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La pregunta del porqué la chica no ama a Luke Hemmings en Why Won't You Love Me hace que me sienta identificada por primera vez en mi vida. No suelo escuchar canciones que me depriman, pero hoy es el día de hacer una excepción.
Al fin y al cabo, eso es lo que se hace cuando ves a tu amor platónico y mejor amigo de toda la vida dándole toda su atención y sonrisas secretas a MJ, la chica más inteligente y linda del colegio. Juro que no soy una chica que se inclina a las tendencias celosas, pero todas tenemos un límite, y mi límite es Michelle.
Michelle, la chica que asegura no estar obsesionada con Peter aunque sé muy bien que sí lo está porque él es el chico más perfecto que pueda existir en el mundo. Comenzando con su cabello castaño, ondulado y sedoso y terminando con sus pies que no huelen mal y lucen agradables, Peter es todo lo que una chica de diecisiete años puede pedirle a la vida.
¿Por qué no me amas?
Cierro mis ojos y siento las lágrimas bajar por mis sienes hasta tocar la raíz de mi cabello en la zona. No es la primera vez que lloro silenciosamente por Peter, pero sí espero que sea la última. Hoy, mientras él hablaba y reía muy a gusto con ella, decidí que en la noche iba a hacer mi sesión de música deprimente y llena de despecho para dejar ir mi amor no correspondido por Peter Benjamin Parker. Espero no fallar como lo he hecho todos estos años.
Mi desesperación para superar a Peter ha llegado al límite de decir que tengo un amor platónico en Spider-Man, un hombre desconocido para todo el mundo, pero quien me inspira confianza porque tiene algo que me atrae. Cabe destacar que ese amor platónico solo ha aumentado cada vez que me imagino a Peter siendo el héroe enmascarado.
No sería sorprendente. Peter podría ser el mismísimo Capitán América por su bondad y sueños de libertad para todo el mundo.
La canción termina para darle inicio a Waste The Night, otra de las canciones de la misma banda en mi lista de reproducción de música triste. Abro mis ojos y veo el techo iluminado por la luz de mi habitación. Siento cómo mi estómago empieza a gruñir y me siento en la cama, decidida a buscar algo de comer porque no puedo estar deprimida si tengo hambre.
Encuentro mis pantuflas de Spider-Man (regalo de Ned) y me pongo de pie. Estiro mis brazos y veo hacia la ventana para dejar salir un grito lleno de sorpresa al ver a Spider-Man tratando de abrir mi ventana.
Me quito los audífonos y lanzo el celular a mi cama para correr fuera de mi habitación, pero la voz amortiguada hace que me detenga para poder escucharlo.
—¡Maira, abre, por favor! —me suplica, golpeando suavemente la ventana.
¿Cómo demonios sabe mi nombre?
—No me dejes colgando —pide.
Abro mucho mis ojos y corro hacia la ventana, la cual abro rápidamente porque solo hay una persona que me diría eso en todo el mundo. Spider-Man trastabilla y entra a mi habitación torpemente, dejando salir gruñidos por el dolor.
