Labios rosados

Una fiesta llena de recuerdos: Capítulo Ocho

"Una fiesta llena de recuerdos"

Un vaivén de caderas para acá y otras por allá...

-Ándale Juan- En un intento de hacerme bailar, lo único que conseguían eran pisotones míos.

-Por más que intento, esto realmente no es lo mío - Reí, era exitante el ambiente que se había creado, quizás con un toque de melancolía, pero así siempre fuimos. Siempre únicos.

-Saben chicas... bueno chicas y Juancho- como siempre Ines y sus apodos - Estoy saliendo con un fuertote, ya se los presentaré.

-Claro, cuando quieras- Respondió mi madre, entonces retrocedí, de manera lenta, y safe.

Me coloqué en el sillón... Sin cuestionar nada, no sabría explicar como pudimos, o como pudieron ellos mantenerse juntos luego de estos largos años. Claro con sus complicaciones y rencillas, ya recurrentes.

En un intento de despedida de nuestro hogar,a Coco se le había ocurrido hacer una fiesta. Todos bailaban, reían y sin dejarse esperar la música a un tono alto.

Aún se me hacia conmovedor, poder imaginar que se vendería la casa, era demasiado para mí.
Es acá donde me fortalecí como persona, donde tome valentía de ser yo mismo y descubrir mi identidad.

-Juan, hijo, ven- Me apretó la mano y me llevó a su lado. Su brazo izquierda me rodeo- Quiero decir... que a pesar que se venderá y dejara de ser nuestra, la extrañaré mucho. Acá ocurrieron los más bellos momentos de nuestras vidas - Me sonrió y balanceo - Pero es también un nuevo comienzo para nosotros - Noté como su voz se apagaba de a poco y la nostalgia iba tocando sus emociones.

- Ya bueno- Reí un poco para bajar los sentimientos encontrados- No me gusta aún la idea que se valla ir de nosotros, pero esta bien, algunas veces esta bien despegarnos de lo queremos, y... - Reí super nervioso, sentía que las lágrimas se me vendrían en un instante.

-Pero estaremos muy bien- Me salvó Diego. Besó la frente de mi madre, y continuó- Brindemos por estos años que nos ha estado yendo bien..

-Bueno, bueno a mi no tanto- Interrumpió Ines y todos reímos. Ya nos habíamos acostumbrado a sus exageraciones.

-Bueno... - Habló el abuelo- Brindemos por nosotros, para que sigamos siempre unidos como hasta ahora.

Y es así como el golpecito de las copas al colisionar se hicieron presente. Quizás suene contradictorio, pero celebrábamos por despedirnos de algo apreciado.

Pero, estaba bien... Lo juró esta bien.

-¿Recuerdan la última vez que estuvimos todos reunidos acá? - Mencionó mi tía Laura- Siempre la hemos pasado muy bien - Confesó y abrazó a Gastón.

Como olvidar aquel día, insufrible y decisivo que fue...

-Claro sí, aunque algunos estaban mal- Recordó la tan querida Ines- Juancho junto a mí, estábamos fatal- Sin esfuerzo, todo regresó de imprevisto-¿Si o no, Juancho? - Sólo me limite a mover la cabeza.

Jamás olvidaré aquel suceso, cuando creí que todo había concluido, y tenía que pensar en cómo renunciar a mis sentimientos por ella. Aunque así fue, intenté por tantos años no imaginarla, pero todo se echo a la basura con solo una mirada suya.
Mi Emma... Y como si hubiera sabido que estaba a punto de quebrarme, me llamó.
Me alejé de todos y contesté:

-Hola Emma- Suspiré

-¿Todo esta bien, linda? - Justo lo que me hacía falta.

-Si, esta bien- Sonreí, ella es la calma a mis inseguridades-¿A ti como te va?- Yo con mi familia, y ella con la suya.

-Pues genial, pero ya sabes no sé hace de esperar alguna discusión. Pero todo esta bien, ya iré a casa- Sus padres aún siguen de conflictivos.

-De acuerdo, yo iré pronto - Informé.

-Tómate tu tiempo, te quiero- Con cada palabra suya me desequilibrada.

-Yo también te quiero, mi Emma...