Capítulo 15

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Capítulo quince |Final

Sueños,son aquellos que te transportan a un mundo de seguridad y fantasías confortables.
Son aquellos que te hacen sonreír entre la calidez de tus sábanas.

Hasta que llegas a un punto donde estos terminan.No hay más maravillas.

Simplemente creces,te conviertes en un títere de la sociedad,un peón más en el juego de la vida.
Ya no eres aquel niño o niña inocente viviendo en el lecho de la tierna infancia.

Y tus sueños se van,se difuminan y desaparecen como polvo en el viento.

Te despides de la imaginación,dejas atrás un mundo de maravillas y risas prometedoras.

Entonces te alarmas,buscas desesperadamente llenar ese vacío que quedó en ti al perder esa fuente de magia tan vital.

Buscas y buscas,entras en una desesperante realidad,abres los ojos y miras el gris de la realidad,un mundo que exije y no apremia.
Y crees que has encontrado nuevamente esos colores que te faltaban.

¿Qué diferencia hay entre pastillas y alcohól a sueños e infancia?

Te sientes vivo nuevamente,feliz.
Y todo pierde el sentido,estás en un mundo subreal,un mundo que te miente con dulces promesas tentadoras.

Y te envuelve en la adicción,es un suicidio lento,lo sabes,un trago más,te pintas de colotes;otro cigarrillo, vuelves a estar entre sueños y aspiraciones inalcanzables.

Vuelves a ser aquel niño o niña,soñando entre sábanas de algodón y el calor de un hogar;presa de la ingenuidad.

Crees recuperar lo que perdiste para siempre.

Intentas remplazar ese gris con colores que con el tiempo,se borrarán.

Y los sueños artificiales te atrapan,te cambian.

Haces de todo por volver a ese lugar reconfortante,ese país de las maravillas.Odias despertar y volver a la rutina.Odias volver a ser gris.

Y ya no son sueños,son pesadillas.

Nadas y nadas,atraviesas un mar de miseria y lástima.

Las drogas ya no sirven y ese mundo que adorabas se retuerce,se adapta a la oscuridad de tu alma.

Ya no puedes despertar,quedas eternamente atrapado en esa pesadilla,intentas dejarlo,pero siempre vuelves a los brazos de los estimulantes.

Y te preguntas,¿Cómo pasó ésto?
¿Cómo pudiste llegar hasta ahí?

Y cuando intentas llorar notas que tus lágrimas saben a alcohól,tus dientes se convierten en pastillas y acompañando a tu voz salen criaturas de humo.

Y la adicción te consume,tu más dulce sueño muta a una pesadilla que te traga.
Te traga y caes,caes en un agujero oscuro e infinito.

Justo poco antes de morir en brazos de la oscuridad,te levantas.

Despiertas;todo ha sido un mal sueño.

Reina Hernandez,escritora y exalcohólica,termina de narrar un fragmento del final de su último libro mientras sus antiguos compañeros le sonríen y se despiden.

Es libre.

Por fin,respirando el aire fresco,sale de las instalaciones de Alcohólicos Anónimos con un nuevo escrito en manos.

Todo había acabado.



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