- Capítulo 4 -

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°
"Billar"

Bastiam

La mañana recién comenzaba cuando desperté hace unas horas. Salí a correr para mantenerme en forma estos días, justo en estos momentos me encuentro llegando a la cocina por un desayuno ligero. Es un día de lo más caluroso para los residentes de Calabazas, y no es algo que pase desapercibido ya que mi camiseta sufrió las consecuencias del sudor.

Tomo con total confianza una botella de agua del refrigerador y le doy un gran trago, mi respiración sigue un poco agitada así que hago respiraciones pausadas. El servicio parece ir comenzando su jornada de trabajo en la casa ya que solo algunos pocos se encuentran merodeando por aquí.

Logro observar la hora, y el reloj marca casi las diez de la mañana. A pesar de ser para algunos algo temprano, a mí me resulta la hora perfecta para comenzar el día, ya hacía mucho que no salía a correr gracias a la presión por dejar todo en perfecto estado en Nueva York.

-¡Pero qué manera de comenzar el día! -Escucho que dicen tras de mí, por lo que volteo y me encuentro con Trevor bostezando.

-Buenos días.

-Ahora lo son... Oye, ¿Eres casado?

-No voy a salir contigo, Trevor.

El humor de este chico me hace comenzar de buena manera el día, sé que solo lo hace para molestarme.

-Ash, tenía que hacer que el intento.-Se encorva de hombros al tomar un vaso con jugo de naranja.

-¿Carter aún no despierta? -Le pregunto, ya que es un tanto extraño no verla por aquí a esta hora.

-No hay poder humano sobre este planeta que pueda despertar a Carter antes del medio día en vacaciones.

Asiento y me dirijo a la sala de estar para esperar el desayuno que me ofrecieron las cocineras. Lo primero que hago es encender mi teléfono y ver los pendientes de la empresa pero me arrepiento al recordar que merezco un descanso. Por lo que activo el vibrador y lo dejo sobre la mesa. Tomo asiento sobre el sofá de tres plazas y cierro los ojos. Mi respiración vuelve a normalizarse con el transcurso de los segundos.

-Vaya, luces cansado.

Escucho a mis espaldas e inmediatamente indentifico la voz de Carter, esbozo una pequeña sonrisa preparando mi respuesta.

-No, solo descanso un poco. Acabo de ir a correr por el vecindario.

-¿Correr? ¿Quién hace eso hoy en día? -Siento que el sofá se unde a mi derecha.

-Las personas que nos preocupamos por nuestra salud.

Abro los ojos dirigiendo mi vista directo hacia ella, me dedica una cara de confusión. Por lo que puedo observar trae consigo una bata que cubre cualquier atuendo que se esconda ahí abajo. En su mano sostiene a una de sus mascotas.

-Bien, te dejo a ti y tu salud. Trev y yo quedamos de ir a la piscina, ¿No quieres venir? -Me pregunta levantándose y tomando un bolso a la altura de sus pies que no había visto.

-No gracias, creo que me iré a tomar una ducha después del desayuno

-Amargado, tu ducha podría ser un chapuzón a la piscina. Pero se dice lo que el señor dicta. -Dice en tono de fastidio.

-Eres demasiado dramática, -Río por su respuesta. -Igual que tú madre.

-Y ya ves, dejó un enorme legado junto a una fundación. -Se encoje de hombros y se retira al patio trasero, que es donde por lo que he visto, se encuentra la piscina. -Por la tarde te daré el tour de la casa.

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