El cielo anunciaba inminente una tormenta, sin embargo un joven de piel morena salía con melancolía de una iglesia.
Era guapo, aún con ese par de ojeras enmarcado sus ojos cafés que reflejaban una inmensa tristeza.Caminó solemne al cementerio, mientras era objeto de miradas, cuchicheos y sentidos pésame a su paso que simplemente ignoraba, y es que su tragedia no era un secreto, su novio; con el que se habría casado y salido de aquella iglesia, había fallecido irremediablemente meses atrás de tuberculosis.
Esto había afectado de gran manera al joven Leonardo San Juan, quien ante tal situación entró en una profunda depresión. Se rumoreaba que casi no comía o dormía, pasando la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación llorando.
Se detuvo antes de entrar al cementerio frente a una mujer ya entrada en edad quien vendía flores.
-Buenas tardes-saludo cortésmente.
-Buenas tardes, joven. -respondió la señora-¿Qué va a llevar?
-Deme un ramo de gardenias blancas, porfavor.La mujer notó su melancolía, seleccionó el más bonito y se lo tendió al joven-¿Cuánto sería?-preguntó sacando su cartera.
-Considerelo un regalo de esta pobre vieja-contesto, el chico sonrió con tristeza alejándose no sin antes agradecerle.Continuó con su camino hasta una tumba lejana al pie de una jacaranda que le cubría de flores violetas, se arrodilló frente a está y dejó el ramo de flores-Hola amor-dijo con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas-Aquí estoy de nuevo frente a ti, te traje tus flores favoritas.-una lágrima rodo en su mejilla-Me haces mucha falta, sé que me pediste no llorar pero es imposible sabiendo que no puedo ver tu sonrisa de ángel.-su voz se quebró un poco.
-A veces, le pido a Dios que me deje verte una vez más o me lleve contigo porque no soporto esta soledad.
Intentó ser fuerte, sin embargo tu recuerdo me ata a ti, desearía que nunca hubieras cerrado los ojos para siempre y estar mirandolos.-sonrió con tristeza-A veces también imagino, el como hubiera sido el habernos casado, tú usarías ese vestido blanco que me decías que te gustaba y yo iría de charro. Te entregaría tu abuelo en el altar y yo te recibiría gustoso frente a los ojos de Dios. -más lágrimas salieron-Mi abuela dice que mis papás están ahí contigo cuidandote pero entonces ¿Quién me cuida a mí? ¿Por qué tuviste que irte? ¿Es que acaso Dios necesita tantos ángeles?.El chico comenzó a llorar desconsoladamente al pie de la tumba, el cielo retumbó y una fuerte lluvia cayó sobre el chico.
Ese día, no llegó a casa, causando preocupación a su abuela y hermano, encontrándolo al amanecer, había muerto de frío abrazando una lápida que decía: Kubo Tsukishima
1797-1818 Amado novio y nieto. Dios lo tenga en su santa gloria. "Lo que Dios no ha de separar ni la muerte lo romperá".
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Kuban One shots
FanfictionPasele, pasele, tenemos de todo un poco de esta linda ship. Algunos están inspirados en Hamilton, Heathers y alguna que otra estupidez mía.