Capítulo siete

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Capítulo siete| Giselle

Tic tac,tic tac...

Las manesillas del viejo reloj de la cocina sonaban en un lento compas mientras en la sala la televisión emitía murmullos y una luz ténue.

Giselle miraba la televisión con melancolía.Sus ojos carentes de alegría estaban fijos en las escenas reproducidas por la televisión, mas sus pensamientos estaban en otro lado,muy lejos de aquí... Remotos en una época más alegre.

Inconsientemente,le dió un sorbo a su bebida,casi de forma robótica.Se terminó la cerveza.
El cigarrillo aún soltando humo y tirando cenizas.

Desde la muerte de su esposo,Ryan,muchas cosas habían cambiado.Empezando por su trato a su hija.

Elizabeth era tan idéntica a su padre físicamente,pero tan igual a Giselle en carácter.

Le dolía,ver a su hija le dolía.
Y no sólo por que fuera la viva imágen de lo que Ryan fue alguna vez.Sino por que le recordaba lo mala madre que era.

Lizie había crecido no solo sin padre,también había perdido a su madre.La dulce mujer que le leía antes de dormir,que la besaba y la abrazaba cada que podía... Aquella mujer que alguna vez fue su ídolo,su ejemplo a seguir.

Esa mujer estaba muerta para Lizie ahora.
Giselle no era más que su progenitora,la que le dió la vida.Pero el título de madre ya no le quedaba;y lo sabía,Giselle lo sabía.

¿En qué se había convertido?
¿Qué había estado haciendo todo este tiempo?

12:00 am

Giselle cayó dormida.
Soñaba y soñaba.
Soñaba que perseguía sus sueños,soñaba con un pasado feliz,con una bellísima hija que la amaba y un marido amoroso que la acompañaba.

Pronto,el cigarrillo se resbaló de sus huesudos dedos,cayendo al piso.

La televisión siendo la única que alumbraba en la fríaldad de la sala.

Mientras,en otro lado,lejos de ahí una rubia bailaba y reía con sus amigos quienes,en su mundo de fantasía,la acompañaban al té,pintaban rosas blancas de rojo y reían al cielo estrellado.

03:05 am

Alguien tocó la puerta.

Nadie abrió.

Nuevamente tocaron la puerta,Giselle despertó.

Apagó la televisión y miró la hora,03:07

¿Quién podría estar tocando a esa hora?

Se levantó del,viejo pero cómodo,sofá y fue a ver quién fastidiaba a esa hora.
Risitas tontas se escuchaban del otro lado,erizándole los bellos de la nuca a Giselle,conocía esa risita aniñada.

Y ahí estaba,su hija.Elizabeth.
Recargada en la puerta,cayendo cuando su madre abrió la misma.

–¿Elizabeth?– habló con la voz ronca por acabar de despertar.

La rubia no respondió,tenía la mirada perdida,estaba hida... Y reía a la nada.

Era claro que había bebido,apestaba a alcohól y a humo de cigarro.

No estaba enojada,Giselle no estaba molesta,estaba decepcionada,no de Lizie,de sí misma.

Por permitir que esto pasara,por ni siquiera haber tenido idea de lo que su hija pudo estar haciendo.

Lizie reía,perdida en un país de las Maravillas,mientras Alice la guiaba a la emoción,la adrenalina y la felicidad.

Giselle lloraba en silencio,viendo cómo su hija se hiba consumiendo a sí misma,tal como ella lo hizo primero.

Un sabor amargo en la garganta le advirtió a la mujer que no aguantaría más sin sollozar.

Giselle,Giselle... Ahora tu hija es como tú.

Oh,Alice llevó a Lizie al País de kas Maravillas,si.Y una vez que vas ahí,no quieres volver.

Y Giselle solo pudo llorar todo lo que restaba de la mañana,per que sabía que aunque quisiera,ya no podría acercarse a su hija.

Ya no volvería a ser su madre,solo sería la mujer fría a la que Lizie tuvo que cuidar,una carga... Solo era ella,Giselle.





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Este capítulo es para que vieran todo desde el punto de vista de Giselle,que la conozcan más y vean sus razones para ser como es.

Pronto la conocerán más y podrán entender mejor el pasado de la familia Sinclair.

Wonderland ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora