..!

Terminaron de vestirse con lo primero que tuvieron a mano y salieron corriendo sin pensarlo...


-Ey... que pasó? Están bien? - Habló agitada... un poco por el apuro y otro poco por los nervios.

-Uia... Ese es... Tito? - Pregunto la colorada al ver la maceta hecha pedazos...

Los chicos no tenían ni un raspón... por suerte, fue solo un ruido fuerte... producto del golpe de la maceta de barro contra el piso.

-Era... - Contestó Florencia.

-Ho oh... Sonamos... - Bromeó Jazmín, al darse cuenta de que nada grave había pasado... O lo intentó, mejor dicho...

Fue evidente que los chicos no entendieron el chiste.

Nahuel empezó a hacer puchero y salió corriendo a la habitación con cara de pánico...

Jose se quedó en el lugar, pero su expresión era de una preocupación extrema.

-Yyyyo... Ehhh... Nahu no... - Comenzó a titubear. -El no tuvo nada que ver... De verdad! Fui yo! Y lo voy a pagar, voy a conseguir la plata... No sé enojen con él, por favor! - "Escupió" de repente... casi sin respirar...

-Jose no... perdón gorda... Fue en broma... Malísima, ya se...perdoname... - Insistió una vez mas la colorada.

-Si Jose, no pasa nada... Ustedes están bien, eso es lo único importante...

-Yo voy a buscar a Nahuel... te parece?

-Si amor, anda... - Contesto Florencia. -Jose... cambia la cara che...

-Pero de verdad lo voy a pagar...

-Ey basta con eso... No hace falta...

-Ddd... de verdad? - Preguntó una vez más... con la voz entrecortada.

-Claro... Son cosas que pasan... Fue un accidente... Y escuchá... - Pidió, levantando su rostro. -Aunque le hubieran pegado un pelotazo, con toda la intención del mundo de romperlo, no se los haríamos pagar... No haríamos eso, ni ningún otra cosa que se te cruce por la cabeza... Probablemente, sí les explicaríamos que esas cosas no se hacen... Pero nada más.

Tardes de domingo (Lo demás es lo de menos II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora