Cuando el despertador sonó, quise estamparlo contra la pared, de todas las formas posibles, hasta reducirlo a pedazos y que no volviese a sonar nunca.
Me puse mis calcetines de pompones altos y salí del calor de la cama, planificando mi mañana.
Desayuné a penas nada, me vestí y tras cepillar mis dientes y peinar la melena castaña, salí de casa.
-Pásalo bien Tan- dijo Felicity, mi compañera de piso.
-Lo mismo, Fiz, disfruta de tu día libre.
-Lo haré.
Cerré la puerta, intentando no hacer mucho ruido. Odiaba vivir en el centro de Londres, la gente era muy pija aquí.
La última vez que Felicity dió un portazo a causa de la corriente, toda la comunidad bajo, pidiendo que no hiciésemos ese tipo de ruidos o se verían obligados a hablar con nuestros caseros y pedir nuestra expulsión inmediata del piso.
Era una comunidad de mucho vecinos, y solamente nos faltaba uno por conocer. El rascacielos era grande, pero nadie había visto a ese chico nunca. Cuando le veían, iba siempre tapado, intentando no ser visto. ¿Sería de la mafia?
Arranqué el SUV, prendiendo la calefacción, eran cerca de las ocho de la mañana.
-Midnight Memories, oh oh oh, baby you and me stumbling in the street, singing, singing, singing- coree a Harry.
Cambié la emisora en cuanto la canción acabó, y cuando me quise dar cuenta, ya estaba aparcada frente a la guardería.
_______
La mañana pasó rápida, cuando miré el reloj, ya era la hora de entregar el último bebé que quedaba.
-Buen fin de semana- me despedí de la mamá.
Cerré la puerta, fui al cuarto de la limpieza y agarré la escoba.
Nora reía cuando la usaba de micrófono para cantar las canciones en la radio.
Mi móvil vibró en la mesa, siendo atendido por Nora mientras yo seguía con mi micro-escoba.
-Si, ahora mismo se la paso. Gracias a usted. Que tenga un buen dia- se despidió educadamente.
Me paso el iphone, haciéndome señas de que no sabía quien era, mas sin duda era importante.
-Buenas tardes, soy Tanya Beech.
-Buenas tardes, soy Paul Higgins, encantado de hablar con usted señorita Beech.
-El placer es mutuo, señor Higgins.
-Uno de mis chicos quiere contratarte cómo fisioterapeuta.
-Perdona...¿Qué chicos?
-Pensé que me habrías conocido por el apellido- murmuró.
-Siento decirle que no- lamenté.
-Me encantaría quedar con usted en persona, si le parece bien en el restaurante del hotel Park Plaza Westminster.
-Si claro. En media hora estaré ahí.
Colgué el teléfono y me puse mi abrigo negro, cogí las llaves del coche y le di la escoba a Nora.
-Quieren contratarme, no barras, pasaré luego a limpiar, te quiero- dije rápidamente mientras salía por la puerta.
Me monté en el coche, conduciendo lo más rápido posible para llegar al Park Plaza puntual.
Me senté en una de las mesas del restaurante, esperando por Paul y su chico. ¿Cómo iba yo a saber quien era? No le había visto nunca antes.
imbecil, deberías haber preguntado cómo era.

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Fisioterapeuta» N.H
Fanfiction»Él la vio, la dejo ir e intentó tenerla a su lado de todas las formas posibles, y lo consiguió, pero no fue fácil. Ella simplemente quería una vida sencilla, como todas las personas del mundo, pero llegó él y lo cambió todo, lo puso todo patas arri...