Marvel's OS: Cast + Personajes | TERMINADA

Me quedo contigo | Loki

Soplo mi flequillo fuera de mis ojos por enésima vez en menos de cinco minutos, dibujando furiosamente sobre el cuaderno de dibujo que tomé de los aposentos de la Reina. Mis dedos están llenos de carboncillo y mi mano ya está adolorida, pero no puedo dejar de dibujar.

Este retrato tiene que terminar hoy.

Levanto la mirada para ver al Príncipe Thor sentado a la sombra del árbol más grande y hermoso del jardín real; está muy concentrado charlando con Lady Sif para enterarse de mi mirada insistente. Regreso mis ojos castaños al dibujo que estoy haciendo, moviendo mi mano hacia la imagen de Lady Sif y su cabello oscuro como el carboncillo que estoy usando en este momento.

Si este dibujo queda lo suficientemente bien, se lo puedo mostrar a Thor, quien se lo mostrará a su madre, quien lo amará y me pedirá que sea la artista de Asgard que siempre quise ser... Bueno, no siempre. Mi sueño siempre fue ser una artista midgardiana reconocida a nivel mundial, pero después del ataque de Loki a Nueva York, Thor decidió tomarme bajo su brazo musculoso y me trajo a Asgard, lugar en el que habito desde lo que parecen ser años.

Podría mostrarle el dibujo yo misma a la Reina, pero no soy lo suficientemente valiente para hablarle a la gran Frigga, mucho menos encontrarme con Odín. Me aterra más que el director de la escuela de arte a la que asistía en Nueva York.

—Ese es un retrato regular —dice la voz melodiosa de Loki, sobresaltándome.

Sacudo mi cabeza y sigo dibujando, tratando de ignorar al dios del engaño.

—¿No se supone que deberías estar en tu celda? —le pregunto.

—Padre me ha liberado de mis castigos. Dice que aprenderé mi lección al compartir con una midgardiana día y noche —responde. De reojo, veo cómo se sienta a mi lado y observa mi dibujo.

—¿Se supone que estar conmigo es una clase de castigo?

—No es una clase de castigo, mascota. Es un castigo —señala—. El cabello de Lady Sif no es tan largo.

—Claro que lo es —digo de inmediato, defendiendo mi arte—. La he visto con su cabello suelto las suficientes veces como para saber qué tan largo es.

—Yo la conozco desde antes que tú y te digo que su cabello no es así de largo.

Le doy un vistazo rápido al príncipe a mi lado.

—Tienes razón, ninguna mujer tiene el cabello más largo que el tuyo —me mofo.

Aparto la mirada cuando Loki me ve con el ceño fruncido.

—¿A qué te refieres con eso, mortal? ¿Estás burlándote de mi cabello? —Bufa y toma un mechón de mi cabello—. Como si el tuyo fuese mejor que el mío, luce como estiércol líquido.

Le doy un manotazo a su mano, haciendo que suelte mi mechón. —Bueno, puede que mi cabello luzca como estiércol, pero al menos es respetado.

Loki frunce el ceño profundamente y abre la boca para decirme algo probablemente hiriente y/o infantil, pero la cierra y entrecierra sus ojos, relajando su rostro delicado y varonil.

—Simplemente admite que estás enamorada de mí, Cath.

Arrugo mi nariz y regreso a mi retrato, notando que ya lo he finalizado. Sostengo el cuaderno con firmeza, guardo el carboncillo en el bolsillo de la falda de mi vestido y me pongo de pie.