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En los siguientes días también me digne a vigilar la cueva, por así decirlo se ha vuelto mi tarea diaria. La señorita Peregrine se siente más tranquila de que vigile el hogar pero aveces no tanto ya que los niños le preguntan si algo malo iba a suceder.

-Alaska! La señorita Peregrine quiere verte -Dijo Víctor-.

De pronto olfateo una presencia extraña cerca, me quedé unos segundos por si acaso pero no sucedió nada así que fui hasta el hogar.

-Victor...-Voltee y ya no estaba-.

Fue extraño no verlo, pero de seguro fue a jugar con los demás. Al entrar a la casa busque a la señorita Peregrine quien se encontraba ordenando algunos libros de la biblioteca.

-Señorita Peregrine, quería verme? -Ella volteó y me miro confusa-.

-No cariño, quien te dijo eso? -Ambas estábamos confusas-.

-Victor...-La mire con preocupación y salí corriendo de la casa-.

La señorita Peregrine también me siguió, llame a Víctor pero no respondió.

-Ha salido del Bucle -La señorita Peregrine se dió cuenta al ver unas pisadas que se dirigían hacia la cueva-.

-Ire por él -Me detuvo-.

-No! Es muy peligroso, quédate con los niños y no...-La interrumpí-.

-Señorita Peregrine es muy arriesgado para usted, yo...-Fui interrumpida por unos gritos-.

Emma corrió hacia nosotras preocupada pero la señorita Peregrine le dijo que lleve a los niños a dentro y no salgan de la casa, comencé a correr hacia donde había oído esos gritos y me convertí en lobo. Me detuve cuando ví a Víctor flotar por los aires pero luego reaccione cuando sus ojos se salieron de su rostro.

-Victor! -Dijo la señorita Peregrine horrizada-.

Oía gruñidos y olfateaba ese olor extraño que olí antes de ir a la casa, seguí a mi olfato y algo me tomo fuertemente haciéndome gritar del dolor, como la cosa que me tenía era invisible se me era difícil escapar pero cuando me mordió una pata di un gran mordisco logrando que me soltará, presione aún más y luego fui lanzada al suelo, la señorita Peregrine se encontraba con una persona desconocida a su lado y que tenía una ballesta apuntando hacia donde creía que se encontraba esa cosa que me lastimo, y que mató a Víctor.
Volví a mi forma humana y mi brazo sangraba por la mordida.

-Alaska -La señorita Peregrine corrió hacia mí- mi pequeño Víctor -Ambas miramos el cuerpo de Victor ya sin vida y comenzamos a sollozar-.

-Debemos de curarla antes de que pierda más sangre y de que la herida se infecte -Aparecio el chico- mi nombre es Abraham Portman, pero pueden llamarme Abe.

El tal Abe tomo el cuerpo de Victor y la señorita Peregrine me sostuvo de la la cintura para caminar las dos juntas e ir a la casa. Todos los niños lloraban por la horrible noticia, por petición de Bronwyn la señorita Peregrine permitió dejar el cuerpo de Victor en su habitación.

-Gracias -Le dije a Abe cuando terminó de curar mi herida-.

-De nada, tienes una buena peculiaridad, convertirte en lobo -Me sonríe-.

-En realidad mi peculiaridad es convertirme en humana, nací como lobo -Hice una mueca- tú como sabías donde apuntar?

-Veo a esos monstruos, y utilizó esa peculiaridad para cazarlos, y acabar con ellos de una vez por todas por qué sino muchos peculiares morirán -Nos miramos-.

-Muchas gracias por salvarme -Sonreí un poco-.

-Me alegra haber llegado a tiempo -Me sonríe-.

-Alaska...-Enoch entra a mi habitación pero luego se detiene cuando ve a Abe-.

-Yo iré hablar con la señorita Peregrine -Dijo Abe y miro con algo de incomodidad a Enoch ya que él lo miraba con seriedad-.

Enoch se acercó a mí y se sentó a mi lado.

-Como está tu brazo? -Me pregunto-.

-Bien, duele pero sé que mejorará -Toque su brazo- y tú cómo te sientes con lo de Víctor?

-No lo sé -Dijo casi como un susurro- pero se que Bronwyn está peor que todos nosotros -Asentí con tristeza- qué bueno que ese sujeto llegó a tiempo y te salvó.

-Así es, tuve suerte pero también hubiese deseado llegar a tiempo para salvar a Víctor -Una lágrima recorrió mi mejilla-.

-Tú no tienes la culpa -Dijo él y limpio mi lágrima- ve ese lado bueno en que tú estás bien.

-Será algo difícil -Lo mire con una sonrisa triste-.

-Lo sé, pero no imposible.

𝐀𝐋𝐀𝐒𝐊𝐀 |𝐄𝐧𝐨𝐜𝐡 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora