- Capítulo 6 -

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°
“Lys”

Bastiam

Después de despertar, tomé asiento en el sofá de la sala de estar pensando en lo sucedido por la noche pasada, realmente que le tengo demasiado aprecio a Carter, es hija de mi mejor amigo, Alen siempre ha estado ahí para mí. En las buenas y en las malas hasta el final, crecimos juntos y hemos permanecido así hasta el día de hoy. No sé qué pasará conmigo si algún día mi amigo llega a faltarme, porque aunque no nos hayamos visto en meses, seguimos comunicándonos y conversando recordando viejos momentos y anécdotas que se quedaron en nosotros.

Recuerdos dónde Diana, Alen y yo vivíamos en el mismo vecindario, la vez cuando nos conocimos, el cómo era yo el menor de los tres y mi amigo se burlaba de eso.

Por lo que estos pensamientos recurrentes hacia su hija me hacen sentir sucio, anoche después de media película decidimos que lo mejor era preparar palomitas y algunos snacks.

Me queda enorme Volteo y veo a Cart con una camisa azul mía que tomó para reemplazar el vestido. Recorro mi vista desde sus piernas hasta su cuello que es donde se alcanza a ver parte de su escote gracias al enorme cuello de la camisa.

Ella sigue viendo el largo de las mangas y yo solo desvío la vista hacia el tazón donde están los snacks.

Deberíamos regresar a ver la película.

, yo llevo las bebidas. —Se acerca para llevarlas y la sigo hasta la sala dónde se encuentra en pausa la película.

Tomamos asiento y es el peor error que pude cometer. La camisa se sube por el largo de sus muslos y antes de ver algo más, aparto la vista y me alejo con la excusa de buscar una manta.

Creo tener la idea de cómo resolver este problema.

Ya es medio día cuando estoy en el pequeño gimnasio de aquí, logro escuchar ruidos por la cocina y tomo un descanso para tomar agua. Con la respiración agitada le doy un sorbo a la botella de agua que tengo a mi lado dirigiéndome a dónde deduzco provienen los ruidos.

—Lo sé. Le diré, adiós. —Observo como cuelga la llamada al verme llegar. —Dice papá que para recompensar nuestra falta anoche, está organizando una comida la próxima semana con Charlie en nuestra casa.

Asiento pensando que es algo de lo más lógico. —Bien, me parece perfecto.

—¿Ya desayunaste? —Pregunta regresando a terminar de cocinar algo.

—Solo algo ligero, —Tomo asiento frente a la isla de la cocina —Antes de comenzar a ejercitar no es bueno comer algo pesado.

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