Satisfied

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Era la boda del amor de su vida, su mejor amigo...
Su mejor amigo...

Como le dolía esa palabra, pero no le quedaba más remedio al japonés que estar ahí, era su padrino después de todo.
Llegó la hora del brindis -Muy bien, ahora todos denle un aplauso al padrino de honor de Leo, Kubo Tsukishima.-dijo Nando antes de darle la palabra al mencionado.

Kubo tomó su copa de champán y se dispuso a iniciar el brindis -Quiero brindar por Leo y su querida esposa, Valentina, de parte de un amigo y hermano que siempre va a estar a su lado.-mientras decia esto levantó su copa, su ojo comenzó a aguarsele
-Por su Unión.-dijo.

-Por su Unión y la Independencia-gritaron algunos al Fondo.
-Y la esperanza de que siempre estén satisfechos en todos los sentidos.

Un recuerdo vino a la mente de Kubo, lo recordaba bien, esa noche... Maldita sea se arrepentía aún...

Era un sueño, todo mundo bailaba y  pasaba un rato agradable hasta que él entró, cabello castaño oscuro, piel morena, ojos color chocolate con una pizca de valentía y hambre de justicia, le bastaron a Kubo para incendiar su corazón.

-Perdona, Hiro necesito aire fresco-se excusó para salir al balcón de la fiesta, el aire fresco le causaba paz aunado a la luz de la luna -Disculpe, me ha dado la impresión de que no está satisfecho-dijo una voz grave tras del nipón.  Para su sorpresa era aquel joven del baile.

-Me parece que ha olvidado sus modales.-respondió ofendido pensando que lo había albureado.
-Es como yo, tampoco lo estoy.
Una chispa se encendió en los ojos y corazón del japonés-¿Eso es cierto?
-Lo es-dijo coquetamente el mexicano.

-Me llamo Kubo Tsukishima-dijo tendiendole la mano, la cual aceptó el mexicano depositando un suave beso en el dorso-Leonardo San Juan.
-¿Es usted de aquí?
-No es importante, hay mil cosas que no he hecho, pero solo espere por ellas.

Lo siguiente fue una revolución interior ¿Qué era lo que estaba sintiendo? ¿Qué era sensación de felicidad que lo llenaba?
Quería llevárselo lejos, que fuese suyo, fue entonces cuando la vió...

Habían pasado meses desde el primer encuentro del nipón y el mexicano, se habían vuelto inseparables, más eso no impedía que los sentimientos del japonés aumentaran,

-Kubo-dijo anonado el mexicano-¿Quién es ella?-dijo señalando a una bella muchacha de cabello oscuro y ondulado, hija única de un acaudalado comerciante de Guanajuato.
-Valentina García, Leo-San.
-Es hermosa-el corazón de Kubo se rompió en mil, lo siguiente fue presentarlos y ser mudó testigo de como ambos se enamoraban del otro.

-Kubo ¿Estás bien?-preguntó Hiro Hamada, tocando su hombro. El nipón asintió-POR LOS NOVIOS-grito tomando su copa de nuevo. Lágrimas salieron.
-POR LOS NOVIOS-dijeron los presentes al unísono.

Se veían tan felices, conservaria su mirar aún pero en algo Leo tenía razón jamás estaría satisfecho.

Kuban One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora