Capítulo 3: Un triste atardecer

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Pasaron cuatro días desde aquella noche de sábado, de momento mi comportamiento era un poco más relajado, si bien era difícil el no discutir o pelear con Anthony, pero lo hacía, me la había pasado bien con mi hermano y los demás, y a él le gustaba que estuviera ahí, debí de haberle preguntado desde un principio que es lo que quería, tal vez así no hubiera traído tantos problemas a mi vida, y tampoco le habría hecho sufrir por mis estupideces.
Nuevamente como todos los días mi despertador comenzó a sonar, rápidamente me incorpore para apagarlo, no quería que mi hermano se despertara por el ruido que este emitía.
-Que molesto.- Comente mientras me estiraba, aun no salía el sol, era de madrugada, pero tenía que ir a la escuela y para que no se me hiciera tarde tenía que despertarme a las seis de la mañana, tan solo organice mi uniforme escolar, y guarde unos cuadernos en mi mochila, al terminar dicha labor procedí a avanzar a los baños, tenía que darme un baño rápido debido a que la noche anterior no había alcanzado a bañarme a causa del cansancio, era molesto tener que ir a la escuela, pero no había de otra, los menores de once años todavía podían tomar clases con Any en la casa ya que ella podía cubrir los conocimientos de primaria, sin embargo los que ya habían concluido sus clases con ella, o ya tenían la edad para ingresar a la secundaria, eran mandados a estudiar en las escuelas que había cerca, era raro, pero tal parece en este orfanato lo permitían.

Mientras me encargaba de lavar mi cuerpo en una de las duchas individuales tan solo pude escuchar como alguien también entraba al baño, de inmediato mire sobre el muro que limitaba mi regadera y pude observar a Abraham quien entraba a dicho baño cargando una toalla junto con un jabón y unas sandalias.
-Vaya, que novedad verte tan temprano.- Comento sin detenerse a mirarme a lo que solo avanzo a una ducha de distancia de la mía.
-Supongo que sí, no es agradable levantarse temprano, pero es preferible a no alcanzar agua caliente.- Respondí mientras que tan solo comenzaba a enjabonar mi cabeza.

-¿Es muy curioso no te parece?- Comento con cierto tono de intriga.
-¿A qué te refieres?- Le pregunte a lo cual solo me respondió.
-A lo que hizo Any, te dejo pasar una noche de sábado abajo con los demás pese a tu comportamiento, amigo, si eso no es favoritismo no sé qué sea.- Argumento a lo cual tan solo permanecí callado, ciertamente era raro, ella me dijo que era como un incentivo a que mejorara mi actitud, pero, era la primera vez que ella hacia algo así.

Continúe con lo que hacía, pasaron un par de minutos hasta que por fin termine de bañarme, una vez listo tan solo salí envuelto en una toalla y regrese a mi habitación para vestirme, al entrar pude encontrarme con mi hermano aun dormido en su cama, era divertido pues su forma de dormir era muy alborotada hasta el punto de que muchas veces se había caído de la cama. Sin más, me vestí con el uniforme de la escuela para luego solo tomar mi mochila y bajar por algo para desayunar, el uniforme era feo, un pantalón verde junto con un chaleco verde limón parecía un niño de kínder o algo por el estilo cuando vestía así. Al bajar las escaleras hasta la sala principal, avance a la cocina donde vi a Henry preparando los almuerzos, no podíamos estar ocho horas sin comer, pero tampoco contábamos con dinero para comprar algo nutritivo dentro de la escuela, así que este era su método para solucionarlo, ponían a Henry y a Ana a preparar los almuerzos.

-Hola Alexis cómo te sientes- Pregunto Henry una vez noto mi presencia.
-Normal supongo, con bastante sueño, ¿por qué la pregunta? - Cuestione, a lo que solo negó suavemente.
-Nada más, lo digo porque...porque es raro verte tan temprano y sin las prisas de otros días. – Respondió a lo que solo me puse a pensar.
-El lunes y martes también estuve bajando temprano y nadie dijo nada.-
-Bueno, eso es porque pensamos que era una especie de milagro, pero creo que lo piensas volver rutina- rio suavemente mientras terminaba con los almuerzos.- Bueno, en el comedor hay algo de desayunar, ve, antes de que los otros se lo acaben- Sin más tome el almuerzo con mi nombre y avance al comedor donde se encontraban Sam y Jessica.

Kyodai: los hijos de nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora