- Capítulo 3 -

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°
aνετο's


Carter

Desearía que los rayos del sol me levantaran de la manera más hermosa y cómoda. Pero no, la sensación es la misma cuando una linterna te da de lleno contra los ojos, comprimiendo los párpados giro mi rostro hacia otra dirección y vuelvo a tratar de dormir.

El teléfono de la habitación suena insistentemente en la mesita de noche a un lado del sillón de tres plazas en el que parece estoy dormida. Confundida abro un ojo tratando de ubicarme y en efecto me encuentro sobre el sofá grisáceo. Sin esperar más le contesto al molesto teléfono.

—Señor Bale, le comunicamos que su socio lo busca en el recibidor, está a punto de partir en una hora. Gracias por tomar la llamada.

—Yo no... —La recepcionista no me deja hacerle saber que se equivocó de habitación y me quedo con la boca abierta a media frase. Ruedo los ojos por la actitud de los empleados, a Oliver no le gustaría saber cómo tratan a los huéspedes.

Entro al baño para hacer mis necesidades y paso mis manos por mi cabello tratando de peinar un poco todo el desastre. Coloco una bata del hotel sobre mi ropa porque el clima del día de hoy se encuentra frío. Salgo y entro a la habitación de enfrente donde recuerdo que papá está ahí, se encuentra entre abierta la puerta por lo que no necesito una tarjeta o pedir permiso para pasar así que entro con confianza, un conjunto de ropa casual se encuentra tendido sobre la cama, el mismo tipo de ropa que usa mi padre en sus días libres de trabajo. Es su habitación.

Sin dar tiempo para llamarlo su figura se hace presente por la puerta del baño, se encuentra envuelto en un toalla que cubre de su torso hacia abajo.

¿Desde cuándo tiene esos tatuajes papá? Mi padre quita la pequeña toalla con la cual se encuentra secando su cabello y dirige su vista hacia mí.

—¿Carter? ¿Qué haces aquí?

No es papá. Es Bastiam. Qué vergüenza.

—Yo... —Piensa Carter, piensa —Buenos días, Bas.

Pero si son más que buenos...

Parece reprimir una pequeña sonrisa. —Buenos días a ti también.

—Buscaba a papá, creí que esta... Su habitación, ya sabes.

—El duerme en la habitación de al lado. Ahora si no te molesta... —Toma con una mano el nudo de la toalla que le cubre aflojandola un poco.

—¡Si! No hay problema, ya me voy.

Y más veloz que un rayo salgo de ahí cerrando la puerta donde recargo mi peso, dejando salir la respiración contenida, puedo sentir mi rostro caliente por la vergüenza.

¡Dios! No sabía que el tío Bas llevara consigo esos tatuajes por sus brazos... Pecho... ¡Uff! Tengo que dejar de divagar. ¡Tranquilice sus hormonas señorita Carter que piensa cosas raras sobre su tío!

Tomo una respiración tratando de tranquilizarme, creo que entré en un estado de pánico después de un momento tan bochornoso, sí, eso.

Ahora, solamente queda la otra habitación, realmente pido para que no haya otra persona más en el piso, no quisiera encontrarme con un tipo recién salido de la ducha con gotas de agua recorriendo su pecho cubriendo la tinta...

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