- Capítulo 5 -

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“Raymond”

Carter

Miércoles.

Tercer día de clases, tercer día de sacrificio. Abro con un esfuerzo sobre humano el ojo derecho, mi vista adaptándose a la oscuridad de mi habitación. Solo una pequeña luz ilumina un poco y es la que sobresale de mi teléfono celular anunciando la alarma que necesito para comenzar mi día.

Una melodía resuena fuertemente, me arrepiento de haber colocado esa canción como alarma así que con un gruñido la desactivo pasando mi dedo sobre la pantalla.

Después de eso, me es imposible seguir dormida. En estado zombie me meto a la ducha, seco mi cuerpo, coloco la ropa y ya un poco más despierta dejo mi rostro y cabello presentables. Un poco de maquillaje pero no exceso, mi cabello suelto en ondas pero con algunas imperfecciones. En fin, es la universidad y no un evento de etiqueta.

—Hola... —Murmuro casi imperceptible hacía Trevor y papá, que se encuentran ya desayunando en el comedor.

—¿Carter no ha despertado? —Trev se dirige hacia mi padre ignorándome completamente —Porque no la he visto. Solo a un muerto viviente que se arrastra por el tercer día de clases.

Cierro los ojos tratando de obtener la paciencia para no saltar sobre él y comer su cerebro como un muerto viviente lo haría.

—Es demasiado temprano para que comiencen a discutir chicos. —Mi padre se libra de cualquier protesta por mi parte tomando un sorbo al café humeante dentro de su taza negra.

Sin decir nada tomo asiento junto a ellos y comienzo a comer lo que ponen frente a mí. El desayuno siempre resulta de lo más rápido y ligero. Aunque no lo parece cuando Trevor comienza con su parloteo que por lo que va de la mañana me resulta de lo más molesto.

—Aún no sé qué me voy a poner en la alfombra del aniversario Boseman.

Dejo caer mi cabeza sobre la mesa, más galas, más aniversarios, más vestidos ajustados. Agh, este evento se llevará a cabo por el cincuenta aniversario de la empresa de Charlie Boseman; un amigo de mi padre, así que no puedo negarme a ir.

—¿Pasa algo hija?

—Solo que, —Comienzo con un tono irritado. —La universidad, el aniversario Boseman, es mucho.

—Carter —El chico italiano junto a mí posiciona su mano sobre mi hombro. —Ni siquiera termina la primera semana y ya estás estresada.

—No es cierto.

—Sí lo es, siempre que comienzan las clases te molestas por el simple hecho de ir antes del mediodía. —Mi papá se encoje de hombros como si fuera verdad lo que dice.

—¿Hoy es el día de "Todos contra Carter"? —Me quejo gracias a su empeño por responderme.

Cruzan una mirada que me da millones de ideas de lo que puede llegar a suceder.

—Está bien. ¡Odio las mañanas! ¡Al diablo la escuela, iré a dormir otras cinco horas!

Trevor dramáticamente se levanta de su asiento y deja caer sus manos sobre la mesa para después ir escaleras arriba.

—¡Yo renunciaré a la empresa! ¡Solamente por qué me obligan a llegar a las siete en punto!

Mi padre está a apunto de hacer lo mismo que Trevor pero lo detengo con mi mano. —Ya entendí, no es el día de "Todos contra Carter". No necesitaban ser tan gráficos.

—Todo por tí, pequeña.

Limpia cuidadosamente con una servilleta alrededor de sus labios y se levanta de su asiento, besa mi frente antes de partir a la empresa.

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