Kuban One shots

Arder

-Kubo, tienes que creerme-dijo Teodora, mi mejor amiga-Michelle y yo los vimos, muestrale la foto.
Michelle asintió y me tendió su teléfono, en efecto ahí estaba Leo besando a una chica de cabello oscuro. -Es una broma, ¿verdad?-el corazón se me encogió, era Photoshop, seguramente.

-De hecho...-Velentina suspiró-Encontramos esto, en el perfil de ella se ve reciente.- Eran unas fotos de ella y Leo, abrazados, tomando una copa, besándose, y había un video que mostraba a Leo con un ramo de rosas rojas y un cartel de fondo con la leyenda ¿Quieres ser mi novia?, seguido de varios gritos de emoción por parte de ella.

-No-dije mientras se formaban las lágrimas en mi ojo y mi corazón se rompía en millones de pequeños trozos-No es cierto, díganme que no es cierto.
-Lamentablemente, lo es-dijo Michelle, para después abrazarme y yo soltarme a llorar.

No quería y no podía creerlo, llevábamos 7 años casados ¿por qué lo había hecho? -Es un imbécil-escupio Teodora -Cuando lo vea me va...
-¡Basta!-dije aún llorando-Agradezco lo que hicieron, chicas... Pero quiero estar sólo.

Las tres asintieron dejándome no sin antes decirme que les llamara si necesitaba algo, me encerré en la habitación que compartía con él, me daba asco de solo pensarlo...

Comencé a meter mi ropa a una maleta, me iría a casa de Teo o de Vale, no quería ni soportaba el estar ahí, en mi intento de empacar me topé con una caja de cartón decorada con motivos florales, la tomé para toparme con la sorpresa de que eran sus cartas. Todas y cada una de las cartas que me había mandado.

Comencé a leerlas, mientras seguía llorando, cada palabra, oración y párrafo dolían, cada amor ardía en la herida recién abierta de mi corazón, estaban llenas de mentiras, sueños sin cumplir...-Amor, ya llegué-dijo su voz dirigiéndose hacia la habitación.

Tome un encendedor para prender a la chimenea y acerque a la primer carta -¿Qué estás...? -dijo abriendo sorpresivamente la puerta.

-No te acerques-dije conteniendo más lágrimas-No sé cómo confíe en ti-lancé la segunda carta al fuego.
-Kubo...-se acercó con la intención de abrazarme.
-Lo sé todo, San Juan-dije esquivandolo y lanzando su tercer carta. -Kubo... No es lo que...
-NO SOY UN IMBÉCIL-dije furioso-SE COMO METÍAS A ESA AQUÍ, EN MI CAMA Y CASA...-grité y miré con repugnancia la habitación. -Kubo, escuchame, no es lo que crees jamás te haría daño...

-Demasiado tarde-dije amargo-Ahora, puedes quedarte a ver como estoy quemando todo lo que me recuerda a ti, incluido todo lo que llegue a sentir y al idiota de mi corazón que se aferraba a amarte-dije tirando la caja por completo a las llamas mientras veía aún llorando como era consumida por éstas.

-Kubo... Por favor...-dijo Leo tomando mi brazo.
-Tengo mucho que aprender aún.-dije quitandome su agarre.
Me faltaba algo, miré mi anillo de matrimonio y lo saqué de mi dedo con un dolor indescriptible lanzándolo al fuego junto con las cartas.
-Espero que ardas, tú también...