CAP 1

1.4K 76 12
                                    

¿era verdad? ¿a caso después de todo nadie podía liberarlo? ¿porque tenía que nacer omega y aparte de una familia de bajos recursos que a buenas de primera se convirtió en un joven apuesto lo apostaron para ganar intentar ganar plata, ni lograron ganar dinero y perdieron a su único hijo, pero no se inmutaron cuando el omega lloro y sollozo que no se lo llevarán.

Un chico guapo de ojos azules y cabellera del mismo color, ahora se encontraba en manos de quien sabe quien y sabe Dios con que intenciones. Finalmente las cosas terminaron como tenían que acabar, dentro de una prisión sucia y putrefacta junto a otros chicos.

Todos dormían en el suelo frío y húmedo y no eran dos o tres chicos, era entre 8 o 10 y al parecer el joven era el más grande.

al día siguiente los sacaron muy temprano en la mañana y los obligaron a una unas prendas de telas desgarrada y unos "zapatos" de tela que más bien parecían dos bolsas de tela atadas con un lazo al tobillo.

después, los pusieron a trabajar en las tareas más pesadas que pudieron encontrar, parecía que las buscaban solo para hacer sufrir a los pequeños.Todos eran omegas y la mayoría no podía con las arduas tareas que los alfas mal encarados y se podría decir deformes les dejaban.

aquellos alfas tenían cortadas por donde sea y pues para acabarla la mayoría eran piratas. como ya conocían por ahí, los piratas se dedican a robar y a saquear otros barcos de más alta categoría y los menores eran obligados a robar.

poco a poco el invierno se acercaba y con ello la nieve. cuando todo estuvo repleto de nieve a los pobres chicos les tocaba quitarla, aquellos "zapatos" de tela se congelaban y les congelaban los pies, aparte la falta de comida al paso del invierno, solo habían quedado tres chicos.

por más que el joven peli-azul intentó cuidar de todos, la comida que el guardaba no alcanzaba para mantener vivos a todos y así solo quedaron aquellos que por fortuna se habían salvado.

dos pequeños con cabelleras de color amarillo. Uno tenía los ojos verdes más hermosos que hasta el mismo peli-azul pensaba que eran un desperdicio que el pequeño omega estuviera en tal lugar. el otro tenía ojos azul claro que hacían juego con su piel clara.

pasaron los días y el oji-azul solo deseaba que ese infierno helado se terminará.

poco a poco se iba quedando sin sonrisa, dejándola solo para aquellos pequeños a los cuales les ganaba por unos tres años.

jamás nadie le había pedido su nombre y siempre eran nombrados como "la mercancía"

el barco donde trabajaban era un barco que siempre se encontraba flotando en el mar y que más bien formulaba como un bar para los marinero de mala reputación y piratas que pasaban las noches de tormenta en aquel lugar.

los días y las noches pasaban y aquellos omegas se acostumbraron a aquella vida, con una sonrisa totalmente fingida para los clientes. los sueños de él omega de convertirse en un doctor, se habían esfumado.

sabía que de por sí, las probabilidades eran pocas ahora era imposible. eso no quitaba que se escapara por las noches a ver al doctor del pueblo mientras los otros dos omegas le cubrian las espaldas siempre diciendo que estaba con un cliente.

de esa forma aunque no tuviera un título o fuera renombrado por lo menos tenía los conocimientos que quería y necesitaba para ser un buen doctor.

todo iba bien, nada podía fallar pero para mala suerte los omegas que no tienen a un alfa que los protegía en la vida se las ven. muy mal. pronto se enteraron que el omega salía por las noches a las espaldas de aquellos pesados piratas y más aun que los otros chicos le cubrían las espaldas, todos recibieron una paliza que los dejó en cama una semana.

al paso de aquella semana tuvieron que pagar ese tiempo trabajando el doble del tiempo. los pequeños siempre se iban temprano gracias a que el oji-azul cubría sus tiempos más el de él y ellos podían descansar un poco mas de tiempo.

tarde o temprano las cosas se salieron de control para el omega, la enfermedad se hizo presente en su cuerpo y terminó por desmayarse. esto a los dueños de aquel bar de mala muerte que no hicieron más que darles a los menores el descanso para que cuidarán del menor y dejarlos en paz por un momento.

para ellos fue un mes difícil porque no sabían cuando iba a llegar el dueño y les iba a hacer la vida de cuadritos.

no podían creer que su onni-chan había caído enfermo y mucho menos que fuera tan grave.

pasaron los días y el oji-azul no mejoraba, así que tuvieron que conseguir un doctor por sus medios y que no les cobrará ya que ellos no tenían dinero para pagar aquello.

afortunadamente un doctor de cabellera blanca y una sonrisa amable, quiso ayudarles.

afortunadamente si había salvación para el omega enfermo y los medicamentos fueron dados por el doctor de buena manera.

a las pocas horas el peli-azul ya estaba despierto y aunque algo mareado pero logró articular palabra hacia los menores que lo veían con ojos cristalizados (tipo chibi) como su amigo y hermano poco a poco iba recuperando las fuerzas.

aun le dolía el cuerpo pero recibió el abrazo de sus amigos con gusto, ya que hacía rato que se encontraba enfermo y delirante y aún débil.

pasaron otros días en los que aún le decían al dueño que el oji-azul aún no estaba bien, pero llegó el momento en el que todo tuvo que regresar a la normalidad.

el peli-azul aún recordaba la vida tranquila que tenía con lo que llego a pensar eran los seres que lo querían y estimaban y que habían resultado ser todo lo contrario.

pero había encontrado otra familia y un sentido para vivir aunque sea en esas deplorable condiciones.

I LOVE A PIRATEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora