Accidente

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Nadie sabía exactamente como rayos se habían empezado a gustar el uno al otro. Eran en un inicio amigos y nada más, sin embargo, esa cercanía y confianza se fue transformando poco a poco.

El primero en sentirlo fue Leo, cuando sintió como sus mejillas se teñian de rojo cuando el nipón hablaba con él y como se emocionaba al contarle de algunas cosas.
Kubo cayó poco después, lo conocía bien y tenía un algo que lo volvía loco.

Un día, Leo se armó de valor y tomo la mano del nipón, empezó como un inocente juego de manos, simples roces que les causaban un cosquilleo agradable en el estómago hasta que finalmente ambas manos se entrelazaron.

Así siguieron durante semanas, era un coqueteo sutil que les erizaba cada vello, cada roce era atesorado por ambos. Su primer beso entre ambos había ocurrido como su amor: por accidente, Kubo se disponía a despedirse de Leo como de costumbre, cuando éste lo jalo y si bien, por una falta de cálculo o el destino los labios de ambos se unieron en un efímero beso.

-Yo... Lo siento... -dijo el mexicano, el nipón estaba hecho un tomate -No es nada... No te preocupes...-completo. Era un momento bastante incómodo y no es que no quisiesen hacerlo, solo no lo esperaban de esa forma.

Leo rompió el hielo al día siguiente, se encontraban sentados en una banca, Kubo se veía más lindo de lo usual.
El moreno tomó saliva-Kubo tengo algo que decirte...-los orbes dorados del chico se situaron en los suyos.
-¿Sucede algo? -dijo no voz dulce. Leo casi se infartaba, no, no podía ponerse nervioso, no ahora.

-¿Te gusta alguien?
-No te voy a decir-dijo el nipón-Como tú tampoco lo harás por lo que se ve.
Kubo sonrió sabía la respuesta del chico, era obvio que le gustaba por muchas razones.
-Eso es cierto.
De nuevo silencio, la brisa pasaba entre los árboles-Kubo... Yo... No sé cómo decirte esto...-Leo rascó su nuca.
-Mi abuelo dice que si no sabes como decir algo con palabras lo hagas con actos-dijo el mencionado.

Leo pasó saliva -Tú...
-Yo...-los ojos del japonés lo ponían más nervioso -Al grano, San Juan.
-Siento algo por ti y creo que tú igual.-soltó de sopeton el chico. Kubo estaba mudo "Mierda,mierda,mierda" pensaron los dos al mismo tiempo.
Uno por pensar que la había regado y el otro por ser descubierto.

-¿Por qué yo? -preguntó el nipón. Leo tenía tantas respuestas a eso...
-Eres un chico muy lindo y lo digo en serio.-El nipón sonrió-Ademas me gusta tu cabello.
-Creo que una de las cosas que más me gustan de ti es la forma en la que nuestras manos se encuentran.-dijo sonrojado Kubo.

-¿Te refieres al contacto cuando tomo la tuya?
-No, es algo más complejo. Me gusta el como juegan entre ellas hasta la sensación de frío que tiene tu piel sobre la mía, incluso me gusta el contraste entre ambas cuando se entrelazan -Hizo una pausa-Eso es lo que hace especial esto...

Leo rodo los ojos y tomó la mano del nipón, definitivamente era el mejor accidente que había tenido.

Kuban One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora