Lucille

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b o s t e z a

Sintiendo que las palabras al expresarlas en voz alta pierden significado, Lucille fluye.

En el silencio de una noche sin sueños y en la luz que se ve reflejada en el agua como un espejismo de algo hermoso, que se torna irreal en el suspiro del atardecer.

Tiñe sus dedos de rosa y pinta sus mejillas con el bochorno de una tarde cálida, tan pálidas son sus intenciones que se difuminan en la curvatura de sus tímidas sonrisas; como papel deshaciéndose en el rocío de una primavera arruinada por las luces centellantes que le ilusionaban, el calor que prometían los meteoritos y la indiferencia que se asomaba en su mirada fría y lejana a medida que cruzaban sus caminos pero sin deseos de detenerse a contemplarse mutuamente.

El desamor entretejido en la melodía de la araña y cómo permanecería entre suspiros tristes mientras observaba el vuelo de las mariposas hacia un nuevo día mientras temería al mañana que quemaría los sueños sin cumplir.

Besa la promesa de sus nudillos y cae rendida entre luces tenues y pétalos marchitos.

Estrellas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora