MARATÓN 2/3: La Geisha

562 63 94
                                    

Era la quincuagésima octava vez que esos mortales le llamaban con un apelativo femenino, a él, el Príncipe de la Luna, Señor y Guardián de la Noche y la Oscuridad.
Era el colmo.

Pero era su deber cumplir con la misión: Hacerse pasar por una mortal, seducir al Charro Negro y destruirlo. Había estudiado detenidamente al charro y definitivamente su plan no podía fallar, su oportunidad llegó en forma de un baile en la que todo el pueblo iría, el príncipe japonés sabía que asistiría con el fin de encontrar alguna desdichada chica que sucumbiera a sus encantos y con los rumores en el pueblo...
El chico estaba en la mira.

Suspiro, tomó un kimono color rojo del armario y unos tacones a juego (sería una entidad lunar pero eso no dejaba de lado su gusto por la moda) y llamó a sus ayudantes para que le vistieran y peinaran, rematando con un poco de maquillaje y labial rojo, se observo en el espejo de su habitación. Lucía como toda una femme fatale y eso le encantaba.

Llegó a la fiesta siendo el centro de atención de todos los hombres y la envidia de las mujeres, caminó al interior con paso seguro y elegante, comenzando poco después la música.

Sabía que estaba ahí observandole, sería cuestión de... -Si estar buenota doliera... Tú ya estarías gritando. Mamacita.-dijo una voz grave y seductora cerca suyo. Kubo comenzó a contar mentalmente para no romperle la cara al tipo que le estaba agarrando la cintura en ese momento.

-Watashi no te o ubatte moraemasu ka? (¿Podrías quitarme las manos de encima?)-dijo entre dientes y retirando el agarre del desconocido.
-Asi me gustan, tercas y difíciles como en mi tierra. -dijo el desconocido, Kubo rodo los ojos y se dispuso a irse cuando el tipo le tomó la mano y le pego a él.

-No te vayas chula. Baila ésta conmigo ¿o qué el novio te pega?-finalmente le vio la cara, lo había encontrado.
El japonés asintió dedicándole una sonrisa, se posicionaron en el centro de la pista y comenzaron a bailar.

Kubo se sentía extraño cerca del Charro, era como si algo en él lo atrajera pero al mismo tiempo le controlara, no, tenía que calmarse y concentrarse en la Misión.
La música cesó y los asistentes se dirigieron a las mesas cercanas. El joven príncipe se vio arrastrado por el charro a un jardín en la parte trasera del recinto.

-Eres de pocas palabras, bonita-dijo su acompañante, Kubo lo observó con una ceja levantada-¿Perdón?-contestó algo molesto-Solo no me gusta conversar con gente de...-lo barrió con la mirada-Su fama...
-Ay chiquita, no te enojes.-dijo el charro tomándole del mentón obligándole a verlo a los ojos, eran de un dorado casi metálico que casi dejó boquiabierto a Kubo-Si estás celosa es natural, no es mi culpa. Te lo juro.

-Déjese de egocentrismos, señor...-contestó dándole la espalda.
-Esta bien, guapa pero no me llames señor, que no estoy tan viejo-dijo burlón, y posó su mano en la cintura del príncipe-Mejor llamame Leo.
Era su momento, tomó un poco de arsénico de un bolsillo secreto y se colocó un poco en los labios sin que lo notase el charro-En ese caso-contesto volteando seductoramente-tal vez puedas llamarme Kubo...

-¿Pero qué nombre es ese?-dijo el charro-Ahh, es cierto se me olvidaba que eras Chinita...-le acercó más a él y antes de que Kubo reaccionara estampó sus labios en los suyos.
Era un beso apasionado, que dejó sin respiración a ambos. Kubo sonrió con burla, el arsénico había entrado en él sólo era cuestión de tiempo. El charro comenzo a toser como si hubiera probado algo muy amargo.

Kubo se disponía a irse cuando un brazo lo interrumpió -¿Qué dijiste, mi reina?-dijo Leo burlón-¿A este me lo apendejo y luego lo mato? No, chulita.
El japonés intentaba zafarse del agarre del charro, Leo le volvió a tomar el mentón -A mí no se me engaña tan fácil.
-¿No?-dijo Kubo con una sonrisa y ante los ojos del charro se mostró en su forma divina-¿Dime, quién engaño a quién ahora?

-Así que eras tú maldito príncipe-dijo Leo con una sonrisa macabra-Ya decía yo que pa' aparentar ser mujer eras muy sensual, pero te tengo una noticia-se acercó lentamente al príncipe-Igual me gustaste y juro que vas a ser mío...
Kubo le dirigió una mirada de odio-Antes muerto...
-Eso dices ahora, pero después...-dijo Leo acercándose aún más-Vas a estar llorando por mí...
Y de nueva cuenta Leo lo besó, sólo que la reacción del nipón fue soltarte una cachetada e irse.

El joven charro sobaba su mejilla atónito, ese mendigo japonés iba a ser la madre de sus hijos sí o sí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Kuban One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora