Almuerzo

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El timbre taladro mis indefensos tímpanos, sostuve mi cabeza con mis manos y rabié entre murmullos.

Pase en vela toda la noche por la guerra conmigo misma sin llegar a ningún acuerdo satisfactorio. La cobardía y la osadía no querían ceder.

Cerré mis ojos y recosté mi mejilla en la paleta concentrándome en ignorar el bullicio de los demás, sin embargo, una voz resalto entre las otras.

—¿Kaily?, ¿estás bien?

—Creo que voy a vomitar—confesé manteniendo mi vista en oscuridad—¿ya es hora del almuerzo?

—Efectivamente.

Abrí mis ojos con dificultad y le vi sentado en la silla junto a mí, mientras sostenía su mejilla contra su mano—¿quieres que te cargue?

Con lentitud eleve mi pulgar—seria genial, pero temo decir que no—dije bajando mi pulgar negativamente.

Como todos los días Ethan llegaba a buscarme al salón para ir por el almuerzo juntos, y por supuesto, los murmullos de los chismes no se hicieron esperar. Raro era el espécimen de humano que no hablaba tras mis espaldas tachándome de zorra y defendiendo a la exnovia del chico; la cual por cierto no es que sea una mala persona.

No es como que alguna vez me halla lastimado, aunque seguramente debe ser feliz porque están de su lado y ella queda como la inocente, sin embargo, en principio nunca hubo un drama.

Me levante ante la atenta mirada del contrario.

—¿Nos vamos?

Sonrió y alzándose de un brinco, acerco su mano a la mía y me jalo.

Mientras caminábamos, daba una que otra mirada a la unión de nuestras manos, y el resultado siempre era una sonrisa en mis labios.

Mas si me quedaba segundos pensándolo, esa chica más de una vez, me fulmino a los lejos con odio, y vuelvo a reiterar, en verdad no me afecta. Sólo sigue en despecho supongo.

Esta no es una novela, yo no soy la protagonista y ella la antagonista. Aquí no hay héroes o villanos...Sólo humanos. En algún momento deberá seguir adelante, siendo acompañada de los recuerdos. Cuando sea mayor se reirá de las estupideces de su juventud.

Aunque yo tampoco soy ajena a cometer tonterías. Apreté mis labios, "no importa como lo piense, no encuentro el momento justo, no sé ordenar mis ideas, no puedo evitar ser cobarde."

—Oye K—me miro por el rabillo del ojo—sabes, mañana tengo un juego y quisiera que vinieras, pero si no quieres está bien, no voy a...

—me gustas, Ethan—le interrumpí.

¡Ups! # equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora