a d u e ñ a t e
Las conversaciones a su alrededor se condensan hasta que suspira sueños de papel. El fluir del río canta melodías solo para ella, que aguarda en silencio por una cascada propia que desencadene el caos de su mente.
Las palabras se pierden en el cielo como nubes sin hogares, la suela de sus zapatos apenas y raspa el suelo a medida que se va alejando del mundo que la rodea. La consume, voraz. Y es incapaz de emitir un sonido más fuerte que el batir de las alas de las libélulas y el contorno de las estrellas.
La vida es suya y aún así espera, como si pidiera permiso por cada aliento, cada paso, cada palabra que recorre sus labios. Solo su mente es enteramente suya y sin embargo hay ocasiones en la que la ve prestada, como todo lo que rodea la burbuja en la que se encierra.
Da un paso al frente y alza la cabeza, Mie, consigue tu propia fuerza y vuela extendiendo los brazos hasta reventar los límites y hallar la salida, adueñate de tu vida.