53. Susana

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SUSANA

- Álvaro. Por favor, hoy compórtate, para tu hermano esto es importante

- Joder, papa, por quien me has tomado? Eso mejor se lo dices al tío.

Mi marido resopla, sabe que Álvaro tiene razón y que es mi hermano el peligro aunque ya me he encargado de decirle educadamente que haga el favor de ser agradable delante de mi hijo y no obligarme a escoger.

- Todo irá bien, Manolo, tranquilo - digo abriendo la puerta del coche- Vamos, que me muero de ganas de verles.

Acabamos de llegar al aeropuerto para recoger a los chicos que van a pasar 3 días en Barcelona. Nunca creí que llegaría este día, sé que Raoul ha tenido que hacer un viaje personal muy difícil para conseguirlo y me siento orgullosa del hombre en el que se ha convertido mi bebe, porque siempre seguirá siendo mi niño pequeño, no puedo evitar sentirlo así.

- Hombre, cuñado! Te he echado de menos! - dice Álvaro dándole un abrazo de oso al canario

Mi hijo mayor adora a Agoney y eso se nota en cada palabra y cada gesto. El cariño entre ellos es mutuo.

- Y yo a ti, hermanito, veo que te has reformado y ya no eres tan cabroncete como antes... me esperaba alguna pullita - le devuelve un cálido saludo

- Os quedáis 3 días Canario, no tengas prisa. Todo a su tiempo, esta noche pienso golpear la pared con fuerza gritando "queréis dejar de dar por culo"! - Manolo se atraganta, Raoul mira al suelo avergonzado, yo estrangulo a mi hijo mayor con la mirada y Agoney y Alvaro se descojonan.

- Deja algo para el resto - libero a Raoul de la prisión de mis brazos y se la tiendo a Agoney, tratando de romper la tensión creada por el comentario - Me encanta tenerte de vuelta, hijo. Te quitaste la barba? Estás más delgado, déjame verte, has crecido? Qué guapo estás. Tenemos que ir a Madrid a verte actuar, dice Manu que la obra es un éxito y no puedo estar más orgullosa de ti.

Acaricio su rostro con una sonrisa, realmente he echado de menos a ese chico que no es el novio de mi hijo sino casi un hijo para mi. Cada vez que pienso en que su madre falta se me encoge el corazón. Los ojos de Agoney se vuelven brillantes ante la sinceridad de mis muestras de afecto.

- Susana, por favor - avisa mi marido nervioso - Ven aquí, chaval! - ahora es Manolo el que le envuelve en un saludo de hombres que no parece acabar - Es un placer tenerte con nosotros de nuevo.

Raoul contempla la estampa en silencio, con un brazo sobre los hombros de su hermano, mientras juegan a darse collejas y empujones aunque sus sonrisas delaten lágrimas contenidas en los ojos de ambos.

- Vamos! Anda, que esto se está volviendo muy sentimental - anima Álvaro rompiendo la magia del momento.

Raoul atrapa mi muñeca por detrás para retrasarnos un poco. Sé de lo que quiere hablar.

- Mama

Manolo y yo hemos tratado el tema. Agoney y Raoul han dormido mil veces en su habitación juntos y no voy a cambiar eso ahora, aunque la situación sea otra. Podríamos mandar a Raoul a dormir con Álvaro pero es que no tiene ningún sentido después de todo lo que han pasado. Aunque reconozco que me gustaría que respetaran mi casa o al menos no ver pruebas de lo contrario en la basura de la cocina, por lo que he puesto discretamente una papelera en el baño de los chicos. En realidad yo solo deseo que esto salga bien y me da igual lo que hagan en privado.

- No hagas caso al tete, vale? Confía en mí - dice tímidamente.

- Todo está bien, vale, hijo, no sufras. En serio - respondo acariciando su mejilla - sé la diferencia que hay entre ser amigos y ser novios, Raoul, y de veras te digo que me encanta que estéis por fin juntos. Vamos a hacer que estos días sean especiales para todos, lo necesitamos. Anda, tira, que debéis estar agotados.

El Faro de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora