Isla

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Un temblor de afuera hacia adentro

que agita las aves durmiendo

y les recuerda de su encierro
en las jaulas,

luego de renunciar a sus alas.

Una opresión en el pecho

que va creciendo,

como un capullo

que se abre

y sangra

porque afuera hay tanto dolor,

como lo hay adentro.

Hielo negro arde en sus heridas

y sostiene la mirada perdida

en los pensamientos que se desvanecen,

su piel de fuego y hielo

que se deshace como el papel

y sus palabras de aire

que no dicen nada,

solo sirven para ahogarle

en el azul que se pela

de su iris opaco.

Caminar por el acantilado

con los pies descalzos,

deseando dejar de tener miedo

por sentir su corazón latiendo

y luces rotas que

muestran su dolor,

sin duda ni presunción,

humildes al toque amable

que se arriesga a cortarse

para dejarse sanar.

La angustia del olvido

y la desesperanza de un recuerdo insensible,

a sombras sin luz

y un vistazo al borde del cristal

antes de romper

y respirar.

Mortal como una efímera

que sopla dentro un nenúfar,

dejándose caer

ante la ilusión de piedad.

Llora hasta aliviar

el disturbio que hunde

suspiros de noche

y ciénaga de desesperanza.

Estrellas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora