Capítulo 02 - Jackson Wang

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Jackson Wang

Visitar a sus padres en la costa era algo que siempre esperaba con impaciencia. Su padre, Ruiji, era un gran doctor, pero le gustaba brindar sus servicios en pequeños pueblos, Londres ya tenía suficientes doctores de renombre. Su madre, Sophia, se había retirado de la arquitectura hace varios años; aunque la buscaban por sus diseños y opiniones, ella en esporádicas ocasiones dejaba el pequeño pueblo por viajar a la ciudad. Pero Jackson no había ido solo a visitar a sus padres, había llevado con él a su mejor amigo Jaebum, o JB, cómo le gustaba que le llamaran; era su primera oportunidad de vacaciones en meses, trabajaban como editores para un gran editorial y ambos estuvieron planeando grandes publicaciones para algunos de sus escritores más renombrados. Ahora que eso estaba terminado Jackson pensó que era el momento perfecto para darles una visita a sus maravillosos padres.

Los señores Wang no tenían idea de que su hijo junto con su amigo iban de visita. JB llevó su Jeep hasta la casita rustica donde vivían y tocó fuertemente la bocina mientras Jackson se bajaba. Abrió la puerta de golpe - ¡Cariño, estoy en casa! - anunció y la siguiente cosa que escuchó fueron los gritos de Sophia corriendo desde la cocina para abrazarlo fuertemente. Su cara brillaba con felicidad y daba saltitos más de lo que nunca la había visto en su vida. Ruiji estaba sentado en su sillón y sonrió ampliamente cuando levantó su mirada para ver a su hijo.

- ¡Estoy tan feliz de que estés aquí! - Gritó su madre - Justo he terminado de hacer la cena. Debes quedarte. ¡Oh! ¡JB también está aquí! ¡Ruiji, ven a decir hola a tu hijo! - el hombre palmeó el hombro de Jackson y lo llevó a la cocina donde puso uno de sus platillos favoritos frente a él. JB y él comieron lo que parecieron doce comidas antes de quedar satisfechos y se sentaron a tomar algo con Ruiji cuando las noticias de la noche comenzaron. Hablaron por horas sobre sus trabajos, algunos libros que habían tenido que leer y escucharon atentamente las historias sobre el hospital.

Después de unas bebidas y la llegada de unos amigos, Jackson comenzó a sentir todo demasiado caliente y congestionado en la casa. - Discúlpenme - dijo al cuarto mientras se paraba, estirándose. - Creo que voy a dar un paseo rápido, si eso está bien -. Papá Wang asintió, sonriendo vio cómo su hijo salía de casa.

Los padres de Jackson vivían cruzando la calle hacia la playa. Se podía oír el agua cuando tratabas de dormir en las noches y se podía oler el mar en el aire desde la carretera. Este era uno de sus lugares favoritos para estar. Crecer aquí había sido el mejor momento de su vida, y tenía tantas memorias en esa playa que le encantaba ir allí.

Siguió los pasos que estaban en la arena, viendo como estos bailaban lejos de las olas dando círculos. Dos diferentes marcas de pies. Dos personas pasando su noche en la playa felices el uno con el otro. En sus 25 años de vida, aún tenía que encontrar una relación que lo hiciera retorcer de felicidad en su interior, que lo hiciera querer pasar cada único día con alguien. Seguro, había tenido novias. Seguro, había tenido su cuota justa de buenas noches, pero no era nada que valiera la pena recordar. No había nada tan increíble y maravilloso que le hiciera pasar el resto de su vida tratando de encontrar a alguien que lo igualara, o excediera. Nunca se había enamorado realmente.

- El amor parece una cosa tan caprichosa - murmuró mientras se agachaba a recoger una botella en la arena. - El amor es dado tan fácilmente y puede ser quitado tan rápidamente. La gente en estos días lo tira como ropa usada. - divago mirando al océano - Quiero algo como lo de mis padres, algo duradero, algo memorable. - agregó antes de suspirar.

Le tomó hasta ese momento comprender que la botella en su mano no era solamente basura en la arena. Era una carta, había pedazos de papel doblado adentro, y estaba bastante sellada contra las aguas del océano. Buscó por alguien alrededor. Todos los vecinos eran parejas de edad o familias crecidas. Las huellas en la arena estaban medio lavadas y parecía que esta botella solo había caído en la arena hacía poco tiempo, no menos de una hora.

Across the OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora