- ¡Por aquí, Charles! - Los gemelos condujeron al joven por el amplio jardín de la mansión, con tanta prisa que éste no pudo evitar reír.- ¡Oigan! ¿Por qué tanto apuro? Más despacio que me canso. - Charles repuso entre jadeos, mientras los niños continuaban su camino, sin detenerse ante el pedido de su ex-niñero.
Charles sabía que sus pequeños lo estaban llevando al escondite secreto que le habían enseñado tiempo antes de que él se marchara de allí. Aún recordaba el recorrido. Y esos momentos con ellos era los que había atesorado durante su ausencia, cuando los días se volvían pesados y grises, extrañándolos como los había extrañado en aquél tiempo.
Si lo pensaba en retrospectiva, cada lágrima en su exilio había valido la pena, porque ahora era más feliz de lo que nunca jamás había sido junto a Erik y a los preciosos gemelos.
Lo que Charles no imaginaba, era que su felicidad estaba a punto de crecer aún más.
- ¡Rápido, Charles! ¡Caminas muy lento! - Pietro se quejó, mientras tironeaba aún más de su mano.
- ¡Oye! Charles es más viejo que tú, y las personas viejas caminan más lento, gran tonto! - Wanda riñó a su hermano, mientras tomaba la mano libre de Charles.
El mayor tuvo que tragarse la risa.
- No peleen. Caminaré más rápido, pero recuerden que tenemos que volver a tiempo para cenar con su padre. Esta noche vuelve de su viaje, ¿sí? - Charles les recordó y no pudo evitar alegrarse. Hacía dos días Erik había salido, y lo extrañaba como si se hubiese ido por semanas.
Ya habían pasado demasiado tiempo separados, y necesitaban recuperar las horas perdidas.
- Sí, Charles. Pero tienes que ver esta sorpresa, ¡es importante! - Wanda exclamó con entusiasmo, y Charles ya se sentía intrigado. Aunque viniendo de sus pequeños, fuese lo que fuese, le encantaría.
Cuando estaban llegando, los pequeños lo obligaron a detenerse y lo hicieron ponerse de cuclillas para vendarle los ojos con un pañuelo que, Charles podía jurar, le habían robado a Emma.
Decidió que los reprendería más tarde por ello, ahora sólo disfrutaría de lo que los gemelos hubiesen preparado para él.
Lo condujeron a ciegas, cada uno tomándolo de sus manos, e indicándole con entusiasmo como debía avanzar, sin caer con nada que cruzase su camino.
Charles rió con cada advertencia. "¡Cuidado con esa roca! ¡Cuidado con ese elefante! ¡Cuidado con ese perro de dos cabezas!".
Cuando finalmente se detuvieron, Charles sintió que alguien le quitaba la venda. Y cuando recuperó su visión, sus ojos no podían creer lo que estaban viendo.
Erik. De pie, frente a él.
Y detrás de él, dentro de la glorieta, un sacerdote estaba de pie, frente a un improvisado altar.
Con Logan de pie junto a la escalinata.
- E-Erik... ¿Qué está pasando? - Fue todo lo que Charles pudo articular, preso de la sorpresa que veía frente a sus ojos.
- Lo que está pasando es que salí los últimos dos días en búsqueda de un sacerdote que quisiese casar a dos hombres. Lamentablemente sólo será simbólico, la iglesia no aprueba aún este tipo de uniones, pero haremos el juramento que todos los amantes hacen, y a ojos de Dios, no de los hombres que profesan sus palabra con intolerancia y egoísmo, estaremos unidos en el sagrado matrimonio. Este sacerdote cree en el amor entre dos personas y nos apoya, mi amor... ¿Charles...? - Erik tomó a su pareja del rostro, preocupado al ver las lágrimas recorriendo su rostro. - ¿Qué sucede, qué tienes? Si no quieres hacerlo, no lo haremos. Lo siento, yo quise sorprenderte pero debería habértelo consulta--... -
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Educando al Duque (CHERIK - AU)
FanfictionSiglo XIX. Charles es un granjero con una vida sencilla y amena, su único sueño es encontrar el amor. Grande será su sorpresa al encontrarlo de la mano de Erik Lehnsherr, el frío, amargado y viudo Duque de Westminster. - AU. Sin mutaciones. Portada...