- Capítulo 9 -

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“¿Pasó lo que creo que acaba de pasar?”

Carter

Duele, mi cabeza palpita y siento el pulso agitado en mis antebrazos. Arrugo el entrecejo al encontrarme con la alta iluminación de la habitación. Miro de mala gana las ventanas que se encuentran con las cortinas corridas.

Con demasiado esfuerzo logro sentarme en la cama para levantarme e ir al baño, mi vejiga parece querer explotar por retener líquidos. Entro y hago mis necesidades para verme al espejo y darme cuenta que tengo la ropa que llevé anoche a la fiesta.

Recuerdo algunas cosas del día de ayer que me hacen avergonzarme de mis acciones, mi falda tiene lo que parece ser papas fritas amarillas, y mis pechos ya se salieron de lugar por el body. Con una mueca de incomodidad me despojo de esa ropa reveladora y sin tener de intención de bañarme me coloco un pijama.

Es cuando comienzo a caminar que el dolor en mi cabeza se hace más que presente y recargo mi peso en un estante. Paso la palma de mi mano por mi frente, tallando suavemente para tratar de aligerar el dolor. Sigo mi camino llegando a la cocina dónde Trevor y Carolina hablan entre risas.

Tomo asiento a un lado de mi amigo y dejo caer la cabeza en la isla. —Mala noche, ¿Eh?

—Me duele la cabeza. —Alejo su mano con un golpe en ella -ya que estaba molestando-, escucho a Caro reír.

—Ustedes dos no tienen nada más qué hacer, que pelear. —Vuelvo a levantar la cabeza para observarla. —Cart, ¿Quieres que te prepare algo para el dolor?

Asiento sin ánimos de hablar. El italiano habla sobre lo que el vivió en la fiesta, mientras yo escucho en silencio comiendo lo que me prepararon.

—Tuviste que ver su cara. No sabes lo que te perdiste.

—No, no lo sé porque te perdiste por horas sin siquiera dar aviso. —Por primera vez le respondo.

—En mi defensa, Josh tiene unos labios que requerían mi atención.

—Si, si, sí. No fuiste raptado o vendido en el mercado negro, por lo que no hay nada de qué preocuparse. —Me encorvo de hombros restando importancia.

Un silencio se hace presente, cosa que me extraña estando con Trevor, por lo que volteo a verlo y me encuentro con su rostro observandome fijamente.

—¿Qué?

—Estás diciendo que si un día me llegan a secuestrar, a ti no te importará ni un poco. —Dice indignado.

Dejo salir el aire de mis pulmones de manera exagerada. —No seas dramático, Trev.

—No, es que veo la situación frente a mí, y me doy cuenta de tu poca importancia por mi persona.

—Entonces, ¿Qué me decías de Josh? —Trato de llevar la conversación a otro lado.

—Sus labios no son de este planeta, hay que hablar a la NASA y ver si no hay aliens rondando por aquí, porque te juro que parece...-

Corta su habla volviendo con su mirada dura.

—Veo tu manera de distraerme...

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