Across the Ocean

Capítulo 17 - Finales Felices

Dos años después.

¿Cómo describes los momentos más felices de la vida? ¿Cuáles son tan especiales que están clasificados de tal forma? 'Los más felices'.

Para Mark cada sencillo día era el más feliz de su vida.

Su bella hija, Marie era tan inteligente. A los dos años, ya se estaba hablando mucho, a veces casi tenía sentido, pero ella continuaba balbuceando. Era la pequeña niña de papá como a su esposo le gustaba señalar. Marie amaba ayudar en la panadería, pero en el momento en que su padre estaba en casa difícilmente dejaba su lado. A Jackson le fascinaba. Siempre tenía la más grande de las sonrisas en su cara y amaba absolutamente siempre que ella hacía sonar fuerte el piano.

Estaban casados cuando Marie tenía cinco meses y Mark se veía casi normal de nuevo. Usó un traje blanco simple. Para su luna de miel fueron de regreso a Inglaterra, visitando a los padres de Jackson con la pequeña Marie por unas semanas, antes que ellos se hicieran cargo de ella mientras volaban a Paris por unas noches, de modo que realmente pudo disfrutar de la ciudad, no como la última vez que había estado allí.

Increíble. Su vida era simplemente increíble. Ahora, dos semanas después del segundo cumpleaños de Marie, estaba de siete meses de embarazo, esperando a su segundo hijo. Jackson no sabía, pero Mark estaba seguro de que tendrían un niño esta vez. Quería mantenerlo como un secreto para ver cuán feliz estaría. Por supuesto, había dejado las sutiles insinuaciones aquí y allí. Las ropas azules y verdes, las cobijas, el borde alrededor del cuarto blanco al otro lado del de Marie.

Y Bambam. Él y Yugy habían tenido otro bebé. ¡Bueno, bebes! Tuvieron gemelos el año pasado, dos pequeñas niñas llamadas Amelia y Lacey. Mark molestó a Bambam con que Lacey era por su pasión por la moda, la broma está en que la palabra se parece a Lace, que viene siendo encaje, pero él sólo le lanzó miradas furiosas. Jae estaba absolutamente divino. El niño más lindo que jamás habían visto. Al menos hasta que Mark imaginó cómo se vería el hijo de Jackson. Era diminuto, seguro, ¡pero era tan listo! Estaba leyendo y hablando tan rápido que asombró a todos. Por supuesto, no podía recordar nada, como cualquier niño, ¡pero aún así era tan dulce!

Jin y JB se casaron el año pasado. Una boda absolutamente hermosa. Para Mark fue pasarse de la raya, pero así es como siempre había sido Jin. Ahora estaban tratando de tener un bebé, pero los Wang estaban seguros que de todas formas a Jin le gusta toda la actividad que estaba teniendo.

Hoy era un maravilloso día veraniego. Yugy estaba llevando a casa a Mark después de un evento y ambos estaban colgando de las ventanas, por así decirlo. El cabello del rubio volaba alrededor de su frente mientras miraba con los ojos entrecerrados hacia el brillante sol sosteniendo su gran vientre bajo a la ancha playera negra. Yugy le miró y sonrió. Ambos habían pegado fotos de sus hijos dentro del espejo retrovisor de la van, cada vez que las veían se animaban un poco más.

Paró en la entrada al lado del carro de Jackson y ayudó a Mark a salir como el caballero que era. El rubio ya estaba a punto de llorar por lo dulce que era pero Yugi le alejó. Él podía decir cuan emocional estaba. Mark rió mientras retrocedía en la entrada enviándole una tímida mirada y se dirigió hacia dentro.

- ¿Hola? - llamó poniendo su cazadora sobre el mesón. Ady fue rápidamente hacia el rubio y este sostuvo sus brazos abiertos mientras él saltaba dentro de ellos. ¿Dónde estaban todos? Echó una mirada alrededor de la casa. No estaban en la cocina o en la sala. - ¿Jackson? - llamó. Caminó por el pasillo y revisó todos los cuartos, pero aún no estaban allí.

Fue hacia el piano y entonces los vio. Estaban sentados en la playa, Marie estaba corriendo alrededor mientras Jackson construía un castillo de arena todavía usando su ropa de trabajo, lo que simplemente se veía adorable. Ella estaba vestida con un lindo vestidito de verano, escapándose de las olas antes de caer sobre su colita y reír. Cada vez que eso pasaba Jackson la ponía en su regazo para asegurarse que estuviera bien.